Edición Impresa

Muerte en Tablada

Llaman a la puerta y lo ejecutan

Un joven de 22 años fue acribillado de nueve tiros en la puerta de su casa de Chacabuco al 3800 y falleció en el hospital Provincial. Hace algunos meses, había sido blanco de otro ataque en el mismo lugar. “Se la tenían jurada”, dijeron vecinos.


No pasaron seis meses de la última vez que a Maximiliano Moreno lo quisieron matar. En septiembre, entró al hospital Provincial con nombre falso y varios disparos que lo dejaron al borde de la muerte. Por eso en Tablada, el barrio que lo vio crecer, todavía lo veían pasar dolorido, como alguien que se salvó de milagro. Sin embargo, nadie pareció sorprenderse cuando anteanoche quien fuera que lo quería muerto llegó a su casa, tocó la puerta y lo asesinó de al menos nueve disparos. Había cumplido 22 años y estaba acusado por un homicidio y un intento de asesinato en Arroyo Seco.

“Acá es así: cuando somos chicos vamos todos por el mismo camino. Nos conocemos todos. Pero en un momento el camino se abre y tenés que elegir entre la buena y la mala. Maxi era de las malas decisiones”. Así describió un joven vecino lo que pasó este domingo al caer la noche, cuando Maxi Moreno fue asesinado en su casa de Chacabuco al 3800.

Pasadas las 20, un auto llegó al lugar y llamaron a su puerta. Cuando el chico abrió, lo hicieron entrar apenas unos centímetros y se escucharon varios disparos. Enseguida, el vehículo se perdió y, al parecer, nadie pudo ver a sus ocupantes. De acuerdo con lo informado por voceros policiales, Maxi llegó al hospital Provincial a las 21.20, trasladado por familiares. Tenía nueve balazos y falleció media hora después de su ingreso.

Maxi creció en Tablada y era el menor de tres hermanos. Sus padres estaban separados y él vivía con su abuela en la casa de Chacabuco al 3800, aunque también había formado familia propia en el barrio. La vivienda está pintada de verde agua y tiene una puerta negra. La misma a la que llamaron sus asesinos el domingo. Al lado, hay un garaje con una pequeña ventana tapada con una tela de jean, que hace de cortina y que ondea con el viento.

Ayer al mediodía, pocos parecían sorprendidos por la muerte de Maxi. El chico tenía mala fama y hacía poco habían querido matarlo en el mismo lugar. A un par de adolescentes no le llamó la atención la saña de sus asesinos, pero sí su valentía: “Es raro que hayan venido hasta acá. No lo esperaron por ahí. Vinieron a buscarlo y se metieron en la casa para matarlo”. En este sentido, vecinos sostuvieron que los asesinos no eran del barrio y que a Maxi se la tenían jurada en varios puntos de la ciudad. Incluso, algunos relacionaron a su hermano con la muerte de Hugo Lastra, un joven de 21 años que fue asesinado de dos disparos el 15 de octubre de 2014 en Colón y 24 de Septiembre. Por este crimen, tanto Maxi como su hermano se habrían ganado enemistades en Tablada.

Lo cierto es que el 25 de septiembre del año pasado Maximiliano Ezequiel Moreno llegó hospital Provincial con heridas de arma de fuego en la pierna izquierda y el muslo derecho. Como anteanoche, lo habían baleado en su cuadra. Cuando fue entrevistado por la Policía, dijo que se llamaba Leandro Nicolás Arias y que había sido atacado por dos hombres que andaban en un Volkswagen Trend y que quisieron robarle la moto. Sin embargo, poco después se determinó que había dado un nombre falso y que tenía un pedido de captura del Juzgado de Menores 4ª por un homicidio y un intento de asesinato ocurridos en Arroyo Seco. Además, no había regresado a la cárcel local tras una salida transitoria, donde estaba detenido por amenazas calificadas y portación de arma de fuego, según contó una fuente del caso.

Crimen en Arroyo Seco

En el Juzgado de Menores 4ª Maxi tenía una causa por un hecho que ocurrió el 8 de julio de 2012, a la salida del boliche arroyense Burbuja. Esa madrugada, un hombre identificado como Martín Dibenedetto tuvo una pelea con los hermanos Gustavo y José Luis Balbuena, en la que se llevó la peor parte. Hasta ese momento: un rato después, testigos vieron a un hombre bajar de un auto y disparar contra los Balbuena, a 150 metros del local bailable. José Luis murió de un tiro en la cabeza y su hermano recibió disparos en las piernas. En agosto de 2014, la Cámara Penal condenó por el crimen a 12 años de cárcel a Dibenedetto.

Según la instrucción en el fuero de mayores, Dibenedetto había ido a bailar con su pareja y un hijo de ella, Maxi Moreno. La pelea en el boliche se inició por un entredicho entre el chico, en ese entonces menor de edad, y Gustavo Balbuena. De acuerdo con lo que expuso la defensora pública Estrella Galán, hubo inconsistencias en los testimonios, muchos de ellos contradictorios. Es que la descripción del tirador coincidía más con Maxi que con su defendido, Dibenedetto. A esto se sumó que Maxi era el primo del joven por el cual se originó el entredicho dentro de la disco. E hizo hincapié en un testimonio que consideró clave, el de Nadia R., quien afirmó haber escuchado que un hermano de Balbuena decía que si José Luis fallecía le echarían la culpa a Dibenedetto.

Sin embargo, el fiscal de Cámaras Guillermo Camporini dijo que había pruebas suficientes para condenarlo, y que el acusado intentó culpar sin elementos a Maxi. La novia de éste, Celeste P., estuvo imputada en el caso, aunque fue absuelta. Y hubo una controversia sobre el auto del que bajó el homicida: algunos dijeron que fue un Renault Clío y otros un Volkswagen Gol. El año pasado, tras ser dado de alta del ataque en que salvó su vida de milagro, el Juzgado de Menores Nº 4 lo llamó a indagatoria para acusarlo por la muerte de Balbuena. Una versión que circuló ayer era que tenía prisión domiciliaria por este caso.

Comentarios

10