“Las reservas internacionales del Banco Central finalizaron en u$s47.817 millones. La variación de las divisas frente al dólar, con caídas de 0,54% del euro, 0,32% la libra esterlina y también caída del oro 1,25%, más la baja de los títulos externos que forman parte de las reservas arrojaron un saldo negativo”, informaron voceros de la entidad.
Sin embargo, la magnitud de la reducción de las tenencias de oro y divisas en u$s312 M desde comienzos del mes parece responder también a la existencia de un cuadro de incertidumbre, derivado de la aceleración de la tasa de inflación, y más recientemente, vinculado con posibles cambios en Economía.
Además, se agregan factores de inestabilidad vinculados con la explicitación del Gobierno de un bache financiero para cubrir los vencimientos de deuda en el curso del año, como se argumenta en la defensa del cada vez más resistido Fondo del Bicentenario, al desfigurarse desde el 13 de diciembre hasta la actualidad los posibles destinos de ese recurso, desde aval de los servicios financieros del Gobierno nacional, pasando por el impulso de obras de infraestructura, hasta auxilio para las deterioradas arcas de la mayor parte de las provincias y municipios.
Ese cuadro impide registrar suba de las reservas desde que asumió la presidencia Mercedes Marcó del Pont, pese a que el Indec muestra un aumento de 25% interanual del saldo superavitario del Banco Central.
Retorno de la fuga de capitales
Lo cierto es que desde comienzo del 2010 la posición de reservas del Banco Central disminuyó en u$s150 M, pese a que desde entonces la Argentina acumuló un superávit en la balanza comercial de más de 2.200 millones de dólares.
Al respecto, el último informe de Econométrica, la consultora que dirige el ex secretario de Hacienda Mario Brodershon, dio cuenta que ” desde mediados del mes de enero el BCRA empezó a disminuir sensiblemente la compra dólares en el mercado de cambios, lo que permite prever que una mayor demanda de dólares del sector privado restó margen de compra para sostener el tipo de cambio”.
En ese sentido, agrega el economista jefe de la consultora de maras, Ramiro Castiñeira, que “La mayor incertidumbre que generó el conflicto del Fondo del Bicentenario, pero principalmente la certeza de que ello demoró el inminente canje de deuda, llevó a una mayor demanda de dólares por parte del sector privado, cortando la pausa de casi 4 meses sin salida de capitales”.
En un contexto en que no salen ni entran capitales privados a la economía, el BCRA debería comprar la totalidad de la diferencia entre los ingresos por exportaciones y las salidas por pago de importaciones, que fue u$s1.216 M en enero y se proyectan más de u$s1.500 M para febrero, si el objetivo es mantener la paridad nominal del tipo de cambio del peso por dólar.
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