En pleno conflicto por su decisión de abandonar el Barcelona, Lionel Messi está convocado para mañana a primera hora en la Ciudad Deportiva para pasar las pruebas médicas y un test de coronavirus, pero no se presentará, según informó ayer la prensa catalana, mientras la entidad aclara no tener constancia de que esa sea su intención.
El capitán de la selección argentina considera que su contrato ha finalizado y, como ya solicitó marcharse del club libre, no acudirá ni a las pruebas médicas de mañana ni al arranque de los entrenamientos bajo las órdenes del nuevo DT, Ronald Koeman que están programados para el lunes, adelantó la radio Rac1 y confirmaron otros medios catalanes.
Messi informó al club el martes que desea irse de inmediato, lo que sumió al Barsa en una nueva crisis en menos de dos semanas después de su humillante derrota 8-2 en la Liga de Campeones ante el Bayern Munich.
De acuerdo a la prensa española, los abogados que representan a Messi han dicho que no necesita acudir a los entrenamientos pues ya ha manifestado su deseo de dejar el club y, por lo tanto, su contrato ha finalizado.
El jugador invoca una cláusula en el contrato de cuatro años, firmado en 2017, que le habría permitido salir gratis del club si lo hubiera solicitado antes del 10 de junio, fecha en la que iba a terminar la temporada antes del parate obligado por la pandemia de coronavirus.
De acuerdo a los términos del contrato que expira en junio de 2021, la única forma en que Messi puede irse sin el consentimiento del club es si un equipo paga su cláusula de rescisión de 700 millones de euros (833 millones de dólares).
En cuanto a su futuro, la opción del Manchester City de Guardiola se mantiene en primera posición aunque plantea dificultades por el “Fair-play” financiero de la UEFA -que establece el límite de 100 millones por encima de lo que se ingrese-, y la carga de la masa salarial de Messi (más de 50 millones). Un escalón más abajo se ubican PSG, Inter de Milán y Juventus.
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