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Límite a los refuerzos

La llegada de las seis incorporaciones que hizo la Lepra estuvo directamente relacionada con la economía.

La llegada de refuerzos en Newell’s estuvo, una vez más, directamente relacionada con la escasa disponibilidad económica del club a partir del salvataje judicial. Entonces, los jugadores que se incorporaron al plantel en la mayoría de los casos son una apuesta de la dirigencia avalada por Roberto Sensini. No hay grandes nombres, hay jugadores con potencial y otros que por su pasado en el club arrastran un plus a favor que les abre un crédito con los hinchas.

Para encarar el torneo Apertura se incorporaron seis futbolistas, pero en el debut ante Estudiantes serían titulares sólo tres: Gabriel Cichero, Luis Rodríguez y Sebastián Taborda o Iván Borghello. Los otros dos, Luciano Vella y Leandro Velázquez, aparecen como buenas alternativas desde el banco, más allá de que algunas veces estarán desde el inicio.

Está claro que Sensini sigue apostando a una base de jugadores que se quedaron y sólo tratará de reemplazar a aquellos futbolistas que no tenían un suplente confiable dentro del plantel.

El venezolano Cichero se muestra como un jugador más confiable de lo imaginado y aparece como un verdadero refuerzo, pero no hay que dejar de lado que ese lugar, el que dejó vacante Juan Manuel Insaurralde, tenía como candidato a Ignacio Fideleff, quien se lesionó (rotura del menisco externo) y le abrió una chance al venezolano.

Los otros dos lugares a cubrir son los puestos de ataque, el gran problema del entrenador tras la salida de Jorge Achucarro y Joaquín Boghossian. Por ahora, el Pulguita Rodríguez amaga con ser un jugador interesante que puede aportarle al equipo juego y también gol. El tucumano pinta bien, aunque presenta un interrogante debido a un estado físico que en los últimos años lo dejó bastante tiempo fuera de la cancha (tal como sucedió anoche en el amistoso que no pudo jugar ante Cerro).

La situación del nueve es tan repetida como preocupante. Será difícil tener otro acierto similar al de Joaquín Boghossian, pero Sensini espera que Taborda o Borghello al menos cumplan con la cuota mínima de goles para un delantero de un equipo con pretensiones.

Por pergaminos o por presente, Hernán Rodrigo López o el peruano José Carlos Fernández aparecían como opciones menos riesgosas, pero cuando la economía no acompaña, hay que tomar lo que el mercado ofrezca, más allá de que el uruguayo Taborda venga precedido de dos años con poco rodaje y escasos goles, o el Memo Borghello no sea el nueve grandote al que estaba acostumbrado este equipo.

En el caso del Tano Vella, su llegada estuvo relacionada a la política de “repatriar” futbolistas con pasado exitoso, más allá de que dentro del plantel hay algunos juveniles que tranquilamente podrían cumplir la misma función ( Maurocio Sperduti o Cristian Díaz, por citar algunos ejemplis). Y en cuanto a Velázquez, no deja de ser una muy buena alternativa en caso de no contar con Formica y como sucedió anoche, también puede jugar junto al Gato. Con apenas 21 años, la apuesta por el volante de Vélez aparece como un acierto.

Frente a este panorama, como sucedió en los últimos recesos, los mejores refuerzos pasaron a ser los jugadores “vendibles” que se quedaron a disputar el Apertura y la Sudamericana. Mantener a Sebastián Peratta, Agustín Alayes, Leonel Vangioni, Mauricio Sperduti y, por supuesto, Mauro Formica pasó a ser la mejor noticia que podía recibir Sensini en este receso. Y no hay dudas que si a estos nombres se le suman la experiencia de Rolando Schiavi, Diego Mateo y Lucas Bernardi, la ilusión de pelear arriba o avanzar en la Copa Sudamericana tiene algún sustento.

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