Región

Una ley militada

Legalización del aborto en Santa Fe: dos votos a favor, uno en contra y un juego de presiones

Carlos Reutemann votó en contra. María de los Ángeles Sacnun, a favor. Roberto Mirabella adelantó el apoyo y tuvo que cargar con el enojo del obispo y el intendente de su ciudad, Rafaela, y el acoso en redes sociales. Fue uno de los que Alberto Fernández contactó en persona


El proyecto de la Interrupción Legal del Embarazo fue aprobado en la madrugada de este miércoles por el Senado, en larga sesión, por 38 votos a favor, 29 en contra, una abstención y cuatro ausencias. En ese resultado, más holgado que el esperado los días previos por el sector “verde” y transversal a los espacios políticos, los legisladores por Santa Fe contribuyeron con dos voluntades a favor de la ley y una en contra: María de los Ángeles Sacnun y Roberto Mirabella, ambos del Frente de Todos, en el primer caso, y Carlos Reutemann, de Santa Fe Federal, en el segundo.

Las votaciones de Sacnun y Reutemann no fueron sorpresa. Más complicado resultó lo de Mirabella, de conciso discurso durante la sesión de la Cámara alta. Fue blanco de presiones de un lado y otro, aunque más virulentas por el costado celeste tras adelantar que apoyaría el proyecto para salir de la cohorte de indecisos.

De la Casa de Dios a la Casa Rosada

Por el lado verde, el oficialismo armó una estrategia combinada que involucró a la Casa Rosada, con el propio presidente Alberto Fernández comprometido a hablar con legisladores que, por convicción o por eludir aprietes si adelantaban su decisión, mantenían en silencio sus decisiones finales. Mirabella era parte de ese grupo, en su caso por las presiones a que estaba sometido y que lo obligaron a ausentarse de su casa. Las recibió de la Iglesia y de la gestión política en su propio territorio rafaelino, además de internautas que inundaron de comentarios hostiles sus cuentas en redes sociales.

El santafesino formó parte de ese grupo punteado por Alberto junto al salteño Sergio “Oso” Leavy, que pasó de votar en contra en 2018 a anunciar su apoyo y también tuvo que alejarse de su domicilio por las amenazas de escraches celestes. El norteño pudo compensar luego la balanza con respaldos de activistas a favor de la Interrupción Legal del Embarazo. Y estos últimos le aportaron también argumentos para justificar su cambio de postura.

Alberto Fernández también llamó al entrerriano Edgardo Kueider, que finalmente votó a favor de la ley.

La interpelación del presidente a Mirabella tuvo por objeto contrarrestar las presiones directas que el senador había sufrido por parte del obispo de su Rafaela natal, monseñor Luis Fernández. El 15 de diciembre último, el prelado se presentó en su despacho en Buenos Aires pese a que el senador ya le había adelantado personalmente la dirección de su voto.

Conocedor de lo que se venía si dilataba la publicidad de su decisión, Mirabella había apurado su salida del grupo de indefinidos. Pero sin demasiado éxito: el obispo viajó 500 kilómetros para reiterarle su disgusto. El rafaelino le respondió, según sus allegados, que no iba a cambiar la decisión ya tomada y que consideraba a la legalización del aborto como un tema de salud pública.

Mirabella, además de la andanada de comentarios de celestes indignados en redes sociales, cargaba con la hostilidad del intendente de su ciudad, Luis Castellano, activo militante celeste y a la vez impulsor de que Rafaela se declare territorio “provida” en 2015. Hasta tuvo que alejarse de su casa un tiempo para evitarle la incomodidad de escraches a su familia.

El senador nacional llegó a la Cámara baja en reemplazo de otro rafaelino, el actual gobernador Omar Perotti, que dejó la banca para asumir en la Casa Gris. En 2018, el hoy jefe político de Santa Fe se abstuvo de votar el proyecto convertido en ley dos años después.

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