Diciembre 2001

Diciembre 2001: Crisis y tragedia

A las víctimas de un Estado asesino las pone el pueblo

Entre el 15 y el 21 diciembre se vivieron en Argentina días de sangre y violencia. El epicentro de la tragedia tuvo lugar el 19 y 20 de diciembre. Durante ese par de días hubo represión y muerte. y como siempre sucede, los muertos pertenecen a los sectores populares. Pibas, pibes, pobres


Juan Pablo Sarkisian

En América Latina el fin año siempre es una fecha inquietante. Pero en particular en Argentina. Las razones son de distinta especie. Las hay del orden mundano y también del orden histórico y cultural. La fuerte carga religiosa de nuestras pampas hace que hasta los paganos y agnósticos promuevan encuentros en Nochebuena y Navidad.

Pero es indudable que las marcas políticas de la ausencia de los ejecutivos que administran eventualmente el Estado generan conflictos que, no casualmente, se materializan a fin de año. En diciembre más precisamente. Es que el último mes del año desnuda urgencias, postergaciones y miseria. De la simbólica pero fundamentalmente de esa miseria que no abriga, no contiene y claro está, genera hambre. Hambre material y tangible.

Hace 20 años se produjo en Argentina uno de los hechos más dramático de su historia. Es cierto que hubo otros pero diciembre de 2001 es paradigmático, porque una vez recuperada la democracia, en el marco de un gobierno con discurso popular y elegido en las urnas, se cristalizó la brutal represión estatal desde el terrorismo de Estado.

La consigna “Que se vayan todos” atravesó todas las clases sociales. Los piquetes y los cacerolazos, que marcaban la calidad y el origen de la protesta, eran moneda corriente.

El conflicto estalló el 1 de diciembre de 2001, con el Decreto 1570 a través del cual el entonces presidente, Fernando de La Rúa, impuso el llamado “corralito”, ideado por su  ministro de Economía, Domingo Cavallo con el objetivo de frenar la fuga de dólares del sistema bancario por parte de los ahorristas argentinos.

El mismo Cavallo que estatizó la deuda externa de la más brutal dictadura cívico militar que conoció Argentina y fue llamado de apuro para, paradójicamente, resolver la grave crisis económica. En esencia, lo que se intentaba resolver era la demanda de los grupos económicos concentrados con más ajuste en los populares y medios

Entre el 15 y el 21 diciembre se vivieron en Argentina días de sangre y violencia. El epicentro de la tragedia fue el 19 y 20 de diciembre. Hubo represión y muerte. Como siempre sucede, los asesinados los pone el pueblo. Pibas, pibes, pobres.

En ese contexto de crisis en el orden político, económico y social, las fuerzas de seguridad asesinaron a 39 personas.

Estos son los nombres de los muertos que elaboró la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). Esta es parte nuestra historia.

Una por una: las víctimas fatales

Acosta, Graciela, 35 años. Militante comunista de DD.HH. Estaba con una amiga buscando a sus hijos. Se acercó a un supermercado frente al que miles de personas reclamaban comida. Recibió dos impactos de bala, disparados rodilla en tierra por un policía al que su amiga vio perfectamente (Villa Gobernador Gálvez).

Almirón, Carlos “Petete”, 24 años. Militante de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y de la Coordinadora de Desocupados 29 de Mayo. Recibió un disparo de la policía en el pecho en Av. 9 de Julio y Av. de Mayo cuando encabezaba una columna de manifestantes que intentaba volver a la Plaza de Mayo (Caba).

Álvarez Villalba, Ricardo, 23 años (Rosario).

Arapi, Ramón Alberto, 22 años. Estaba con amigos en el Barrio Nuevo de Corrientes. Una camioneta Ford F-100 bordó sin identificación entro al bario con cinco hombres, cuatro con el uniforme de combate azul-celeste de la policía de Corrientes. Lo corrieron y alcanzaron. Recibió un tiro que entró por el pecho y salió por la espalda (Corrientes).

Aredes, Rubén, 24 años. Fue asesinado por la Policía federal mientras participaba en un corte de calles en Ciudad Oculta, Ciudad de Buenos Aires. Recibió cuatro balas de plomo por la espalda.

Avaca, Elvira, 46 años. Recibió un escopetazo frente a un supermercado frente al que pasaba con su hija en Cipolletti, Río Negro. Recibió el disparo en la zona lumbar.

Ávila, Diego, 24 años. Asesinado en Villa Fiorito, Buenos Aires.

Benedetto, Gustavo Ariel, 30 años. Se encontraba en una esquina entre la Avenida de Mayo y Chacabuco, Caba, donde se estaba llevando a cabo una manifestación. Recibió un balazo en la cabeza que le provocó la muerte, disparado desde el interior del Banco HSBC, donde prestaba servicios como custodio privado el ex mayor Jorge Eduardo Varando, represor de La Tablada.

Campos, Walter, 17 años. Estaba esperando cajas de comida junto a cientos de personas frente a un supermercado en Rosario (Santa Fe), cuando un tirador de elite de las TOE (Tropas de Operaciones Especiales) le disparó a la cabeza.

Cárdenas, Jorge, 52 años. Fue herido la noche del 19 en las escalinatas del Congreso de la Nación, y falleció varios meses después.

