Política

Aeropuerto de Ezeiza

Llegaron 220 mil dosis más de la vacuna rusa Sputnik V a la Argentina

La nueva partida que llega a suelo nacional servirá para inocular a 110 mil personas ya que está compuesta por 110 mil de la primera dosis y la misma cantidad del segundo componente de la vacuna


El vuelo AR1062 de Aerolíneas Argentinas, encargado de traer las nuevas dosis de la Sputnik V a la Argentina, aterrizó este jueves en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con 220.000 dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada en Rusia: 110.000 de primera y 110.000 de la segunda. Con el nuevo cargamento, se superarían los 400.000 argentinos vacunados con ambas dosis.

El Airbus 330-200 tocó pista a las 12.41, tras haber partido de Moscú ayer a la 1.20 (hora local), 19.20 de Argentina.

En el vuelo de Aerolíneas Argentinas trajo además 20.000 dosis para Bolivia, en una acción solidaria con el país vecino. Un avión boliviano llegará hasta Ezeiza a buscar su cargamento y eso permitirá que el Estado Plurinacional sea el segundo país de la región con Sputnik V.

Según informó la compañía aérea en Twitter, “las vacunas fueron cargadas en la bodega de nuestro Airbus, embaladas en contenedores denominados ‘Thermobox'”, que “mantienen la refrigeración durante el tiempo suficiente para completar el vuelo sin escalas entre Moscú y Buenos Aires”.

Tras dejar el espacio aéreo ruso en la tarde de ayer, el avión sobrevoló Bielorrusia, Lituania, Polonia, Alemania, Francia, el norte de España y Portugal, cruzó el Océano Atlántico, pasó por Fortaleza (Brasil) y Uruguay hasta arribar a Ezeiza donde fue recibido por el presidente de Aerolíneas Argentinas (AA), Pablo Ceriani, entre otras autoridades.

La travesía estuvo a cargo de 10 tripulantes, entre pilotos y copilotos, que se fueron alternando al comando de la aeronave en forma simultánea, compuestas por comandante y copiloto, cuatro en funciones y una de refuerzo, a los que se sumaron despachantes, técnicos y personal de carga, para llegar al total de 20 personas a bordo.

En rueda de prensa al pie de la aeronave Ceriani resaltó que desde la empresa y desde el Estado se sigue trabajando “para que el flujo de vacunas no se detenga” y señaló que es “un honor y una gratificación” poder trabajar con el objetivo de “terminar con la pandemia”.

Además, el presidente de AA ponderó el servicio prestado por la aerolínea de bandera en el traslado de la carga destinada a Bolivia, valoró la “experiencia ganada” por los trabajadores en estos viajes y afirmó que se está a disposición de otros países que necesiten de este tipo de traslados logísticos.

Luego de la descarga de las dosis que comenzó en la pista de Ezeiza unos minutos después del aterrizaje, el gobierno iniciará la distribución a todo el país con las empresas Correo Argentino y Andreani.

Desde esta semana y hasta el 14 de febrero seguirán llegando Sputnik V en cantidades parecidas a las del vuelo que aterrizó este jueves al mediodía: algo más de 200.000 dosis por viaje. A partir del 14 de febrero llegarían a la Argentina cifras mucho mayores, en línea con lo que aspiraba el gobierno: cerca de un millón de dosis semanales.

Este miércoles, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) y el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya aseguraron que la Argentina tiene garantizada la provisión de dosis de la Sputnik V que fueron acordadas por contrato aunque advirtieron que se entregarán con una demora de 2 a 3 semanas debido a que están “mejorando las instalaciones ubicadas fuera de Rusia para garantizar el suministro a Argentina y el resto de la región”.

Así lo había anunciado Kirill Dmtriev, el titular del RDIF, quien anticipó a la cadena CNBC norteamericana que podía “haber alguna demora en nuestra producción porque estamos incrementando nuestras capacidades. Este es un proceso que nunca encaró el mundo, con la necesidad de cientos de millones de vacunas. Las expectativas tienen que ser realistas”.

El titular del RDIF explicó que “la producción de vacunas tiene muchos componentes y si hay problemas con uno, se demora todo”, reconociendo que los retrasos son responsabilidad de la producción rusa.

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