Un remisero de 23 años fue condenado en jucio abreviado a 24 años de prisión por el asesinato de una adolescente ocurrido en diciembre de 2013 en el departamento Constitución. La figura que se le aplicó es homicidio doblemente calificado por ensañamiento y violencia de género, ya que la víctima fue golpeada antes de morir quemada: estaba viva cuando el ahora penado le prendió fuego.
Solange Villalba, de 14 años, fue hallada muerta en un camino rural que une Villa Constitución y Theobald en la mañana del 1º de diciembre de 2013. Según estableció la autopsia y reprodujo el juez de Sentencia 4ª, Julio Kesuani, Fernando Lencina, durante la madrugada de ese día, la golpeó con un palo en la cabeza que le produjo fractura de cráneo, le roció el cuerpo con combustible y le prendió fuego mientras la adolescente aún respiraba.
Según trascendió al momento de la detención de Lencina, pocos días después del crimen, éste mantenía una relación con la víctima, aunque tenía otra familia. Entonces se especuló con que la había asesinado porque Solange le exigía que abandonara a su mujer. El asesinato ocurrió luego de que ambos mantuvieran relaciones sexuales.
Tras el hallazgo del cadáver, ingresó un llamado telefónico a la Policía de Villa Constitución en el que se indicaba que una adolescente que vive en barrio San Cayetano, de esa localidad, tenía en su poder el teléfono de la víctima.
Con ese dato, el Juzgado de Instrucción de Villa Constitución, a cargo del magistrado Rubén Bissio, emitió una orden de allanamiento para secuestrar dicho aparato. La menor que lo tenía en su poder dijo que en la madrugada del domingo, alrededor de las 3.30, había tomado un remís para trasladarse desde un boliche hacia el centro de la ciudad y que durante el viaje, sin que el remisero se diera cuenta, le robó un teléfono celular.
Recién a la tarde siguiente, el 1º de diciembre, cuando los medios empezaron a hacer circular la noticia del homicidio de Solange, la chica que había hurtado el teléfono se dio cuenta de que el celular pertenecía a la víctima. “En el teléfono había fotos de Solange”, detalló entonces un pesquisa. Esa misma muchacha dijo que, cuando viajó en el remís, el conductor tenía las manos sucias y que además dentro del vehículo había un fuerte olor a combustible. Según los voceros, el remisero fue identificado porque un amigo de la chica que robó el celular lo conocía y aportó su nombre.
En el fallo, el juez Kesuani detalló que aquella madrugada, tras consumar el crimen, el remisero le dio el número de celular de Solange a una de los pasajeros, entre los que estaba la chica que luego le hurtó este aparato telefónico, lo que demuestra que lo tenía en su poder. Además, en el lugar del hecho fue incautada una colilla de cigarrillos de la marca que fumaba Lencina. La fiscal Graciela Argüelles y la defensa acordaron una pena de 24 años de prisión para Lencina, fallo homologado por el magistrado Kesuani.
Si bien la figura penal aplicada prevé una pena de perpetua, la fiscal aclaró: “Resulta más coherente con el ordenamiento constitucional y con la legislación penal argentina la pena de prisión temporal, aunque de singular gravedad en el caso, teniendo en cuenta los principios de legalidad, proporcionalidad, racionalidad y humanidad de la pena”.
Comentarios