El Hincha

Rugby

Llega la diversidad con el primer amistoso en Rosario

El Hincha entrevistó a Uriel Ugarte y Jaime Jorquera, integrantes de Quimeras Deporte Diverso y protagonistas de un evento que hará historia y dejará un mensaje


Foto: Franco Trovato Fuoco.

Más allá de que en Rosario se jugará el primer partido amistoso de Rugby Social entre equipos con perspectiva de diversidad sexual; detrás de este simple evento hay una historia, hay un mensaje, hay un grupo de personas que a través del deporte busca generar un cambio que haga mucho más justo este mundo que habitamos, no solo en el presente, sino también para el futuro. Será mañana a las 14 en la cancha del Hipódromo con el duelo entre Quimeras Deporte Diverso y Ceibos Rosario Rugby Club.

La mayoría de los integrantes de Quimeras son activistas que militan dentro del colectivo LGTBIQ+. Dentro del egoísmo de obtener una satisfacción por la práctica del deporte, el equipo busca enviar el mensaje gregario de que se puede ocupar lugares en ámbitos que hasta hace un tiempo estaban vedados. Y llevar el mensaje a todos los rincones de la provincia: que haya más Quimeras en territorio santafesino o que haya muches indentificades con Quimeras, sería un gran objetivo cumplido.

El que promete ser un nuevo superclásico en el rugby local tendrá su primera edición, un equipo festejará y otro empezará a preparar la revancha. “Ahora tenemos que ganar”, le dice un sonriente Jaime Jorquera, integrante de Quimeras Deporte Diverso a su compañero de equipo Uriel Ugarte, tras terminar la producción fotográfica en la redacción de El Hincha.

La charla entre los rugbiers y El Hincha comenzó hablando de rugby, del origen de Quimeras, de esos primeros encuentros, de cómo surgió todo. El encargado de romper el hielo fue Uriel, mientras Jaime esperaba su turno, muy atento a los dichos de su compañero para luego ampliarlos.

“No jugaba al rugby, no tenía experiencia en este deporte, estaba enfocado en básquet o natación, una idea tenía pero muy amateur. Y nunca me había imaginado empezar a jugar el rugby, pero era una cuestión mezclada con la militancia del activismo LGTBIQ+, desde ese lado me motivó; el rugby es un deporte bastante elitista, no todos pueden acceder. Nuestro primer planteo fue poder practicarlo en un espacio público, más allá de no tener las condiciones de una cancha. Además para que nos vean practicando. Las claves del activismo son visibilizar y sensibilizar y acercarnos a las personas y a la comunidad. Nos decidimos por el parque frente al Monumento”, dijo Ugarte.

Y como si estuvieran en el parque entrenando, rápidamente Jaime tomó posesión de la pelota y expresó: “Un grupo inicial de chicos que eran conocidos y amigues entre elles empezaron a reunirse. Haciendo uso de las redes sociales comenzó la difusión. También hemos creado diferentes eventos, la fiesta aniversario, reuniones con otros movimientos de LGTBIQ+, compañeros que han participado del espacio y siguen difundiendo, y hoy por hoy tenemos una buena recepción de los medios que se están interiorizando en qué es esto de deporte con perspectiva de diversidad de género”.

Quimeras no es club pero su origen tiene muchas similitudes con la creación de las distintas instituciones de rugby de la Argentina. Un grupo de personas que coinciden en un lugar, que luego de compartir una charla confluyen en un mismo interés. “Todo surgió por una charla de mates en el Parque Urquiza; primero se acercaron amigos, compañeros, y a medida que se fue haciendo la bola se amplió el equipo. Es cierto que captamos varones gays, también varones heterosexuales, y en una época tuvimos la suerte de contar con trans que se han animado a jugar. Es un espacio que aloja a diferentes identidades y orientaciones, que se sienten cómodos. Hoy contamos con una estabilidad ganada de aproximadamente casi treinta jugadores”, explicó Ugarte.

Ambos coincidieron en la autocrítica, que hoy solo hay varones integrando el equipo, pero que apuntan a un futuro cercano poder sumar más integrantes de todas las identidades.

“Una de las claves que propusimos para romper con los prejuicios es plantear el equipo como mixto, no hacer prácticas separadas, que cualquier persona, con cualquier identidad u orientación, rompiendo con esta binormalidad de género que está instituida, justamente sin ninguna etiqueta, presentarse en los entrenamientos, decir porque les interesa participar de Quimeras y ya arrancar, sin experiencia, sin ningún requisito, con una cuota accesible de doscientos pesos para pagarle al entrenador”, dijo Uriel.