Delgado, Juan, 28 años. Estaba con otras personas reclamando alimentos frente a un supermercado en Rosario. Llegó un camión que aparentaba traer comida. Cuando los manifestantes se agolparon alrededor, aparecieron seis móviles policiales que dispararon contra la gente. Delgado fue herido con balas de goma cuando huía de la represión. Un policía lo alcanzo y lo tumbó, le apuntó con su itaka, pero ya no tenía carga. Sacó su pistola y le disparó a menos de un metro de distancia.

Enríquez, Víctor Ariel, 21 años. Asesinado en Almirante Brown, Buenos Aires.

Fernández, Luis Alberto, 27 años. Vendía sandías frente a un supermercado en la provincia de Tucumán. Durante la represión a manifestantes, un gendarme le disparó a poca distancia en la cabeza. Murió dos días después.

Ferreira, Sergio Miguel, 20 años. Baleado en la madrugada del 19 de diciembre. Murió un año después a raíz de una complicación hepática desencadenada por el balazo en el hígado recibido por la policía cordobesa en el barrio Villa El Libertador (Córdoba).

Flores, Julio Hernán, 15 años. Asesinado en Merlo, Buenos Aires.

García, Yanina, 18 años. Recibió un disparo en el abdomen cuando, desesperada por los ruidos de las balas, salió a la vereda a buscar a su pequeña hija. En Rosario.

Gramajo, Roberto Agustín, 19 años. Policías francotiradores le dispararon cuando Roberto iba de su casa a la de su tío. Uno de los disparo le atravesó la cabeza. (Almirante Brown, Buenos Aires).

Guías, Pablo Marcelo, 23 años. Asesinado en San Francisco Solano, Buenos Aires

Iturain, Romina, 15 años. Asesinada mientras estaba en su casa, adonde ingresó una bala policial disparada contra quienes protestaban frente a un supermercado en Paraná, Entre Ríos.

Lamagna, Diego, 26 años. Murió después de haber sido herido en el pecho con un perdigón de plomo. Según testigos, le dispararon policías de civil desde un auto particular en la Caba.

Legembre, Cristian, 20 años. Asesinado en Castelar, Buenos Aires

Lepratti, Claudio “Pocho”, 35 años. Militante comunitario. Estaba en la terraza de la escuela en la que trabajaba cuando el móvil n° 2270 del Comando de Arroyo Seco se dirigía a reprimir un corte de calles de los vecinos del barrio. Los policías detuvieron el móvil y empezaron a disparar. Pocho gritaba que no lo hicieran porque había muchos chicos. Velásquez, el efectivo condenado a 14 años de prisión, dijo que disparó sin apuntar y que no sabía si tenía balas de goma o de plomo. El proyectil que lo mató ingresó por la garganta. Rosario.

Márquez, Alberto, 57 años. Durante la manifestación en la Caba, de una camioneta salieron civiles y uniformados que empezaron a disparar indiscriminadamente. Alberto Márquez recibió dos balazos en el tórax a consecuencia de los cuales murió.

Moreno, David Ernesto, 13 años. Salió corriendo cuando la policía empezó a disparar contra los vecinos que se agolpaban frente a un supermercado en Córdoba. La autopsia determinó que fue herido con cinco proyectiles, algunos de goma y otros de plomo. Los impactos en su cuerpo fueron por la espalda.

Pacini, Miguel, 15 años. Asesinado en la ciudad de Santa Fe. Recibió varios disparos en el cuello.

Paniagua, Rosa Eloísa, 13 años. Había ido con su familia a buscar comida en un supermercado en Paraná, Entre Ríos, porque el comisario del barrio había hecho correr la voz de que entregarían mercadería. Al llegar los esperaban policías y gendarmes. La bala que la mató entró por la parte superior de la cabeza y salió por la boca.

Pedernera, Sergio, 16 años. Se encontraba en la calle buscando comida en el marco de los reclamos masivos que se realizaron en supermercados. Recibió una bala policial en el tórax que le produjo una paraplejia. Falleció un año después (Córdoba).

Pereyra, Rubén, 20 años. Baleado por la policía cuando regresaba a su casilla llevando al hombro una caja con alimentos entregados en un supermercado. En Rosario.

Ramírez, Damián Vicente, 14 años. Asesinado de un balazo en el cuello en la esquina de Maciel y Cristianía (Gregorio de Laferrere, Buenos Aires).

Ríos, Sandra. Asesinada durante la pueblada del 19 y 20 de diciembre.

Riva, Gastón Marcelo, 30 años. Circulaba en moto por la Avenida de Mayo en la Caba cuando recibió un disparo en el pecho proveniente de alguna de las armas de un grupo de cuatro policías que estaban disparando.

Rodríguez, José Daniel. Asesinado en Paraná, Entre Ríos.

Rosales, Mariela, 28 años. Asesinada en Lomas de Zamora, Buenos Aires.

Salas, Ariel Maximiliano, 30 años. Asesinado en la esquina de Maciel y Cristianía (Gregorio de Laferrere, Buenos Aires).

Spinelli, Carlos Manuel, 25 años. Fusilado desde un Gol blanco (Pablo Nogués, Buenos Aires).

Torres, Juan Alberto, 21 años. Asesinado tras recibir un disparo en la zona abdominal. (Corrientes).

Vega, José, 19 años. Asesinado en Moreno, Buenos Aires.

Villalba, Ricardo, 16 años. Recibió un tiro en un ojo cuando vecinos manifestaban pidiendo alimentos frente a un autoservicio. Murió en vísperas de navidad. (Rosario)

 

Comentarios