Ciudad

Preocupación

Lejos de mejores tiempos, el sector hotelero la pasa mal

Inflación, recesión, altos costos fijos, crecimiento de la oferta y la baja en la demanda jaquean al sector.


El mal momento que atraviesa el tradicional hotel Ariston, con una convocatoria de acreedores solicitada en Tribunales, puso al desnudo la crisis que está enfrentando el sector hotelero en la ciudad que, lejos de otros tiempos para nada lejanos donde la situación era mucho mejor, presenta signos preocupantes de recesión con niveles de ocupación bajos y costos fijos que aumentan de la mano de la inflación que afecta mes a mes a la economía.

“En términos integrales hay una preocupación en la actividad hotelera gastronómica de la ciudad que venimos visualizando especialmente en los últimos cinco o seis meses. Esto comenzó no sólo cuando fue el tema de la devaluación a principio de año sino también el año anterior debido al mecanismo inflacionario que fue permanentemente en detrimento de la actividad y la rentabilidad de los negocios”, destacó Carlos Mellano, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Rosario (Aeghar), organización que además le solicitó a la provincia los mismos beneficios impositivos y crediticios que tiene la industria.

“Con respecto a la situación del Ariston la verdad es que no conozco los detalles, pero sí venimos analizamos el mecanismo de desigualdad entre el incremento de las ofertas que hay tanto de la actividad hotelera como gastronómica con respecto al tema de la demanda que está en baja. En ese punto de desequilibrio es donde se da el problema que termina derivando en la situación que estamos sufriendo ahora. Eso es por lo menos lo que se ve en las conversaciones que tenemos con los distintos asociados”, agregó.

Obras frenadas

Con respecto a algunas obras de expansión que algunos hoteles habían comenzado y que en este momento se encuentran paralizadas, el empresario analizó que “eso va de la mano de reglas que no son claras en término de futuro y con las variables económicas que manejan los inversores”. “Los desarrolladores tienen herramientas para ver cómo está la actividad económica y por ese motivo, frente a situaciones puntuales, deciden parar las obras. Son cuestiones que tienen que ver con la inversión o, mejor dicho, la dosificación de la inversión. Esto pasa tanto a nivel obra pública, cuando el Estado no tiene recursos, y pasa también en el ámbito privado”, continuó.

“Uno de los problemas que nosotros visualizamos es que la carga impositiva es una variable más que importante para el sector. Lo que se está solicitando a nivel nacional es una baja impositiva, objetivo que creo que en la actualidad no se va a dar. En este cuadro de situación la provincia o la Municipalidad lo único que pueden llegar a determinar, por obvias razones o por un pedido nuestro, es limitar la cantidad de hoteles que pueden llegar a venir. No se postuló esto pero es una de las alternativas que existen”, señaló el empresario.

Actividad industrial

Por último, y al ser consultado sobre cuál sería una salida, el presidente de la Aeghar respondió que “la provincia podría decretar a nuestra actividad como industrial”.

“En ese caso podríamos tener distintos beneficios como los que tiene la industria en la obtención de créditos, más allá de la base impositiva con el tema de los Ingresos Brutos, por lo que tendríamos las mismas ventajas. Justamente tuvimos una charla con las máximas autoridades a nivel provincial y les llevamos la inquietud en virtud de estudiarlo y todo lo demás. Actualmente estamos padeciendo una situación que va de la mano de la coyuntura económica y es por eso que pese a todo no tenemos que perder el optimismo”, concluyó.

El Aristón clásico familiar que entró en convocatoria por caída en la ocupación de habitaciones

Ubicado en Córdoba 2554 y nacido en 1979 de un emprendimiento familiar, el hotel Ariston tiene cuatro estrellas y es uno de los más tradicionales de la ciudad. Además de lugar de alojamiento también es usado como sede de congresos, eventos, seminarios, jornadas y convenciones.

En crisis por una deuda fiscal y con “rentabilidad negativa”, sus titulares solicitaron un concurso preventivo de acreedores en los Tribunales provinciales.

En la presentación realizada en el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la 18ª Nominación a cargo de Susan Silvina Gueiler los dueños trazaron un panorama de la crisis que atraviesan. “La expansión del sector y la llegada de nuevos jugadores afectó el índice ocupacional, que bajó de niveles superiores al 70 por ciento a ubicarse en torno del 50 por ciento en la actualidad. Como el nivel de ingresos disminuyó, quedó al desnudo la fuerte suba de costos y la consecuente caída de rentabilidad. En una mirada de corto plazo, muchos competidores salieron a cubrir el margen de ocupación, sin mirar que los precios a los que vendían se ubicaban por debajo de la media de mercado. Esto hizo que el mercado se «canibalizara» en detrimento de la rentabilidad general del sector”, destacaron, según publicó el portal Puntobiz.

Desglosando números, explicaron que “el costo de mano de obra se ubica en torno del 40 por ciento de los ingresos, el costo impositivo alcanza otro 37 por ciento y los servicios básicos se ubican en el 3 por ciento. Estos tres ítems se llevan el 80 por ciento de los ingresos del negocio, quedando por delante el mantenimiento, amortización, depreciación, publicidad, marketing, gastos varios y la ganancia del establecimiento”.

Por último subrayaron: “La rentabilidad es claramente negativa, sólo salvable si los ingresos pudieran comenzar a crecer de cara al futuro, a partir de una reestructuración profunda de la operación comercial y de la mejora del contexto externo”.

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