Policiales

Secuestro y muerte

Lo acusan de un feroz homicidio en la zona sudoeste

La evidencia en su contra son comunicaciones virtuales, tiene casi 60 años y secuelas de un ACV. Si bien lo imputaron por el crimen de tinte mafioso, la fiscal solicitó un informe médico para determinar si entiende la criminalidad del hecho que le achacan. La audiencia proseguirá el próximo lunes


El 31 de julio los familiares de Arias cortaron el tránsito para agitar la búsqueda del pibe; poco después, recibían la peor noticia. Foto: Alejandro Guerrero.

Tiene 58 años, sufrió un ACV que le generó una pérdida auditiva y dificultades para hablar. Usa un audífono y el jueves lo detuvieron en su casa sospechado de haber matado a Juan Manuel Arias. La víctima desapareció a mediados de julio y a los 15 días el cuerpo apareció en un descampado calcinado y con un tiro en la nuca. La hermana de Arias, con quien el sospechoso había mantenido algún contacto virtual, acercó la información a Fiscalía y lo detuvieron. Este viernes lo imputaron de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, privación de la libertad, portación de arma y amenazas simples. Pero, luego de escucharlo declarar, la fiscal pidió un cuarto intermedio para someter al sospechoso a un examen médico. La audiencia se reanudará el lunes, mientras tanto el imputado seguirá detenido.

La última persona que vio a Juan Arias fue su madre. Eran cerca de las 19 del 14 de julio cuando el muchacho de 26 años salió de su casa. Le dijo a una de sus hermanas que iba a la casa de Baba, un amigo. Luego de eso no hubo más noticias. La familia empezó a preocuparse. Baba dijo que ese sábado Arias no había estado en su casa ni lo había visto en otra parte. Radicaron la denuncia y unos 10 días después la hermana de la víctima recibió unos mensajes por Facebook. Desde un perfil a nombre de Omar C. le decían: “Vos vas a desaparecer como tu hermano”. Por el mismo medio le hicieron videollamadas donde la amenazaban, le mostraron un sillón con una persona tapada con una manta y le decían que le iba a pasar lo mismo que su hermano. Le dijeron que sabían dónde se juntaba la víctima, que su hermano vivía por calle Lamadrid y que trabajaba de remisero los sábados y domingos.

La mujer le pidió un número de teléfono para hablar mejor y se lo pasaron. Ella lo mensajeó para preguntar por qué le decían que iba a desaparecer como su hermano, pero no obtuvo respuesta. Agregó que en la foto de Whatsapp de ese número saltaba la imagen de un hombre mayor, que resultó ser el imputado.

El 31 de julio el cuerpo de Arias apareció baleado y semicalcinado en un descampado ubicado en doctor Fernando Ruiz y pasaje 2106, detrás de una cancha de rugby, en la zona sudoeste. Unos chicos que cazaban pajaritos encontraron el cadáver. Con la información que acercó la hermana de la víctima rastrearon, a partir de la fecha de nacimiento que figuraba en el perfil, al sospechoso y el jueves hicieron un allanamiento a la casa de Omar C. en pasaje 503 al 800, donde lo detuvieron. La fiscal Marisol Fabbro explicó en la audiencia imputativa que hay similitudes entre la descripción que hizo la mujer y el living del acusado. También encontraron un arma calibre 22 en la casa de su padre de 80 años, que fue enviada a peritar.

Para la fiscal, Omar C. retuvo a la víctima en su casa contra su voluntad, donde lo baleó con un arma de uso civil. Luego lo llevó hasta el descampado donde lo prendió fuego. Aunque no se pudo determinar con exactitud la fecha de la muerte. La imputación se hizo en un volumen elevado por las dificultades del imputado para escuchar, las que se acrecentaron cuando decidió declarar.

El hombre intentó explicar con muchas dificultades que había tenido un contacto con la mujer, donde ella le decía que estaba aburrida, que quería ir a su casa, aunque él le aseguró que en su casa dormía solo. Después lo volvió a contactar; esta vez el tema de conversación fue su hermano desaparecido. “Le dije que no juego con la vida de otra persona”, afirmó y a la vez negó que los mensajes de Facebook fueran de su autoría.

Si bien el imputado aceptó contestar preguntas, la fiscal pidió un examen médico para determinar si comprende la criminalidad del hecho antes de continuar, a lo que el defensor oficial Darío Pangrazzi se opuso, aunque el juez Mariano Aliau prefirió pasar a un cuarto intermedio hasta el lunes y esperar la evaluación médica, para determinar si comprende la criminalidad del hecho. Mientras tanto Omar C. seguirá detenido.

Otra muerte

Sandra es la madre de Arias. El 6 de abril entraron a su casa de Avellaneda al 5200 al grito de: “¿Dónde está el rastrero?”. Y dispararon. Dos de los proyectiles hirieron de muerte a su pareja, Luis Alberto Pastor, mientras que ella recibió un plomo en la mejilla. En aquella oportunidad los investigadores apuntaron contra dos hombres, uno de ellos apodado Chavo, que presuntamente tenían amenazado a Pastor y a Arias desde hacía unos dos años.

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