Policiales

Muerte en la cárcel

Lo condenaron por matar a un compañero de celda durante una pelea

Lo acusaron de protagonizar una pelea en el pabellón que compartía con la víctima. El acusado –ya cumplía una condena– le dio un puntazo a Chipo en el abdomen y lo mató. Lo reconoció en un procedimiento abreviado que firmó con la Fiscalía y homologó el juez actuante


Chipo tenía 22 años y estaba preso desde hacía tres meses en la cárcel de Piñero en calidad de sospechoso, ya que no había sido condenado. Enfrentaba dos causas penales por delitos contra la propiedad, en la última había baleado a un policía que intentó detenerlo.

A finales de octubre de 2017 lo encontraron mal herido en el pabellón 3 de la Unidad Penitenciaria N° 11. Lo trasladaron con un puntazo en el abdomen al hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) pero a las horas falleció. Ese día hubo otros 3 heridos con lesiones leves. Por la puñalada fatal a Chipo y los cortes a los otros internos quedó comprometido un cordobés, quien este miércoles consintió un procedimiento abreviado como autor.

El juez Pablo Pinto que homologó el convenio lo condenó a dos años de prisión efectiva por el delito de homicidio con exceso de la legítima defensa y lesiones leves. Pena que se unificó con una sentencia previa por lo que el cordobés deberá purgar 10 años de cárcel.

Eran las 23.30 del sábado 28 de octubre de 2017 cuando se inició una pelea en el módulo A del pabellón 3 de la cárcel de Piñero. Los heridos fueron cuatro pero José Luis Núñez, alias Chipo, se llevó la peor parte. Dos de los internos resultaron con lesiones leves mientras que otro de los involucrados recibió un puntazo en el tórax que no resultó de gravedad.

La investigación sobre la autoría de los puntazos a los cuatro internos terminó cerrándose sobre German Eduardo Bustos, un cordobés de 42 años, que había sido condenado a 8 años de prisión por el robo de la joyería céntrica JG, ubicada en Maipú al 1000. Ese 25 de marzo de 2015, un grupo de ladrones irrumpieron en un local lindero a JG e hicieron un boquete durante un fin de semana largo. Entraron, esperaron el ingreso de los empleados a quienes redujeron y se llevaron un jugoso botín aunque luego fueron detenidos.

La defensora oficial Silvana Lamas y el fiscal Ademar Bianchini presentaron un procedimiento abreviado ante el juez Pinto donde Bustos reconoció el hecho. Se hizo cargo del homicidio en exceso de legítima defensa y lesiones leves, ya que para las partes Bustos se defendió de un ataque. Propusieron una sanción 2 dos años de prisión efectiva que fue unificada con la condena que purgaba por el robo a la joyería y cerró en 10 años de cárcel. El planteo fue admitido y homologado por el juez Pinto que dictó la condena.

Preso sin condena

Chipo tenía dos investigaciones penales abiertas en su contra. Estaba en prisión preventiva desde hacía 3 meses por un hecho de tentativa de robo, resistencia a la autoridad y portación de arma de fuego y el otro hecho que derivó en su detención fue cuando, según dijeron fuentes policiales, intentó robar un celular en barrio Ludueña donde intervino un policía, el cual intentó detenerlo, y terminó herido de un disparó. Por este último caso lo habían imputado por tentativa de homicidio.

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