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Sentencia

Le dieron 9 años de prisión a religioso por abusar de tres discapacitados

La Justicia lo condenó a un año de que se filtraran audios de WhatsApp de un chico con retraso madurativo que vivía en el Cottolengo Don Orione de General Lagos, donde trabajaba el ahora penado


La Justicia santafesina condenó este viernes a Juan Aveiro, un religioso de 53 años, que trabajaba en el Cottolengo Don Orione de la vecina localidad de General Lagos a 9 años y 7 meses de prisión por abusar sexualmente de un grupo de jóvenes que cuidaba. También tenía material pornográfico infantil.

Según fuentes judiciales, el juez de Primera Instancia, Héctor Nuñez Cartelle firmó este viernes por la mañana el acuerdo entre la Fiscalía y la defensa del religioso para que cumpla una condena por abuso sexual simple agravado cometido contra una persona que cuidaba en el cottolengo. También lo encontraron culpable de abuso sexual gravemente ultrajante, de abuso sexual con acceso carnal y oral, y de la tenencia y ofrecimiento de pornografía infantil.

En junio de 2018 imputaron a Juan Aveiro, que había sido trasladado a Buenos Aires por decisión de las autoridades del espacio religioso cuando se conoció la acusación después de que se filtraron audios de una de las víctimas. “Todos en forma unánime dieron crédito a los dichos del joven. Nadie puso en duda la situación que relató la víctima”, había dicho Nora Marull, fiscal de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual a El Ciudadano. Hablaba de cuando un muchacho de 20 años que vivía en el cottolengo había denunciado ser abusado varias veces por Aveiro.

Medidas internas

El Cottolengo Don Orione de General Lagos alberga a unos 104 residentes. Entre los internos vive hace muchos años un muchacho de 20 años que padece un retraso madurativo leve y pudo expresar lo que le sucedió con Aveiro. Otros dos chicos, también con distintas discapacidades, sumaron testimonios contra el religioso.

En la investigación la Fiscalía hizo entrevistas a todo el personal de la institución. Una de las empleadas del Cottolengo admitió que había observado situaciones raras del ahora condenado. “Es como que lo tenía comprado al chico. Le regaló un teléfono celular y a la semana una tablet”, había confiado la mujer. “Le compraba cerveza. El chico no comía en el hogar porque se iba con este hermano. Se ve que ahí pasaban cosas. Estoy muy cerca de donde él trabaja y he visto que él estaba manoseando a otro chico que no se sabe defender y no se sabe expresar”, agregó.

En paralelo, al religioso le habían iniciado una investigación canónica desde Roma y desde el cottolengo habían enviado un comunicado explicando qué iban a hacer con él. “Entre las medidas implementadas, de manera inmediata, se aplicó el protocolo para denuncias sobre abuso sexual de menores o de personas vulnerables que involucren a un miembro de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, en la Provincia Nuestra Señora de la Guardia”, señalaron desde el espacio de General Lagos. Sumaron que tomaron testimonios y realizaron una investigación propia.

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