En cuanto a las barreras por romper, que son muchas, pero una a una irán cayendo por la conquista de esos espacios, Jaime aseveró: “Que el rugby recepta todos los cuerpos, esa sería la primera barrera por romper, la segunda barrera a romper, no sé si es ideológica, pero sí una cuestión del desarrollo de la narrativa dentro del mundo del deporte, se ven expresiones como ‘puto’, ‘maricón’, ‘no seas nena’, son todas expresiones que al estar normalizadas parecieran que no son malas o nocivas, pero en la constitución identitaria, de quién es puto, de quién es una nena o mujer, este tipo de frases no solamente resisten la inclusión sino que generan expulsión; nosotros dentro de la práctica buscamos no tener este tipo de narrativas. Nuestro entrenador no grita este tipo de palabras, está totalmente acostumbrado al equipo, no grita con insultos peyorativos, si la palabra puto corre, nunca es con sentido malicioso, sino con un sentido identitario. Todo esto tiene que ver con romper estas lógicas de diferentes espacios”.

Hacer visible Quimeras es llevar herramientas a muchas personas que hoy no pueden lograr una identidad o que no se sienten cómodos con el lugar que están ocupando. “Se rompen las barreras con la visibilidad. Cuando en los medios sale la noticia ‘primera alcaldesa de Chicago, mujer, negra y lesbiana’, la gente critica por qué tienen que decir que es ‘negra y lesbiana’, pero es necesario decirlo porque forma parte de grupos de disidencia; en realidad no existimos en la disidencia, existimos porque nos construyen ahí, nosotros tan creadores de discursos como la heteronorma, pero ponerlo de resalto, logra generar dentro de los grupos disidentes la referencia que hay lugar en esos grupos para todo el mundo. Tener jugadores abiertamente homosexuales, jugadores de fútbol abiertamente lesbianas, mujeres trans que se incluyan en el hockey sobre césped, todas estas instancias son necesarias porque son puntos de referencia para las juventudes. Hoy por hoy las juventudes vienen desarrollándose en un mundo que a todos nos cuesta habitarlo.

Parecería que nadie está cómodo en qué decir y qué no decir, y ahí surgen los contra discursos como el ‘ya no se puede joder con nada’; capaz que se estaba jodiendo con lo equivocado, podemos joder y reírnos con todos y de todos, y entre de todos pero no de algunos pocos”, dijo Jorquera.

En una vuelta al presente de Quimeras, y poder conocer cómo se maneja el equipo que cuenta con un entrenador rentado, quien es el responsable de la planificación de los entrenamientos en el Parque Nacional a la Bandera, que es un lugar público y que les da visibilidad, pero que a la hora de jugar un partido, los jugadores pierden la noción de los espacios y sería bueno poder practicar en instalaciones acordes.

“Nuestra tarea se dedica a practicar rugby con o sin experiencia; tenemos una fuerte impronta activista, nuestro espacio es seguro y libre de odio, donde se pueden acercar a disfrutar de un deporte, con la seguridad que no va a sufrir ningún tipo de violencia, y si las hay poder reflexionar y trabajar sobre eso. Hemos tenido casos en los que hemos acompañado transiciones, de varones trans o gente que ha salido del closet, es un espacio que amalgama bastante a las personas del colectivo que son excluidas, implícita y explícitamente por los discursos hegemónicos, y que no encuentran un lugar donde desarrollarse cómodamente”, añadió Ugarte.

Otra vez, llega en apoyo Jaime, como si estuviesen plasmando una jugada de laboratorio: “No debería pasar nada malo en ningún lado, pero en el mientras tanto necesitamos crear núcleos sociales o grupales, no necesariamente de contención sino de referencia y empoderamiento que logren darle las diferentes herramientas a personas: la cuestión de la identidad sexual no es limitante para nada, el rugby tiene el plus de que, al ser el deporte de los machos y de los que se golpean, ver putos jugando al rugby genera un despertar y decir: por qué el resto no puede hacerlo”.

“Nunca preguntamos o hacemos hincapié en la orientación o identidad sexual, solo quién sos, por ejemplo qué gusto de helado te gusta comer y cómo te podemos decir, y listo. Después empieza cada uno a construir la trayectoria dentro del equipo, se pueden tomar funciones y responsabilidades que cada uno quiera, hacemos lo que podemos con los medios y las redes, todo de autogestión”, dijo Ugarte y agregó: “Intentamos crear una liga de rugby social, que la estamos armando con otros equipos que tienen una finalidad inclusiva y social, poder hacer encuentros, partidos, cuadrangulares, que no se pierda la causa de por qué lo hacemos”.

Sobre la relación del grupo, Uriel explica: “Se producen intercambios muy ricos, quienes somos personas que integramos el colectivo LGTBIQ+ estamos más familiarizados con estas cosas, la realidad no es algo de todos los días que se pueda hablar en estos términos, y nuestros compañeres heterosexuales se interesan e intrigan y después comienzan a tomar la bandera y acompañar nuestras causas. Lo que se llama ahora las nuevas masculinidades, que es simplemente poder reconstruirse desde ese lugar de macho, y entender que uno puede ser solidario, acompañar, hacer ocupar los lugares a los que los tienen que ocupar en condiciones de igualdad”.

