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Literatura sobre amistades peligrosas

Mercedes Reincke presentó “De tripas corazón”, que muestra dos facetas.

La novela De tripas corazón, de Mercedes Reincke, parte de un encuentro entre dos mujeres y una amistad que las transforma, donde lo esencial no es lo que va a pasar –una terminará por matar a la otra apenas comenzado el libro– sino el camino emprendido por ambas para hacer realidad sus sueños.

Una especie de road movie interior y delirante es el hilo conductor de esta novela que prioriza el proceso seguido por la protagonista más que fijar la línea de argumentación de la historia contada. Importa el tono irónico y aquello inesperado que surge al dar vuelta cada página.

“Cuando me puse a escribir la novela siempre supe que se iba a llamar así y nunca lo analicé demasiado. Me da la sensación que es hacer un poco de magia. El título le va bien, las desgracias a veces nos permiten crecer, evolucionar, convertirse en otro. Es inevitable”, sentencia la escritora en una entrevista con la agencia Télam.

Reincke confiesa: “Siempre supe que iba terminar por matar a Perla, en un punto era como meterse adentro esa persona. Ellas se unen en ese final quizá coqueteando con la idea de que las dos en realidad eran una”, arriesga la autora de La nueva vida de Matilde.

Lo importante en la trama es cómo se animan a bucear dentro de ellas, sobre todo la narradora que lleva una vida opuesta a lo que le dicta su deseo.

“Recuperar los sueños postergados es un tema que me interesa mucho sobre todo en las mujeres después de los treinta. Lo que se imaginó que iba a hacer y sin embargo tomó un camino equivocado y todo quedó escondido en algún corredor del cerebro”.

La protagonista, a partir de conocer a Perla, su vecina y nueva amiga, casada con Humberto y con un hijo Martín –que murió de muerte súbita siendo muy pequeño–, comienza a percibir que ese country Las Delicias donde aterrizó con su marido Fefe es la gran equivocación de su vida.

Desde esa constatación empieza a dilucidar su deseo de llegar a tener una peluquería: “Parece fácil, pero es un deseo muy profundo, sobre todo como lo cuenta ella, esto de embellecer a la mujer no desde la cosa estética tan de moda sino de empatar lo que le pasa dentro de la cabeza con lo que le pasa afuera”.

Otro aspecto de la trama, más sutil, es el deseo de Perla: ¿Hasta qué punto tiene ganas de seguir viviendo una mujer a la que se le murió su único hijo? “Creo que cada una tuvo lo que necesitaba, con el mismo código de barras aunque con distintos componentes”.

En un punto de la novela, la narradora reconoce que Perla había sido un puente “entre lo que era y lo que soy”. “Ella ve en Perla una puerta para mirarse adentro y hacer todo lo que no se animaba. Es curioso porque debiéndole la vida se la saca”.

Otra protagonista importante de esta novela recién publicada por Tusquets, recalca Reincke, “es la lluvia que Perla necesita para poder dormir y creo que en esos estados acuáticos uno puede ir para adentro y encontrarse con versiones de una misma, postergadas, abandonadas o marchitas. El tiempo pasa rápido, me parece bueno hacer una visita a ese lugar del alma”.

“‘Nunca se sabe’, es una frase muy tonta que había pensado poner como bajada del título, porque me interesa cualquier cosa que uno hace desde las vísceras no desde la mente, y hasta dónde te puede llevar eso: a la narradora a cortarle el pelo a una actriz de Hollywood.

Esa ausencia de miedo también influyó en la construcción de la novela: “Yo ponía ‘cumpleaños circo’ y la verdad es que suena como un delirio, al igual que entregarle tu cabeza a una amiga para que te corte el pelo o te tiña, es de una osadía tremenda y ellas dos lo hacen”.

La escritura duró un año “en el que me fueron pasando cosas que fui metiendo en la novela”, como la comparación entre mi casa de la infancia y la del country de la narradora: “Me hicieron pensar mucho en el alma que tiene un lugar”.

“Me interesa también la certeza de tener todos los mismos recursos porque otro personaje –Carolina– se la pasa intentando soñar mejor, que su inconciente le tire información para vivir de otra manera”.

“Esta novela abre ventanas y ventanas sin necesidad de cerrarlas, como una especie de juego, porque no dejé de lado lo delirante; me parece –observa– que lo real está cuando cerrás el libro y salís a vivir tu vida. Me gusta ese viaje”.

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