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Cielo rojo sangre

Latinoamérica en llamas: se cumplen 40 años del primer ataque de Sendero Luminoso

Una fracción que se escindió del Partido Comunista Peruano resolvió tomar las armas e inició un ciclo de violencia y violaciones a los derechos humanos que dejó en 20 años al menos 70.000 cadáveres en el Perú


La primera acción del grupo maoísta Sendero Luminoso, el 17 de mayo de 1980, cuando insurgentes robaron y quemaron las urnas de una elección en una pequeña aldea andina, marca el inicio del período más violento en la historia de Perú, 20 años que dejaron 70.000 muertos.

En el inicio de la novela Conversación en la Catedral, publicada en 1969, del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el protagonista, Santiago Zavala, se pregunta: “¿En qué momento se jodió el Perú?”. La respuesta a esa pregunta, salvando al bache temporal, podría ser esta presentación en sociedad de una nueva fracción entre muchas del Partido Comunista Peruano, que rápidamente se distinguió de las demás: tomó las armas y planteó su horizonte a través del “sendero luminoso de Mariátegui”, en referencia al escritor, periodista y pensador José Carlos Mariátegui (1894-1930) conocido como “El Amauta” y uno de los principales pensadores del socialismo latinoamericano en su época.

El 17 de mayo de 1980, en vísperas de realizarse las primeras elecciones democráticas después de doce años de gobiernos militares, un grupo de hombres, todos armados, ingresó en la oficina del Registro Electoral de Chuschi, en el departamento de Ayacucho, 567 kilómetros al sureste de Lima.

Los guerrilleros robaron y quemaron las urnas, que estaban habilitadas para unos 2.000 electores, en un hecho que pasó desapercibido para la mayoría de los medios de comunicación de la época, señaló hace dos años la Agencia Peruana de Noticias (Andina).

A los ataques de Sendero Luminoso, un grupo maoísta que sembró de ataques los Andes peruanos, matando incluso a animales porque decían que formaban parte del “sistema imperialista”, se sumaría también en la década del 80 el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).

La acción más recordada del MRTA, y la que en cierto modo marcó el cierre del ciclo, fue la ocupación de la embajada de Japón en Lima, el 17 de diciembre de 1996, por parte de un comando de 14 guerrilleros, quienes tomaron de rehenes a decenas de personas que participaban de una celebración por el 63º aniversario del nacimiento del emperador de Japón, Akihito.

La sede diplomática fue recuperada en la “Operación Chavín de Huántar”, el 22 de abril de 1997, con un ataque militar en el que fue muerto Néstor Cerpa Cartolini, líder del MRTA, tras la captura del fundador de esta organización guerrillera, Víctor Polay Campos, quien luego fue condenado por la justicia a 35 años de prisión.

Para ese momento, Sendero Luminoso ya había sufrido un golpe decisivo para su futuro como organización: el 12 de septiembre de 1992 fue capturado su líder, Abimael Guzmán, llamado también “comandante Gonzalo”, y puesto en una celda de aislamiento durante el gobierno del presidente Alberto Fujimori (1990-2000).

El líder senderista fue luego juzgado y condenado en dos oportunidades a cadena perpetua, la última de ellas el 12 de septiembre de 2018, y alojado en la base naval peruana del Callao.

El 13 de julio de 2001 se creó la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), encargada de elaborar un informe sobre el periodo vivido entre 1980 y 2000, que estableció que Sendero Luminoso fue responsable de la muerte de 31.331 personas, el 54% del total de denuncias documentadas, mientras que el MRTA causó el 1,5% de las víctimas mortales.

En su capítulo primero, denominado “Los periodos de la violencia”, la CVR señaló que el conflicto armado supera el número de muertos sufridos “en la guerra de la Independencia y la guerra con Chile, los mayores conflictos en que se ha visto comprometida la Nación” peruana.

Si bien la CVR ha recibido reportes de 23.969 peruanos muertos o desaparecidos, los cálculos y las estimaciones estadísticas realizadas nos permiten afirmar que la cifra total de víctimas fatales del conflicto armado interno superaría en 2,9 veces esa cantidad. Aplicando una metodología llamada Estimación de Múltiples Sistemas, la CVR ha estimado que el número total de peruanos que pudieron haber muerto en el conflicto armado interno es de 69.280 personas”, señala el texto.

En cuanto a la causa que desencadenó el conflicto, la CVR sostiene que “fue la decisión del Partido Comunista Peruano y Sendero Luminoso de iniciar una guerra popular contra el Estado”.

En este capítulo de la historia peruana ocupa también un rol central el ex presidente Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por violaciones masivas de los derechos humanos, quien comandó una represión ilegal junto a su asesor Vladimiro Montesinos que causó por lo menos 25.000 muertos.

El ex mandatario peruano, quien llegó a la presidencia a fines de julio de 1990, tras derrotar en las elecciones al escritor Vargas Llosa, dio un “autogolpe” en 1992, disolvió el Congreso y limitó los alcances del Poder Judicial peruano.

Sin embargo, a fines de diciembre de 2017, cuando el ex dictador peruano llevaba 10 años preso, el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski le otorgó un indulto, por “razones humanitarias”, desatando fuertes protestas en el país.

El 3 de octubre de 2018, la Corte Suprema de Justicia anuló el “perdón” para el ex mandatario, quien regresó a la cárcel a seguir cumpliendo su condena por crímenes de lesa humanidad.

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