Espectáculos

“Leonor” de Hebe Uhart

Fragmento de cuento "Leonor" de Hebe Uhart. Página 37 de "Relatos reunidos".

Cuando Leonor era chica, su mamá hacía albóndigas de harina de mandioca. Las albóndigas de harina de mandioca son tan duras como si tuvieran plomo, secas como si fueran de arena y malignamente compactas. Si uno las come estando triste, hace de cuenta que come un páramo; si uno está contento, esa bola marrón, sin nada aceitoso, es un alimento merecido y vivificante.

Leonor creció y llegó a los dieciocho años. Su mamá le dijo:

—Hija, usted debe casarse. Cuando una se casa le dan una libreta, un hombre trae pan blanco y zapatos taco alto. Después se casa con ese polaco, le trae unos aros a la mamita.

Leonor dijo:

—Sí, mamita, pero el polaco muy grande es.

El polaco medía casi dos metros; todos los días arrancaba yuyos y los domingos ni iba al baile, trabajaba.

—¿Qué importa? –dijo la madre.

—Sí, mamita, yo me caso, pero me da vergüenza hablar delante de él.

—La vergüenza después se va y el total no habla. . Usted le dice: “¿Querría un plato de porotos?”. Y un día comen porotos, otro día pan de harina blanca y él se pone contento orque mi hijita es muy buena. Usted siempre sonriente, no le lleva la contraria y él se va a amansar y va a hablar. Eso sí, nunca lo provoque, que él maneja muy mucho la asada y la pala.

La fiesta de casamiento fue hermosa. (Sigue).

Comentarios