Edición Impresa

herrero detenido por instigar un crimen

Lo pescan en una escucha y le achacan ordenar un homicidio


Cuando Sergio Luis Bova fue asesinado en la puerta de su vivienda, hace un año, los vecinos dijeron que el ataque había sido por la venta de una casa y señalaron a tres hermanos. Los sospechosos fueron detenidos meses atrás y acusados del asesinato, pero la investigación siguió en forma silenciosa. Hasta ayer, que la Policía allanó el domicilio de un herrero de 43 años y lo dejó preso. Hoy será acusado de haber ordenado el crimen. La intervención de un celular develó, según los investigadores, que el hombre usurpaba y comercializaba viviendas precarias y, si era necesario, ejercía violencia.

“Lo tuvimos que matar, se portó mal. Yo fui y le dije que salga de mi casa. Viste, era un pibe malo que tenía antecedentes”. El fragmento pertenece a una conversación telefónica que mantuvo el herrero (Ramón Tomás B.) con su hermano que vive en Corrientes, según confió un investigador.

De acuerdo con esa hipótesis, Bova está muerto por usurpar una de las viviendas que se adjudicaba el herrero, dedicado a tomar casas para comercializarlas. A esa conclusión llegaron los investigadores a raíz de las escuchas, en las que se mencionan dos muertes más. Según confiaron, el sospechoso alardea en un llamado que mandó a matar a otras dos personas, pero como sólo menciona sus nombres de pila hasta ayer no habían sido identificadas.

Una delegación de la brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI), a cargo del comisario Diego Sánchez, irrumpió a las seis de ayer en una vivienda de barrio Hospitales, en la cortada Darien al 1800, a la altura de Virasoro e Italia, y detuvo a Ramón Tomás B. En el domicilio hallaron dos pistolas, una Pietro Beretta calibre 22 con cuatro cartuchos intactos y otra Bersa 9 milímetros con ocho balas. Ambas tenían credenciales vencidas a nombre de un amigo del detenido que se encontraba en el lugar, quien fue demorado, se le dio intervención a la Fiscalía de Flagrancia y recuperó la libertad ayer a la tarde.

Luego de la detención, a las seis de la mañana, los investigadores hablaron con los vecinos, quienes coincidieron en que Ramón es “un hombre de bien”, además de “buen padre de familia y muy trabajador”. La audiencia imputativa está prevista a las 14.30 de hoy en los Tribunales provinciales. El fiscal de la Unidad de Homicidios Ademar Bianchini acusará a Ramón como instigador del homicidio, delito que prevé prisión perpetua. La audiencia será presidida por el juez Juan Carlos Leiva y el acusado contará con el patrocinio de la defensora pública Andrea Corvalán.

El 27 de agosto pasado, Sergio Luis Bova, de 35 años, se encontraba con su pareja en la puerta de su casa de zona sudoeste, en Garibaldi y Alsina. Cerca de las dos de la tarde, se le acercó una moto con tres ocupantes. Uno se bajó, le disparó en el abdomen sin mediar palabra y volvió a subirse a la Yamaha Cripton roja. Bova murió en el quirófano poco después. Tenía un pedido de captura por no haber regresado de una salida transitoria en la cárcel de Coronda.

El mismo día del ataque, los vecinos sindicaron a tres hermanos y hasta quemaron la precaria casilla de chapas donde vivía uno de ellos, en Castellanos al 4100. Pocos meses después, entre abril y mayo de este año, cayeron detenidos. El prim–ero fue Carlos Matías, el 2 de abril; luego Diego Armando el 29 de ese mes y por último el señalado de disparar, Juan Sebastián, el 23 de mayo.

Cuando los imputaron de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, abuso de armas y portación, dijeron que la bronca se había originado por la venta de una casa, pero en ningún momento mencionaron  usurpación.

En su defensa, Juan Sebastián, un muchacho que se gana la vida como cuidacoches en el centro y vive zona sur, aseguró no tener nada que ver y dijo desconocer si sus hermanos participaron o no en el crimen, porque hace siete años que no ve a nadie de su familia. Igual, el juez dispuso que continúe detenido.

Comentarios