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Lavado en caso Oldani: rechazan que los acusados, entre ellos dos rosarinos, eviten el juicio oral

Los diez acusados de haber participado en la supuesta cueva financiera que funcionaba en Oldani Turismo pidieron no llegar a juicio y, a cambio, realizar tareas comunitarias y pagar multas. La Justicia federal rechazó este planteo. Hay dos acusados rosarinos: Ciochetto y Bacigaluppo.


Apenas habían pasado minutos de la confirmación de la muerte de Hugo Oldani, cuando familiares del empresario salían de la escena del crimen portando bolsos, cajas y mochilas.

En el marco de la causa que investiga si en las oficinas Oldani Turismo de la ciudad de Santa Fe -donde el 11 de febrero de 2020 fue asesinado Hugo Oldani-, funcionaba una cueva financiera, la Justicia rechazó la posibilidad de que los diez imputados eviten el juicio oral y, a cambio, realicen tareas comunitarias y paguen determinadas multas, informó el portal Aire de Santa Fe.

Así lo resolvió el juez federal Germán Sutter Schneider, quien de esta manera se opuso al pedido de los abogados defesores de Virginia Oldani, María José Calle, Carina Amelia Chelmo, Leandro Javier Forchetti, Flavio Damián Giulioni, Ariel Juan Trucco, Eugenio Francisco Alonso, Marco Molinas, Carlos Nicolás Ciochetto y Carlos Aníbal Bacigaluppo.

El fiscal general Martín Suárez Faisal ya se había opuesto al pedido de los defensores, a partir de tres argumentos centrales:

  • Existe otra causa conexa en la que aparecen imputados la fiscal Cristina Ferraro, policías y allegados al círculo íntimo de Oldani -Diego Marcos Medera, José Luis Hernández y Virginia Venetucci, por entonces tambén abogada de la Policía de Santa Fe-. El fiscal considera conveniente unificar ambos trámites y, la suspensión del juicio en el caso de la cueva financiera, hubiese entorpecido la posibilidad de avanzar en el esclarecimiento las responsabilidades de los imputados en la segunda causa.
  • La fuerte repercusión pública y el interés por esclarecer si, efectivamente, se cometían delitos en Oldani Turismo y se cometieron otros ilícitos en el marco de la investigación inicial.
  • La imposibilidad de calcular posibles multas para los acusados, porque no existen datos suficientes como para establecer los montos de las posibles operaciones ilegales. Tampoco es posible determinar cuánto dinero había en las oficinas de Oldani Turismo el día del asesinato del empresario, ya que los familiares se llevaron del lugar más de 1 millón de dólares y más de 3 millones de pesos, pero impidieron que se abriera una caja fuerte. Además, se sospecha que también hicieron desaparecer documentación que pudo haber resultado clave en este caso.

Sutter Schneider plantea que “debe ser respetada” la posición del fiscal Suárez Faisal, que solicita la acumulación de la causa que investiga la posible existencia de una cueva financiera (intermediación financiera no autorizada), con el caso en el que se intenta determinar si existió encubrimiento por parte de la fiscal Ferraro, policías, Medera, Hernández y la abogada Venetucci.

Tal como revelara el mencionado sitio web Aire de Santa Fe, durante la misma noche de aquel 20 de febrero y a poco de confirmarse el fallecimiento de Oldani, la hija del empresario, su esposo, una empleada de la empresa, otro hombre y una abogada de la policía, ingresaron al local ubicado en la Galería Rivadavia y salieron portando cajas, bolsos y mochilas.

Todo sucedió mientras la fiscal Ferraro estaba en la misma galería. Previamente, la fiscal que les había permitido ingresar a las oficinas e, incluso, había aceptado la condición de que no hubiesen testigos imparciales de la escena del crimen en los primeros momentos de la investigación.

Con respecto al posible pago de multas para evitar el juicio, el juez recuerda en su resolusión que, “aunque pueda resultar de toda obviedad, para conocer el monto del mínimo de la multa a abonar, resulta necesario establecer el valor de las operaciones realizadas por las que se requirió el enjuiciamiento” de los imputados. Sin embargo, no existen en estos momentos de las investigaciones elementos suficientes como para cuantificar estas operaciones posiblemente delictivas.

Según el fiscal federal Walter Rodríguez, encargado de la primera etapa de las investigaciones, existen elementos suficientes como para probar la existencia de una cueva financiera en las oficinas de Oldani Turismo.

Rodríguez llegó a la conclusión de que en Oldani Turismo se desarrollaron cuatro tipos de maniobras delictivas.

  • Obtención de dinero otorgado por terceros a favor de Hugo Ernesto César Oldani por tiempo determinado, a cambio de una tasa de interés y con la posibilidad de renovación.
  • Búsqueda de tenedores de cheques con voluntad de cederlos a cambio de dinero líquido que se entregaba a plazo (5 días) y condicionado a acreditación bancaria (con aplicación de multa en caso de rechazo), a quienes Oldani les descontaba un porcentaje.
  • Colocación de los recursos financieros obtenidos de tres maneras: préstamos inmediatos como “rueda de auxilio” a favor de terceros; préstamos de dinero con aplicación de intereses garantizado con la entrega de cheques propios del tomador; y préstamos de dólares estadounidenses cuya devolución se pactaba en cuotas mensuales.
  • Utilización del mecanismo en virtud del cual particulares ingresan divisas al país o las transfieren al exterior, a cambio de una comisión de servicio calculado sobre el monto de la operación.
Preocupados por el dinero

En el marco de estas dos causas -la que investiga la supuesta cueva financiera y la que intenta determinar si se intentó encubrir este delito- aparecen distintos elementos de prueba.

Entre ellos, conversaciones telefónicas y mensajes de Whatsapp entre algunos de los imputados que revelan la preocupación por la existencia de más de 1 millón de dólares y más de 3 millones de pesos aquel día en Oldani Turismo.

Una de las conversaciones se dio entre el yerno de Oldani y otra integrante de la familia que también trabajaba como empleada en esa empresa: “Algo tenemos que hacer para que no vean todo atrás, o sea como para no empeorar la situación”.

A continuación, se transcriben los contenidos de algunos de esos audios.

– “Si Chino -sobrenombre del yerno de Oldani-, yo estaba camino al Cullen pero le pregunté a la Virgi -Virginia es el nombre de la hija del empresario asesinado- que donde me necesiten yo voy, si vos necesitás que vaya a la oficina voy a la oficina… no… paro para allá, paro para ahí, voy en camino… así que… paro ahí primero y cualquier cosa después seguiremos al Cullen, avisame cualquier cosa que sepas del Hugo”.

– “Y la Moni y la Jose fueron al Cullen, yo estoy acá en la galería y la policía seguramente va querer entrar, este… y algo tenemos que hacer para que no vean todo atrás, o sea como para no empeorar la situación”.

– “Fijate si encontrás la llave del Hugo por ahí, para meter todo lo que puedas en la caja fuerte y cerrala con llave y de última la llave de la caja fuerte no la tiene nadie como para que no vean más nada y sino, nosotros lo que hacemos para esconder a veces es meterla en cajas de archivos, como para que no se sepa que es plata, que son papeles de los que tenemos archivado… eh… si podés algo de eso, si no yo estoy yendo, no creo que me dejen… no creo que me dejen… que nos dejen sacar nada, pero por lo menos escondemos. Ya, ya llego, en 10 minutos llego”.

En otra conversación, el esposo de la mujer familiar de Oldani y empleada de la empresa dicen: “Hay que sacar esta noche todos los dólares… porque mañana traen una orden”.

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