Siendo activistas que conocen lo que es la lucha por los derechos, tienen además de buscar ganar el superclásico entre Ceibos y Quimeras lograr que el mensaje de diversidad llegue desde el deporte. “Un primer logro sería romper con lo que se necesita para jugar al rugby, para jugar al rugby sólo tenés que tener ganas. Después el resto viene solo, esa sería la primera victoria. Poder visibilizar dentro de la provincia de Santa Fe a Quimeras Deporte Diverso, como un club que, con este tipo de perspectiva, no sé si ser los pioneros en todo este ámbito pero sí podernos aggiornarnos a ciertas lógicas provinciales, al margen de lo partidario, ciertas prácticas de inclusión con diferentes expresiones, como la segunda movida cultural de la provincia es la marcha LGTBIQ+, un paseo de la diversidad, cantantes como Ayelén Becker que logran llegar a los medios a cantar como mujer trans y de a poco poder en algún momento, se me ocurre, pensar que pequeños niñes –sin importar de donde vengan– puedan seguir no nuestro camino pero poder sumarse a un espacio como Quimeras o crear el suyo propio; no estamos buscando llevar agua a nuestro molino sino realidad poder regar el mayor campo posible con nuestra experiencia”, explicó Jorquera.

Cuando se aleja de lugares más poblados como Rosario, que tiene tantas políticas en relación con la diversidad, es dónde más necesario se hace que estén presentes este tipo de espacios como Quimeras. Hay muchas y muchos, que no la pasan bien, lugares chicos en los que sólo hay un deporte para mujeres y otro para varones, y los que no practican quedan excluidos, y son señalados. “Sobre todo lo que tenemos que lograr es que se puedan referenciar y apropiar, tanto el colectivo LGTBIQ+, la sociedad, y las localidades aledañas a Rosario puedan saber que hay equipos que se dedican a la diversidad, ir a ver los partidos, disfrutar de ese momento, y también disfrutar de otras actividades”, dijo Ugarte y amplió: “En un principio pusimos Deporte y Activismo Diverso, que son los ejes que queremos trabajar, no sólo manteniendo los espacios deportivos, sino cuestionando al deporte como un lugar donde hegemónicamente está ocupado por la heteronorma, y que otras identidades y disidencias podamos habitarlo. Vamos a estar organizando la feria en la Marcha del Orgullo el próximo 5 de octubre, y así hemos estado con otras organizaciones que piensan que el deporte no es eje tan urgente pero nosotros creemos que a través del deporte se puede crear identidad, mucha comunidad y lazos muy fuertes”.

Algunas generaciones se resisten al cambio y la aceptación, otras afirman sus pensamientos, otras se deconstruyen y las nuevas generaciones con todo ese empuje, teniendo la fortuna de no estar contaminados por pensamientos arcaicos, son los actores principales de un cambio que hoy puede contar con espacios como Quimeras y que pronto se propaguen. “A las nuevas juventudes parece que no les alcanza con este mundo, con este reparto loco de ideas, vienen jóvenes mujeres o varones y les dicen: esto es ser mujer o varón; hay algo que no les logra cuadrar, por ende van irrumpiendo con nuevos conceptos, porque generalmente el reparto tiende a ser bastante pobre y desigual. La mujer es la que cuida y se queda en la casa, delicada y suave, mientras que el hombre es el fuerte, el que provee, el macho y el que hace; les putos, las tortas, y ese tipo de identidades, pongámoslas en ese colectivo en el costado. Hoy por hoy las nuevas generaciones saben que eso no puede ser así y están creando nuevos discursos”, expresó Jaime y luego fue terminante en un concepto muy válido: “Les jóvenes no están aceptando el mundo con las reglas con las cuales vinieron”.

Continuando con el cómo se plantan las nuevas generaciones ante la sociedad que les quieren imponer, Uriel dispara: “El machismo y esta cultura patriarcal nos hace perder a todos y todes. La juventud hoy transgrede, va ocupando espacios, no se fija en las etiquetas, tiene una versatilidad muy interesante que estaría muy bien aprender. Tiene una actitud muy desprejuiciada con estas cosas y que no tenemos que quedarnos atrás”.

El rugby y el deporte como medio para poder construir una sociedad más justa. Un grupo de personas a las que les gusta la práctica deportiva busca generar un cambio desde la aceptación. Un partido de rugby va a generar todo esto, es un punto de partida, el superclásico marcará un antes y un después. De eso no hay duda alguna.

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