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Las netbooks de la inclusión marcan un rumbo a seguir

Un seguimiento que llevan adelante once universidades avala los méritos del programa Conectar Igualdad.

El programa Conectar Igualdad por el que ya se entregaron 1,8 millones de netbooks a chicos de todo el país es una iniciativa que mejora la escuela pública, genera igualdad de oportunidades, ayuda a achicar las diferencias y aumenta el ingreso y la reinserción escolar, según las conclusiones del primer estudio sobre el impacto educativo de las máquinas en el aula.

Los resultados del estudio, que se presentaron ayer en la sede de la cartera educativa, arrojaron un balance positivo a un año de la implementación del plan, por lo que “se está ratificando el rumbo”, aseguró el ministro de Educación Alberto Sileoni.

En este primer año se distribuyeron 1.800.000 netbooks en escuelas de todo el país –la mitad de las entregas previstas– y se realizó la capacitación de más de 400.000 docentes.

“Mejoró el clima educativo, se revalorizó la escuela secundaria pública, mejoró la relación entre los jóvenes y hay una relación más participativa y solidaria entre los docentes”, dijo Sileoni durante la presentación de los resultados.

La idea central que guió desde un comienzo la implementación del programa fue la de reducir la brecha digital y lograr la inclusión social revalorizando y recreando una escuela pública para todos y con una educación de calidad.

En este marco, los resultados de la investigación de carácter cualitativo realizada por once universidades nacionales que abarcó a 161 escuelas de 23 jurisdicciones, con 4.200 entrevistas a alumnos, padres, docentes, dan cuenta de la importancia de la implementación del Programa Conectar Igualdad, aseguró el ministro.

Según el relevamiento, el 85 por ciento de los adultos y el 78 por ciento de los jóvenes consideró que la iniciativa “mejora la escuela pública”, el 85 por ciento de los jóvenes señaló que “genera igualdad de oportunidades”, el 80,5 por ciento de los estudiantes sostuvo que “ayudará a achicar las diferencias educativas” y el 69,5 por ciento afirmó que “aumenta el ingreso y la reinserción escolar”.

“Está ocurriendo –continuó el ministro– que la computadora tiene un fin educativo y antes del programa Conectar Igualdad era uno de los últimos fines que movía a los chicos”.

Asimismo, hizo hincapié en el rol de los docentes quienes “le dieron la bienvenida a la computadora, y esto es clave”.

Con la llegada de la computadora al aula los docentes se encontraron frente a la necesidad de repensar y redefinir aspectos de la práctica educativa, del proceso de enseñanza-aprendizaje.

En este sentido, “nos piden que los ayudemos, y ya hemos capacitado a más de 470.000 y tenemos que seguir”, dijo Sileoni.

Con respecto al incremento en la motivación para el estudio, Sileoni expresó que el programa generó mayor interés, “esto es así, absolutamente. La retención de los alumnos en la escuela va a mejorar, como asimismo el tema de la repitencia”, sostuvo.

Las netbooks también mejoraron “la posibilidad de que los chicos se reciban en el año en que terminan la escuela. Muchos chicos terminaban al cumplirse los cinco años de secundaria pero no se recibían porque les faltaban una o dos materias y algunos tardaban un año y otros se convertían en crónicos”, explicó.

“El chico sabe que si termina en diciembre o marzo con todas sus materias esa netbook pasa a ser propiedad de él. Si no la tiene que dejar en la escuela, y esto también ha sido un aliciente”, precisó.

De igual modo, el ministro ratificó el carácter igualitario de la implementación del programa al reafirmar “el valor de que la herramienta es la misma para todos los chicos dela Argentina”.

Asimismo, marcó la gran significación que tiene para un estudiante “el hecho de que el Estado lo elige a él directamente con nombre y apellido para entregarle una computadora”.

El estudio permite concluir que los alcances no se limitan sólo a los aspectos educativos ya que la posibilidad de que los chicos lleven las netbooks a sus hogares y las compartan con sus familias permite potenciar el impacto del programa.

El programa “tiene un gran impacto social”, dijo el ministro, tras precisar que “esto está expresado en la investigación donde se ve que los chicos le enseñan a los padres y a los docentes”.

“También se ha roto a veces y de buen modo –añadió– esa unidireccionalidad de que sólo el docente enseña. (Ahora) hay muchos docentes que dicen sin ningún tipo de vergüenza que a veces los chicos los ayudan”.

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