Policiales

Fallo con condimento

Liberan a “los perejiles” presos en el marco de un homicidio

La Cámara de Apelaciones dejó sin efecto una prórroga de prisión preventiva que pesaba sobre dos jóvenes de 19 detenidos desde fines de agosto por una portación de arma. Habían quedado tras las rejas por una resolución de la jueza Silvia Castelli apelada por la defensa de ambos


Con perejil en mano, familiares pidieron Justicia. Foto: Gentileza / Rosario 12

Dos jóvenes de 19 años que estaban presos desde fines de agosto pasado por una portación de arma de fuego recuperaron este martes la libertad. Así lo dispuso la Cámara Penal de Rosario luego de revocar una polémica prórroga de prisión preventiva dictada por la jueza Silvia Castelli que motivó movilizaciones con paquetes de perejil en alusión a la inocencia de los detenidos, quienes habían sido detenidos en el marco de la investigación de un homicidio.

Según habían denunciado familiares de Gastón T. y Franco A., la jueza Castelli extendió la detención de ambos sin que siquiera se haya realizado la rueda de reconocimiento que ellos mismos habían pedido para demostrar su inocencia, porque “no aceptaron firmar un abreviado” con la Fiscalía asumiendo un delito que aseguran no haber cometido.

Este martes, la jueza de la Cámara de Apelaciones Carina Lurati revocó la prórroga de prisión preventiva que dictó Castelli y ordenó la libertad de los dos muchachos que no tenían antecedentes penales y pasaron casi tres meses encarcelados.

Durante la audiencia, el abogado defensor de ambos, Leonel Botta, explicó que sus clientes fueron detenidos el pasado 23 de agosto en la vía pública, cerca de sus domicilios, por el delito de portación de arma de guerra, y que luego también se les imputó un homicidio en ocasión de robo porque una pericia balística determinó que el arma secuestrada había sido utilizada en otro hecho.

Así hizo referencia al crimen de Matías Aguirre, un adolescente de 17 años asesinado de un tiro en el pecho a fines de julio durante una emboscada en Puente Gallegos, que se presume fue para robarle la moto. El testimonio de otros dos jóvenes que los acompañaban, uno de los cuales también fue baleado, sindicó a los presuntos homicidas por sus apodos. Y no eran ni Gastón ni Franco, lo que quedó comprobado cuando finalmente se realizó la rueda de reconocimiento que dio resultados negativos.

Botta reclamó en la audiencia que sus clientes seguían detenidos porque la jueza Castelli fundó la “peligrosidad procesal en pruebas que no fueron notificadas” por un entrecruzamiento de mensajes de texto en relación con una causa distinta en la que sus defendidos no están imputados.

A su turno, el fiscal de Cámaras Hugo Enríquez pidió que los dos jóvenes continúen presos hasta el juicio y aclaró que si bien están en libertad en la causa que investiga el homicidio continúan imputados por la portación ilegítima de arma, delito que prevé una pena mínima de tres años y seis meses de cárcel. Y que, en todo caso, lo que había que discutir era si la portación de arma puede ser compartida o no, lo que a su entender sí. Es que otro de los muchachos detenidos el día del secuestro del arma firmó un abreviado por ese delito y recuperó la libertad.

Tras el debate, la jueza Lurati no hizo lugar a los pedidos del fiscal y dejó en libertad a los dos acusados luego de ordenar que fijen domicilio y se presenten una vez por semana en la Oficina de Gestión Judicial.

“Larguen a los perejiles”

Luego de pasar los primeros 60 días con prisión preventiva, la familia de los muchachos creyó que los iban a liberar y se encontraron con la sorpresa de que la Fiscalía pidió 45 días más, que Castelli aceptó. Por eso organizaron una marcha frente al Centro de Justicia Penal con carteles que decían: “Busquen a los verdaderos culpables y larguen a los perejiles”.

En esa oportunidad María, cuñada de uno de los detenidos, recordó que fueron detenidos por Gendarmería a metros de sus casas en el playón deportivo de barrio Tío Rolo y que a unos 60 metros de donde estaban los uniformados encontraron un arma de fuego que más tarde se supo había sido utilizada en homicidio del adolescente.

“Primero les dieron 60 días de prisión preventiva y, cuando se venció, que pensábamos que los iban a largar porque son inocentes, el fiscal pidió una prórroga por 45 días más porque se negaron a firmar un acuerdo abreviado y hacerse cargo de algo que no hicieron. Imaginate la desesperación de estos chicos que están en una unidad penitenciaria, nunca en sus vidas estuvieron en un lugar así, harían cualquier cosa por salir de ahí. Pero no tienen por qué hacerse cargo de algo que no hicieron”, continuó para recordar que ninguno tiene antecedentes penales y lamentaron el rol de la Justicia al mantenerlos tanto tiempo detenidos sin pruebas.

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