Economía

Teoría y realidad

Libre mercado de rapiña: botellas de Coca Cola duermen en góndolas cerca de su fecha de vencimiento

Por el alto precio fijado gracias a la desregulación del mercado, las ventas cayeron y con ello la rotación en las bocas de expendio, por lo que comenzaron a promocionar ofertas para circular el stock acumulado, según un informe de Página 12. Economía, contra su libreto, tuvo que pedir moderación


Las gaseosas tienen un alto porcentaje de acidulantes y conservantes que le permiten una fecha de vencimiento extendida, a partir de la cual, y sobre todo por la pérdida de gas, se modifica el sabor hacia uno desagradable. Un problema, para ese y cualquier comestible, es que se acerque ese momento en la góndola, por falta de ventas. Es lo que, de acuerdo a una investiogación del periodista Leandro Renoud en Página 12, le ocurre, por primera vez en su historia en el país, a la poderosa Coca Cola. A partir de la desregulación total del mercado dispuesta por el Gobierno de Javier Milei, multinacional elevó los precios en la Argentina a valores superiores a los que comercializa su marca insignia, incluso, en Europa. Y los bolsillos no dan con la licuación de salarios, otro eje del plan económico. Por eso, las distribuidoras de la empresa comenzaron a ofrecer promociones, sin bajar el precio de la unidad.

Según la nota, el derrumbe en las ventas de la gaseosa durante las Fiestas de fin de año y la temporada de verano, el período de mayor comercialización, redujo la rotación en los comercios estrepitosamente, al punto de que muchas botellas quedaron estacionadas en góndolas cerca de su fecha de vencimiento. En algunos casos, a poco más de 20 días. El artículo cita fuentes del comercio y grandes supermercados para señalar que las embotelladoras de todo el país empezaron a ofrecer promociones de 2×1 o descuentos del 70 u 80 por ciento en la segunda unidad.

Las remarcaciones exhuberantes permitidas por el paradigma de libre mercado ya hicieron agua en sus fundamentos. El ministro de Economía, Luis Caputo, convocó en la tarde de este lunes a los principales directivos de cadenas de supermercados para quejarse de que “los precios de los productos de consumo masivo no reflejan hoy la nueva realidad económica”, según un comunicado del Palacio de Hacienda. Un reclamo que choca contra el fundamentalismo libertario según el cual el mercado, ante la caída de la demanda si los precios son excesivos, se regularía solo a la baja sin intervención estatal.

Sin embargo, la realidad, y más la argentina, se empeña en contrariar los libros de economía ultra ortodoxa que lee y repite Milei. En ese contexto, Caputo junto al secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Juan Pazo, y su par de Comercio, Pablo Lavigne, llamaron al Palacio de Hacienda a los líderes de los principales supermercados: Coto, La Anónima, Carrefour, Chango Más, Día, y Cencosud.

Fuentes de Economía señalaron que las empresas deberían hacer un “blanqueo” o un “sinceramiento” del valor al que venden sus productos en vez de ofrecer promociones del tipo “70% de descuento en la segunda unidad”. Como hace Coca Cola ante un desplome de sus ventas del 30% en enero, el 20% en febrero y el augurio de un 40% en marzo. Una preocupación oficial es que, con esas prácticas, al no bajar el precio de la unidad se complica poder mostrar al menos un buen indicio económico en medio de la recesión pronunciada: la desaceleración inflacionaria. Nueva contradicción, ya que para el manual libertario el aumento sostenido de precios es consecuencia exclusiva de la emisión monetaria, que el Gobierno jura haber reducido a cero

Coca Cola tiene varias distribuidoras que trabajan en todo el país, entre ellas Reginald Lee y Femsa, que entregan en Buenos Aires; Salta Refrescos, en el Norte, y Atlantico Sur, que lleva a la costa y al sur. En el caso del Norte, dispusieron un acuerdo de 2×1 en gaseosas en los grandes hipermercados. En Buenos Aires y Capital, la estrategia es ofrecer la segunda unidad al 80 por ciento, como en la Costa.

Si bien la gaseosa de mayor venta global no es un producto esencial, la caída abrupta de ventas es relevante en términos de comportamiento del consumidor: los supermercadistas refieren que la elección de marca de la bebida cola es la última que se cambia por una segunda marca. “No lo vimos nunca esto, vos ponés una Coca en la góndola y siempre se vende, pero ahora nada”, cita Página 12 al referente de un hipermercado multinacional.

 

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