Policiales

Crimen en Puerto General San Martín

Le bajan condena a un hombre que mató a un policía

El caso se conoció como un hecho de robo. El acusado aseguró fue a la barranca a comprarle drogas al suboficial. Lo condenaron a 22 años de cárcel pero la Cámara Penal modificó la calificación legal al entender que no se probó el robo. Fijó pena de 14 años, que acumula sentencia anterior


La Cámara Penal disminuyó la condena a un hombre por el crimen de un suboficial de policía. El acusado llegó a juicio por homicidio en ocasión de robo y fue condenado a 22 años de cárcel. La defensa apeló y explicó que su cliente llegó hasta un lugar conocido como Punta Quebracho en Puerto General San Martín –donde la víctima pescaba con dos amigos– a buscar drogas. Si bien los motivos del ataque a tiros no quedaron claros, la víctima recibió un disparo y el acusado cinco. Los vocales entendieron que no se probó el móvil del robo y encuadraron el hecho en un homicidio agravado por el uso de arma, sanción que se unificó con una condena previa a dos años de prisión en suspenso, por lo que tendrá que purgar 14 años de cárcel.

La noche del 19 de marzo de 2015 Germán Carrillo, un suboficial sanlorencino de 37 años, se encontraba con dos amigos en una zona de pesca conocida como Punta Quebracho en Puerto General San Martín. El trío tomó la bajada de las vacas, estacionó el auto en el playón y se ubicó a orillas del río. Los pescadores encendieron una fogata: era la única iluminación que había en el lugar. Sobre la barranca había otras personas preparando la parrilla para comer algo y observaron cómo un hombre llegó a bordo de una moto, la dejó cerca de ellos y bajó de a pie. A partir de allí hay dos historias.

Los amigos de Germán Carrillo dijeron que un solitario ladrón, con un casco puesto y un arma, llegó hasta el lugar y los apuntó: “Muchachos, dense vuelta que les estoy robando”. Les exigió las billeteras y celulares, algunos de ellos se las tiraron y Carrillo le dijo que tenía las cosas en el auto. Ambos caminaron hacia el Ford Focus de la víctima ante la mirada de los otros dos. Los amigos dijeron que Carrillo sacó su arma, giró rápido y el ladrón se avalanzó sobre el suboficial. Forcejearon y el asaltante le pegó un tiro a Carrillo a la altura del cuello. Uno de sus amigos corrió, tomó el arma y le disparó a Germán Malcorra. Luego, los acompañantes de la víctima lo subieron al auto y lo llevaron al hospital. En el camino cruzaron al supuesto ladrón, que escapó en la moto, a quien le volvieron a disparar. Carrillo murió a poco de llegar al centro de salud.

Mientras Germán Malcorra llegó con cinco balazos a su casa –hombro izquierdo, muslo derecho, omóplato, cadera izquierda–, fue llevado por su padre al hospital de San Lorenzo, donde quedó detenido. El acusado declaró 8 meses después: dijo que consumía drogas habitualmente, pero por esos días no conseguía. Esa noche le dijeron que estaban vendiendo en la bajada. Cuando llegó vio el Focus y a Carrillo, un policía que lo había detenido de manera ilegal días antes para quien trabajada vendiendo drogas, aseguró.

Discutieron, fueron hacia el auto y, cuando Carrillo abrió la puerta, sacó un arma y le pegó dos tiros en las piernas; luego le disparó otra vez. Malcorra sacó un arma y le disparó una vez, afirmó. Logró escaparse en su moto pero se cruzó nuevamente con el Focus y le volvieron a disparar. Cuando pudo llegar a la casa de su padre, éste lo llevó al hospital.

 

La Cámara

La defensa de Malcorra encuadró el caso en una legítima defensa que fue descartada por los vocales Javier Beltramone en la presidencia, Guillermo Llaudet y Gustavo Salvador. Explicaron que voluntariamente Malcorra llegó hasta ese lugar oscuro con un arma a comprar drogas, según dijo. Se colocó en una posición de incremento de riesgo y no se probó que Carrillo haya empezado la agresión para tener que defenderse.

Para los vocales tampoco se probó el asalto y por ende que la muerte haya ocurrido en ocasión de robo. Beltramone valoró el testimonio de una mujer que estaba sobre la barranca. Cuenta cómo Malcorra bajó a pie y escuchó tiros. Cuando estaban levantando todo para irse, vio al motociclista subirse a la moto y salir. Seguido, aparecieron los amigos de la víctima en el auto y le dijeron a otra persona que estaba allí: “Tati cuidame las cosas que le pegaron un tiro a Germán”. El camarista dice que no hicieron alusión a un robo.

El magistrado resaltó las contradicciones en las declaraciones de los amigos de las víctimas, quienes entre otras cosas dijeron que tiraron sus pertenencias pero cuando llegó la Policía al lugar no había elemento alguno. Tampoco se constataron denuncias de robo de documentos. Además, entendió como disparatada la idea de ir barranca abajo a robar cuando había otras personas sobre ella.

Aseguró que el móvil del robo sólo fue sostenido por los amigos y no hubo otros indicios. Con estos argumentos Beltramone y el resto de los camaristas revocaron la calificación legal y encuadraron el hecho en homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Fijaron una condena de 12 años de cárcel que, sumada a una pena previa de dos años en suspenso, determinó como monto único a cumplir por Germán Ezequiel Malcorra 14 años de cárcel.

Comentarios