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Lejos del África originaria: los últimos chimpancés porteños se van al Reino Unido

Sasha, de 24 años de edad, y Kangoo, de 15, son madre e hijo y nacieron en el viejo Zoológico de la ciudad de Buenos Aires, que cerró como tal en 2016. Ahora tendrán como destino un amplio santuario en el que se relacionarán con otros individuos de su misma especie


Los dos chimpancés del Ecoparque porteño, Sasha y Kangoo, serán trasladados a fin de mes a un santuario en el Reino Unido donde podrán relacionarse con otros ejemplares de su especie, y por este motivo realizan un entrenamiento para el viaje que incluye “estímulos positivos” con porciones de su comida favorita, señalaron hoy sus cuidadores.

Tanto Sasha, de 24 años de edad, como Kangoo (15), que son madre e hijo, nacieron en el antiguo Zoológico de Buenos Aires, cerrado en 2016, y ahora serán trasladados al Monkey World Ape Rescue Centre, ubicado en Longthorns, Warehamen, en Reino Unido, precisó el actual Ecoparque a través de un comunicado.

Para ello, deberán realizar un viaje de muchas horas en avión, en el que permanecerán despiertos y serán transportados en cajas, en las que “ingresarán voluntariamente”.

“Para eso están trabajando los cuidadores, para que ellos se pongan en contacto con las cajas y puedan hacerse amigos”, detalló la secretaria de Ambiente de la ciudad de Buenos Aires, Inés Gorbea.

A su vez, los chimpancés estaban realizando un entrenamiento junto a sus cuidadores –que denominan “enriquecimiento”– a partir del cual se les brinda un estímulo positivo para favorecer los comportamientos naturales de la especie, tanto las cuestiones físicas como cognitivas.

“Una de las formas de premiar esa conducta es a través de ofrecerle el alimento que más les gusta. Como las personas, los alimentos pueden variar de acuerdo al individuo, pero en este caso los licuados de fruta y verdura en particular forman parte de su comida favorita, junto con las zanahorias”, contó el titular del Ecoparque, Federico Iglesias.

Iglesias también señaló que el nuevo santuario al que serán trasladados los chimpancés cuenta con “amplia superficie, buenas condiciones y con la posibilidad de interactuar con otros animales de su misma especie”.

Si bien los chimpancés son “muy sociables y viven en comunidad”, explicó, los primeros contactos se realizarán en “un compartimento donde hay contacto visual e indirecto, y a medida que pasa el tiempo se los va a ir juntando con el grupo”.

En el marco del “enriquecimiento”, los cuidadores ubicaron alimentos de distinto tipo como frutas, verduras y frutos secos en diferentes sectores del patio exterior, de manera que tanto Sasha como Kangoo deben moverse y trepar para tomar cada uno ellos, asimilando la vida silvestre.

Además, en el entrenamiento diario de los chimpancés “se utilizan colores para que ellos puedan saber de qué color es cada fruta, lo que les ayuda a saber si está madura o no. Entonces se juega con los colores porque en estado natural ellos pasan mucho tiempo buscando la comida”, explicó Eugenia Dada, una de sus cuidadoras.

Luego de alimentarse, Sasha y Kangoo se acostaron sobre una de las construcciones de madera que se encuentran en el patio abierto y permanecieron juntos bajo el sol, hasta que decidieron levantarse y comer alguna fruta extra que sus cuidadores habían preparado para ellos.

Actualmente, los chimpancés tienen una variada dieta que incluye frutas, a veces en forma de jugo y licuado, verduras, huevos, semillas y hasta insectos, al tiempo que reciben chequeos médicos periódicos para los cuales están entrenados y logran una perfecta interacción con sus cuidadores.

A su vez, según indicaron los cuidadores, el peso de cada chimpancé es de entre 67 y 69 kilos, y durante el día realizan distintos tipos de juegos que van desde una “mancha dedo”, donde persiguen los dedos de cada uno, hasta el preferido de Kangoo, que es el “cinchamiento”, donde Nicolás, uno de sus cuidadores, disputa un pedazo de soga al que a Kangoo le encanta “tironear”.

Otra de las características de ambos ejemplares es que imitan acciones que realizan sus cuidadores, como “poner me gusta en Instagram”.

“Eso es muy importante”, señaló Dada: “Como primates están actuando de la forma más natural a nosotros, que somos sus pares, que es imitar y probar y de esa forma nos damos cuenta que su estado psíquico es un estado muy típico de un chimpancé”.

Considerados los parientes vivientes más cercanos a los seres humanos con un 98% de genes compartidos, los chimpancés están en riesgo en su continente originario, precisamente por la acción de las personas: la deforestación, la caza y el tráfico han disminuido su número a unos pocos cientos de miles.

 

 

 

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