Mundo

Prensa silenciada

Llegaron los periodistas echados de Bolivia por contar lo que veían

Enviados de Crónica, Telefé y otros arribaron al país tras ser acusados de "sediciosos" por el gobierno golpista de Bolivia, y agredidos por manifestantes anti Evo. Se refugiaron en la embajada y describieron que la tensión en La Paz sigue creciendo


Los enviados especiales del canal Crónica a Bolivia, Marco Bustamante y Adrián “el Chino” Alessandreli, regresaron este viernes al país tras pasar dos días de “mucho miedo” en La Paz. “Lo que pasó era muy serio. Era un tema de vida o muerte”, sostuvo el cronista tras descender del avión en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.  “Eran las 3 o 4 de la madrugada y estabamos escapando en una camioneta con vidrios blindados, en nuestros brazos habían escrito nuestro grupo sanguíneo por si pasaba algo, pasando por barrios bastantes complicados”, relató Bustamante sobre su vuelta de Bolivia, donde fueron agredidos y amenazados por manifestantes contrarios a Evo Morales mientras realizaban su labor al informar el minuto a minuto en los disturbios y protestas.

 

Bustamante cuestionó al gobierno autoproclamado de Jeanine Añez que “le soltó la mano a los periodistas”. Y recordó que la nombrada ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, apuntó a la prensa como “nociva” y expulsó a otros periodistas argentinos a los que acusó de “sedición” por relatar lo que estaban viendo.

Agregó que, tras las declaraciones de la funcionaria, los colegas que estaban allí “comenzaron a recibir ataques” y por eso, “la única forma de salir de Bolivia” era a través de la embajada con “un operativo que no tiene precedentes”.

Alessandreli, por su parte, contó que todo comenzó con “la cobertura de varias horas en vivo” sobre los disturbios y a la mañana siguiente, empezaron a ser increpados: “Gauchos, vayánse”; “Vuelvánse a su casa”, les decían.

“De repente sentí que en el medio de los disturbios una persona de atrás me dice: «Ustedes son de la prensa argentina, los están marcando y los van a lastimar». No le di importancia y seguimos haciendo nuestra tarea. Pero empezó a caer al celular de Marco una foto con la cara de los periodistas argentinos que invitó a la gente a que los repudie. Ahí empezamos a tener preocupación”, relató el camarógrafo.

Otro de los testimonios los dio un camarógrafo de Telefé, Lucio López, que dijo: “Nos están evacuando porque la agresión hacia los medios de prensa son cada vez peor, y el canal está viendo la forma. Esto rojo es del sol y los gases, que algunos dicen que no tiraron y parece que los inventamos nosotros. Estamos preparando los equipos para ir a Los Altos que es un lugar en donde mas o menos nos ciudan. Es una pena que por decir la verdad te tengas que ir corriendo como un delincuente, nos tratan de sediciosos por los medios, es una vergüenza. Pero aguante América Latina”.

“Yo debería estar transmitiendo para América con la cámara y no puedo por mi seguridad. No conozco ni las calles, ¿cómo voy a derrocar a alguien? El problema son los fundamentalistas, los envenenados de las redes, si hay una ministra que dice que los periodistas somos cómplices. Los militares han sido profesionales con nosotros, el problema fueron los periféricos”, dijo por su parte Rolando Graña, otro de los periodistas agredidos.

Los periodistas se refugiaron en la embajada argentina hasta su salida, obligada y no voluntaria. Les abrió las puertas el embajador Normando Álvarez García, aunque no conocía a quiénes les daba protección: “Lo único que veo de Argentina es fútbol, veo a Boca, y a Bendita TV”, dijo en una entrevista.

Evitó así, en línea con el presidente Mauricio Macri y el canciller Jorge Faurie, definir como un golpe de Estado al derrocamiento del presidente Evo Morales y referirse a la represión desatada, aunque calificó de “caótica y con un gran vacío de poder” a la situación en el país del Altiplano. Y sobre el autoproclamado gobierno se limitó a decir que “empezaron mal” y que la sitaución es “muy preocupante”.

 

Comentarios