Policiales

Tribunales provinciales

Lo condenaron por prender fuego una iglesia evangélica con su pareja adentro

Discutió con la víctima y según testigos tiró un papel con llamas por una ventana. Desató un verdadero infierno que consumió la propiedad. Aceptó un procedimiento abreviado a una pena de 3 años de prisión con restricciones, bajo la figura de incendio agravado en contexto de violencia de género


Cerca de las 22 del martes 24 de septiembre pasado ardió en llamas un templo evangélico donde además funcionaba un hogar de tránsito en zona sur. Seis dotaciones de bomberos trabajaron hasta la madrugada para mitigar el fuego que destruyó el lugar. Adentro, había una mujer, quien estaba parando allí y había discutido con su pareja. Como no le abría la puerta, el hombre decidió iniciar un incendio que obligó a la víctima y a la pastora, Esther L., de 89 años, a pedir la ayuda de vecinos para poder escapar de las llamas.

Dos días después, Diego Fernando Turri, de 42 años, fue detenido mientras el personal policial entrevistaba vecinos por el hecho. El sospechoso estaba en la zona y fue señalado por testigos como el responsable de iniciar el foco ígneo en el edificio de Mangrullo al 4800. El hombre fue trasladado a la comisaría 15ª donde se constató que contaba con un antecedente penal por un hecho de lesiones leves.

El viernes de la semana pasada, Diego Fernando Turri admitió su responsabilidad en el hecho tras reconocer su firma en un acuerdo presentado por su defensora oficial Marianella Diponte y la fiscal Luciana Vallarella, quien describió que el hombre incendió el lugar intencionalmente al arrojar un elemento con llama por una ventana, luego de mantener una discusión con su pareja, que al momento del incendio se encontraba en el interior del refugio con la pastora y fundadora del lugar.

Turri reconoció en esa audiencia, donde se solicitó la homologación de un procedimiento abreviado, haber cometido el delito de incendio agravado ya que existió peligro para las personas y los bienes, hecho que se produjo en un contexto de violencia de género.

La jueza Irma Bilotta, luego de escuchar la propuesta de las partes, condenó a Turri a la pena de tres años de prisión y le fijó reglas de conducta, entre ellas concurrir al dispositivo público grupal para varones que ejercen o ejercieron violencia contra las mujeres que lleva adelante el Instituto de la Mujer y la prohibición de acercamiento a su ex pareja a 300 metros y en cualquier ámbito material donde se encuentre o desarrolle actividades laborales, recreativas o educativas.

Además, deberá abstenerse de cometer actos de hostigamiento o violencia hacia las víctimas.

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