Política

Presentación en Santa Fe

Lifschitz propuso una reforma profunda de la Constitución

El proyecto incluye la reelección, la autonomía municipal, paridad de género y balotaje, entre otros cambios a la Carta Magna. En el acto en la Casa Gris estuvieron presentes los ex gobernadores Antonio Bonfatti y Hermes Binner


El gobernador Miguel Lifschitz anunció el envío a la Legislatura del proyecto de ley para una reforma parcial, aunque profunda, de la Constitución provincial. Fue este lunes, durante un acto realizado en Casa de Gobierno donde estuvieron sus antecesores Hermes Binner y Antonio Bonfatti y buena parte de su gabinete.

El proyecto que establece la necesidad de la reforma constitucional debe ser aprobado por los dos tercios de cada cámara. Ingresó por Diputados, donde el gobierno tiene mayoría propia pero no cuenta con los sufragios necesarios, por lo que deberá negociar con la oposición para lograr la media sanción y girarlo al Senado (allí el gobierno es minoría y requiere sí o sí de un acuerdo con el PJ).

La iniciativa presentada ayer en la Casa Gris establece cuáles son los puntos a debatir por la Convención Reformadora en caso de que la Legislatura sancione la ley. Se proponen cambios en las nueve secciones en que está dividida la Carta Magna, cuya última reforma fue en 1962.

En materia política, el proyecto enviado a la Cámara de Diputados incorpora la reelección del gobernador y vice por un solo período y fija el mismo límite para los senadores y los diputados provinciales, que hoy tienen reelección indefinida. Además, propone la figura del balotaje (o segunda vuelta) para la elección del gobernador. Y establece la paridad de género para las tres categorías.

En cuanto a la autonomía municipal, el proyecto determina que se deben reformar los artículos 106, 107 y 108 (régimen municipal) a criterio de la Convención Reformadora, aunque en su texto el gobierno establece dos pautas: la paridad de género para los comicios municipales y el mandato de cuatro años para las comisiones comunales.

Sobre la composición de la Cámara de Diputados, la Constitución vigente le otorga 28 bancas al partido que gana la elección y reparte las 22 bancas restantes según el sistema D’Hondt (proporcional a la cantidad de votos de cada partido). El nuevo texto deja de lado la mayoría automática y propone repartir las 50 bancas a través del sistema D’Hondt. Además, se busca ampliar el período de sesiones ordinarias de la Legislatura.

Cambios en instituciones

En otro capítulo, el anteproyecto de reforma establece una serie de cambios y de nuevas figuras vinculadas a las instituciones de la provincia. Entre ellos, se destaca la propuesta de lograr una composición impar de la Corte Suprema de la provincia, que hoy está integrada por seis miembros.

Además, se buscará implementar un cambio sustancial para la designación del jefe de la Policía. Hoy es potestad exclusiva del gobernador; en el proyecto enviado a las cámaras se establece que deberá ser votado por la Asamblea Legislativa, que componen la totalidad de los senadores y diputados provinciales.

También se apunta a la incorporación, con rango constitucional, de las convenciones internacionales ratificadas por la Argentina en la reforma de 1994. Y se propone establecer la neutralidad religiosa del Estado provincial.

En otro punto, el proyecto fija criterios de progresividad en materia impositiva. Y determina además que las jubilaciones y pensiones de los trabajadores del sector público seguirán bajo la órbita de la Caja de Jubilaciones de la provincia con “carácter intransferible”.

Uno de los puntos que generará más polémica al momento del debate legislativo, además de la reelección del gobernador, es la “delegación legislativa en materias determinadas de administración, por un plazo determinado y dentro de las bases de delegación”. En otros términos: se apunta a que la Legislatura ceda la potestad del dictado de leyes al gobierno.

“La síntesis de un proyecto”

Durante el acto de presentación del proyecto, el gobernador repasó los intentos anteriores de reforma (desde Obeid hasta Bonaffti) para afirmar que la iniciativa “no es una ocurrencia de este gobierno”, sino “la síntesis de un proceso que se viene dando, que viene madurando en la sociedad civil, en las instituciones y también en el ámbito de la política”.

Lifschitz sostuvo que su gestión “lleva 28 meses y desde el mismo momento de iniciada se planteó la necesidad de la reforma constitucional: lo hice en el discurso de asunción; lo hice posteriormente en mi primer discurso frente a la Legislatura, al abrir las sesiones ordinarias en 2016; lo repetí al año siguiente; y se hizo una convocatoria muy grande también a mediados de 2016”, en referencia al programa Bases para la Reforma que tuvo como responsable a Oscar Blando.

“Cada una de las reuniones y eventos organizados alrededor de la reforma tuvieron una gran convocatoria. Esto habla del interés que despierta este proyecto, habla de que todos sentimos que se abre una oportunidad para la provincia que quizás, por distintas razones, no pudo darse con anterioridad, de encarar de manera seria, responsable, plural, democrática y participativa un proceso de reforma constitucional”, remarcó el gobernador.

“Este proyecto es más que una reforma, es más que la ley de leyes; es poner en discusión un proyecto y los valores sobre los que queremos construir la provincia de Santa Fe, las líneas directrices de la construcción institucional, política, económica, social a la que aspiramos”, agregó Lifschitz.

El mandatario es optimista respecto del tratamiento legislativo del proyecto: “Prácticamente todos los partidos políticos se han expedido positivamente en cuanto a la necesidad de la reforma. Por supuesto, hay distintas opiniones respecto de los plazos y tal vez eso será parte del debate. Sin embargo, considero que lo más rico está en el contenido mismo del proyecto: allí están los intereses presentes y futuros de los distintos sectores de la sociedad civil”.

La reelección

En la presentación del proyecto, el gobernador Miguel Lifschitz no esquivó el tema de la reelección del gobernador, uno de los puntos que más dudas genera en la oposición. “De ninguna manera va a ser el eje del debate”, aclaró Lifschitz. Y luego chicaneó: “Algunos tienen miedo de abrirle a la sociedad el debate de los grandes temas. No tenemos que tenerle miedo ni a los cambios ni a la participación popular”.