Opinión

Incluir ambiente y ciudadanos

Los arroyos de Rosario y el río Paraná, una geografía con gente que la habita como política local

Proyectos para que el uso de un ambiente natural que se desplegó desde hace unos años, tras décadas de una ciudad que les dio la espalda, no reproduzcan las desigualdades que sufre el resto de la urbe. Integración social y preservación del ambiente


Por Alejandra Gómez Sáenz*
*Concejala de la ciudad de Rosario

Los arroyos Ludueña y Saladillo caracterizaron la geografía de la ciudad desde su origen como tal: Pago de los Arroyos. Ambos desembocan en el Paraná, el gran río que nace en el corazón de Brasil y en esta zona le da a Rosario kilómetros de barrancas y orillas, pintando de marrón el paisaje.

No es necesario remarcar la importancia de los recurso estratégico que representa, como acuífero, como hidrovía, como biodiversidad, pero sí urge discutir qué entendemos por una accesibilidad democrática, popular y abierta.

Desde que comencé mi mandato como concejala, ingresé una serie de proyectos que apuntan en la dirección de dar este debate, en conjunto con organizaciones y colectivos de ciudadanxs y trabajadorxs que están involucrados en los servicios ecosistémicos que se desprenden del Paraná, los arroyos Ludueña y Saladillo y la comunidad isleña del Delta.

Por un lado, consultando al Poder Ejecutivo sobre el estado de determinadas concesiones. Por el otro, estudiando la
factibilidad de emprender acciones concretas de apropiación de los espacios cercanos al río y los arroyos.

Por ejemplo, en 2011, la Municipalidad adjudicó a una empresa la obra para construir el “Parque Náutico Recreativo Ludueña”. Dicho proyecto tenía como objetivo la recuperación y mantenimiento del espacio público que se ubica en la zona del Parque Alem, a la vera del Arroyo Ludueña y en la parte de su desembocadura al Paraná.

Un ambicioso proyecto, pero al día de hoy se observa que la gran mayoría de las obras proyectadas brillan por su ausencia y que los únicos avances se observan en la guardería náutica privada, que cuenta con capacidad para
cientos de lanchas, veleros y yates.

Los paseos públicos y la liberación de espacios verdes, así como el camino comercial gastronómico y demás proyectos que integran la iniciativa todavía esperan. Por eso, presentamos un pedido de informes para saber qué sucedió con las obras y, en caso de incumplimiento, cuáles serán los plazos para su realización.

Conexiones

También atendimos la necesidad de la comunidad isleña en el Delta del Paraná que corresponde a Santa Fe con dos iniciativas: la posibilidad que el Transporte Urbano de Pasajerxs llegue con una línea hasta el peaje del puente Rosario-Victoria, una conexión más fluida y que no les haga depender de la contratación privada de una lancha. Y la evaluación de un puesto sanitario permanente que garantice la atención primaria.

Por último, aprobado en la última sesión del Concejo Municipal, pensamos en la posibilidad de acondicionar los terrenos debajo de la Avenida Circunvalación entre las calles Chapo y el arroyo Saladillo para construir una bajada náutica. En conjunto con la Fundación Sol Naciente y otras organizaciones de la zona, proyectamos la utilización del espacio para prácticas y entrenamientos de remo para personas con discapacidad.

Cada uno de estos proyectos forman parte de una mirada integral que nos debemos como rosarinos y rosarinas para garantizar el verdadero aprovechamiento y accesibilidad del río y sus afluentes.

Durante muchos años, Rosario vivió de espaldas al río y es cierto que desde hace dos décadas eso se fue modificando, pero no queremos que las desigualdades que ya contiene la ciudad se proyecten sobre la utilización de los recursos naturales.

 

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