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Lo abordaron en la puerta de su casa y le robaron

Se llevaron 1.800 pesos y las llaves y los papeles de su Mini Cooper, aunque le dejaron el auto.

Un muchacho de 18 años fue sorprendido por seis hombres armados durante la madrugada de ayer, cuando se disponía a guardar su vehículo en la cochera de enfrente de su casa, en Pasco al 3900. Según denunció Nicolás P., los desconocidos lo retuvieron por más de media hora, en la que le robaron 1.800 pesos, dos celulares y una pantalla de última generación; además del estéreo, las llaves y los papeles del auto: un Mini Cooper color azul y blanco. También dijo que algunos de los agresores vestían chalecos antibalas y escuchaban por radio la frecuencia de la Policía, y que antes de darse a la fuga en un Chevrolet Astra blanco polarizado le dijeron que si contaba a alguien lo que había ocurrido lo iban a ejecutar. Hace dos meses, el padre del joven fue víctima de un escruche cuando desconocidos ingresaron a su casa y se llevaron 180 mil pesos entre cheques y efectivo, una computadora y 18 armas de fuego.

La denuncia del hecho ocurrido ayer a la madrugada fue radicada en la comisaría 13ª y en los Tribunales provinciales, según dijo a El Ciudadano Oscar P., el padre de la víctima. “Le tengo miedo al vuelto. Eran policías, te lo afirmo”, dijo que hombre, quien aseguró que dos meses atrás sufrió un robo en su casa de Pasco al 3900, de Barrio Parque, el mismo lugar en el que su hijo fue abordado ayer. Oscar atribuye ambos hechos a la misma banda.

El hecho denunciado ayer ocurrió alrededor de las 3.20, cuando Nicolás P., de 18 años, llegaba a bordo de su Mini Cooper a la cochera ubicada en la vereda de enfrente de su casa. Seis hombres lo sorprendieron cuando el pibe se bajó para abrir la puerta, y todos ingresaron junto a él. Según la versión que brindó su padre, eran un total de ocho personas las que actuaron, ya que además de los seis que entraron a la cochera había otros dos, esperando afuera en distintos vehículos.

Uno era un Chevrolet Astra color blanco, con los vidrios polarizados, que esperaba en la puerta de la cochera, mientras que otro vehículo, que no lograron identificar, “hacía guardia desde la esquina”, dijo el hombre.

Según la versión del padre de Nicolás, los agresores de su hijo intentaron llevarlo hasta un cajero automático para extraer dinero y también quisieron forzarlo para que ingresase a su casa, bajo amenazas de muerte, pero el muchacho se resistió físicamente porque sabe artes marciales.

De acuerdo con esta versión, fue en medio de un forcejeo que el muchacho, al empujar a uno de los ladrones, notó que su adversario vestía un chaleco antibalas.

El botín

El llamativo Mini Cooper no fue robado pero sí sus llaves, los papeles del auto y el estéreo. Oscar P. dijo que también se llevaron 1.800 pesos en efectivo que su hijo tenía para realizarle un service al auto, dos teléfonos Blackberry y una pantalla de alta tecnología “que vale como 6 mil pesos”.

“El problema es la seguridad de mi familia”, dijo que el hombre, que luego de esperar dos horas en los Tribunales provinciales radicó la denuncia, e intentó hacer lo mismo en el palacio de Justicia federal, para enmarcar lo ocurrido como secuestro extorsivo, sin éxito alguno, ya que el episodio no se ajusta a ese tipo de delito.

Dos robos en dos meses

Voceros allegados al caso investigan si existe relación entre esta denuncia y la anterior presentada por la misma familia. Según trascendidos, el padre del muchacho asaltado, Oscar P., es un veterano de guerra dueño de una agencia de seguridad privada que presta sus servicios en Palos Verdes.

Es que el 25 de octubre pasado, Oscar P. fue víctima de otro robo en su casa de Barrio Parque. Ese día, el hombre denunció que cerca de las 20.30, él junto a su mujer y su hijo habían salido de su casa y al regresar, poco más de una hora después, se encontró con la puerta de su vivienda forzada y un gran desorden en el interior.

En aquella oportunidad, el hombre aseguró que le faltaba dinero y cheques, por un valor estimado en 180 mil pesos. De todos modos, aclaró que la mayor parte de los valores sustraídos no eran en efectivo.

Además, los ladrones se llevaron una computadora y unas 18 armas de fuego que no estaban a su nombre, ya que, según sus dichos, las había heredado de un pariente. Algunas de ellas eran de colección y no todas se encontraban aptas para el disparo.

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