Espectáculos

Este sábado

Loli Molina llega a Rosario para abrirse a un ritual de canciones con una conexión a corazón abierto

La cantante, actualmente radicada en México, repasará en vivo su repertorio y los temas que integran su último disco, titulado “Lo azul sobre mí”, en el contexto de una velada íntima que tendrá lugar en el Teatro del Parque de España


Fotos: Jesús Cornejo

“Es muy poderoso lo que pasa cuando muchas personas están en el mismo espacio físico, vibrando lo mismo”. Loli Molina habla de sus conciertos, de una instancia que, después de un año de distanciamiento y con los protocolos pertinentes, está retomando en estos meses. Radicada en México hace ya algunos años, la cantautora se dispuso a “sacar del cajón” ese disco cuyas presentaciones en vivo quedaron truncadas por la pandemia. Alrededor de los temas que componen Lo azul sobre mí, entre otras composiciones, girará el “ritual” que llevará adelante este sábado en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España de Rosario.

Para ella, que la música llegó a su vida desde muy pequeña primero desde el piano y después desde la guitarra, la instancia de show es la de una ceremonia. “El 2020 fue muy duro en muchos niveles; laboral, espiritual. Pero estas cosas llevan también a la reflexión, a preguntarnos quiénes somos. Siento que vivimos muy definidos por las cosas que hacemos, como si lo que hacemos fuera lo que somos. Esta coyuntura me llevó a explorar otros canales, las redes, para seguir igual intentando llamar al ritual, a esa comunión”, apuntó la artista en diálogo con El Ciudadano.

Lo azul sobre mí se conoció en 2019. “Son las canciones del cierre de mis 30, desde los 29 a los 33 pasaron muchas cosas, todos los temas tienen como un barniz bonito y fueron escritas cuando me fui a vivir a México”, contó Molina en ese momento en el que reconoció que era un disco de quiebre en su camino musical.

El material gira en torno a su viaje, se fue a vivir a México y eso implicó un alejarse, un dejar de identificarse, una muerte y un renacer. “Es un disco muy fuerte, muy introspectivo”, apuntó ahora. Y consultada sobre la resignificación de las letras después de un particular 2020 aclaró: “Creo que no se me resignificó, más bien se me confirmó que todo ese camino para adentro está bueno. Es un camino del que salen cosas buenas. Creo que si las cosas hubiesen seguido como estaban no mucha gente le hubiese dado bola al disco, porque es un material que te pide que te quedes quieto, que pide una escucha atenta. Es un disco que pudo hablarle a la gente en momentos en los que tuvimos que quedarnos quietos. En otras circunstancias hubiese pasado más de largo”.

“Creo que la muerte no es más que una instancia de transformación”, apuntó la artista que lanzó su carrera solista en 2017. “Estamos en un momento en el que lo que está muy expuesto es el miedo a morir, el miedo a enfermar y hay una transformación posible ahí. Poder referirme a esos temas a los que se le tiene miedo para mí fue una llave para mi propia transformación. No quiero vivir con ganas de morir, quiero vivir con ganas de vivir”, aseguró.

En la actualidad y más allá de la gira que está realizando con shows en vivo, Molina está componiendo, pero no sus canciones. “Para escribir mi propia música me gusta tomarme un tiempo, porque uno escribe lo que vive. Así que necesito tomarme un tiempo, vivir, transformarme, crecer sino de qué voy a hablar”, aclaro.

“Pero estuve componiendo para otros artistas, que es una manera muy interesante de usar la creatividad”, contó. Para Molina componer para otros es un ejercicio muy lindo pero que requiere de mucha empatía. “Implica comprender qué es lo que necesita este artista o qué quiere decir. Por ahí compones un hit y esa persona lo va a cantar durante 30 años de carrera mientras vos estás en tu casa. Tenés que escribir algo que por más que no lo vayas a cantar vos tiene que tener mucho compromiso y profundidad; me gusta mucho. Cuando pensamos que las canciones influyen, modifican o dictan la pausa de la cultura, de cómo se vive, de cómo se piensa te das cuenta que los compositores y las compositoras ocupamos un rol súper importante”, agregó.

A pesar de la distancia en kilómetros que la separan de la escena argentina, Molina pertenece a una camada de artistas mujeres que tomaron impulso y pisan fuerte en la escena, más allá de las dificultades que siguen teniendo  mujeres y disidencias. En 2019 formó parte del festival GRL Power y en 2020 participó por primera vez del Cosquín Rock, presencia que en su momento agradeció al movimiento feminista y a la sanción de Ley de Cupo Femenino y acceso de artistas mujeres a eventos musicales. Hoy, la cantautora ve una escena “vibrante y cada vez más fuerte”. “Hay gente haciendo cosas increíbles y también muy comprometidos con una visión del mundo, con un mensaje personal. Todo lo que está sucediendo al margen de la cultura mainstream es muy interesante, hay gente que se la está jugando. No digo que dentro del mainstream, no, pero es muy difícil estar en la independencia, en el margen, hacer discos es caro, la difusión muy difícil, entonces jugársela con un mensaje personal es algo muy potente y de mucha valentía. Muero de admiración por mis colegas, son mis hermanas del camino”, opinó. Y aseguró: “Es un camino que se viene dando a pura fuerza y todo a pulmón, diría nuestro amigo Alejandro (Lerner)”, cito entre risas.

“Las mismas leyes son a pura fuerza y a puro cerebro de haber estado ahí. Creo que esa ley (de cupo) es una consecuencia natural del peso que se le dio. Es como ese dicho que dice que si te apoyas sobre una pared tarde o temprano se cae. Las mujeres venimos haciendo fuerza y apoyándonos en las paredes para tirarlas abajo hace mucho tiempo. Entonces creo que es una consecuencia natural de todo ese poder y esa fuerza bien aplicada”, aseguró.

La carrera de Molina tiene muchas artistas. Se consagró ganadora de un premio MTV y fue nominada varias veces a los Premios Gardel. Actualmente está iniciando un camino de productora para otros artistas y abocada a su “autoexploración”.

“Cualquier cosa que suceda a nivel artístico es una consecuencia de un trabajo personal. Mi foco está puesto ahí, en ser una mejor persona todos los días. En estar conectada con la fuente. Ese es el devenir diario y próximo en el que voy a estar y todo lo que venga después de eso está bien”, confesó.

En lo que respecta a lo rítmico, a las músicas, Molina contó que se encuentra explorando dos líneas: la eléctrica y la folclórica. “La exploración más eléctrica tiene que ver, por ejemplo, con la guitarra. Después tengo muchas ganas de volcarme hacia lo folclórico, si bien no vengo de ahí y es un paso que hay que dar con mucho respeto, siento que es algo que está como en el futuro”.

Para agendar

Este sábado, a partir de las 21.30, Loli Molina subirá al escenario del Teatro Príncipe de Asturias del Parque de España (Sarmiento y el río) para brindar un show íntimo. “Un sólo set que es para mí el formato más potente porque se abre una línea directa con los que están escuchando. Voy con el corazón abierto y ojalá que quienes estén ahí también tengan ganas de abrirse a esa experiencia. Sobre todo, en esta época puede ser una experiencia de mucha alegría, de mucha curación y lo necesitamos”.  Entradas a la venta en superentrada.com.ar.

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