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Las fiestas para fin de año están a full, pero vienen más chicas

Por Pablo Moscatello.- Los salones locales tienen casi todo ocupado, pero por los precios los festejos llegan con menos invitados y se caen reservas. “Cosas que antes se hacían para 250 personas hoy son para 150 y en los casamientos la tendencia es hacer algo familiar”, dicen.


Llega el fin de año y el número de eventos crece en la ciudad. La gran mayoría de los salones de fiestas ya están reservados para los meses de noviembre y diciembre y también para el año que viene. Sin embargo, a diferencia de años anteriores los festejos típicos de esta época (como los brindis de fin de año que organizan empresas, las graduaciones o eventos familiares), y hasta las bodas y cumpleaños de 15 se celebran cada vez con menos invitados y cuidando los costos.

En diálogo con El Ciudadano, Martín Di Prinzio, del Grupo Aria, firma que organiza eventos y ofrece servicios de catering, salones y alquiler de choperas y barras móviles, explicó que este año, a diferencia de los anteriores, sobre la hora se han ido cancelando varias reservas que se habían realizado con meses de anticipación. Eso se da a pesar de que se abona previamente parte del servicio.

El especialista sostuvo luego que para celebrar casamientos y los cumpleaños 15 aún se “buscan” los salones de fiesta. Aunque agregó (cuestión en la que coinciden todos los consultados por este medio) que antes se “hacían fiestas más grandes, con mayor número de invitados”. Los cambios de época, claro está, obedecen en primer término a cuestiones económicas.

Distinto es el caso de los eventos empresariales. Di Prinzio señaló que en general los festejos (que en este caso se celebran siempre en esta época, cuando las firmas agasajan a sus empleados con el brindis de fin de año) en la ciudad se han “diversificado y se llevan a cabo ahora dentro de la misma compañía”.

“Se utiliza mucho contratar el catering o alquilar una barra móvil o una chopera y llevarla a la oficina”, explicó el especialista, quien agregó que esa modalidad “tiene que ver también con una cuestión de comodidad”. “Si bien puede influir lo económico ya que se trata de no aumentar costo, también hay un cambio social”, completó.

Desde el salón de fiestas Aires, uno de los más grandes de la ciudad, resaltaron que tienen “casi todo ocupado” para los meses de noviembre y diciembre. “Tenemos 14 graduaciones proyectadas hasta 2014”, explicó a este diario uno de los miembros del staff de la empresa.

Las fuentes del complejo Aires señalan que este año las consultas por eventos corporativos han disminuido mucho este fin de año. “Hay menos festejos comparado con épocas anteriores. Nosotros trabajamos con comercializadores, que son quienes ofrecen el servicio de todo tipo de salones. Y vemos que no están cerrando eventos que organicen empresas para fin de año. Se da mucho el hecho de que una vez que ven el presupuesto que se les pasa, finalmente optan por no hacer la fiesta. Yo creo que la situación económica es lo que está provocando que se cuiden más los gastos”, sostienen desde Aires.

Las personas consultadas vinculadas con esa firma coincidieron con Di Prinzio y también señalaron que tanto en las bodas como en los festejos de 15 los eventos son “cada vez más chicos”.

“Fiestas que antes se hacían con 250 personas hoy se hacen con 150. En el caso de los casamientos la tendencia es hacer una fiesta más familiar. Y en el caso de los eventos de 15 se nota en el hecho de que se comienza a dejar de lado al que habitualmente se invita por compromiso. Yo creo que en el fondo todo es precisamente por una cuestión económica”, sostuvo la fuente.

Una de las primeras recomendaciones que brindan quienes prestan servicios de asesoramiento para eventos es la de reducir costos a la hora de confeccionar la lista de invitados, acotándola a los amigos y familiares más allegados del agasajado.

“Comprimir la lista de concurrentes permite minimizar la inversión en el catering, lo cual implica comenzar a bajar fuerte el costo del festejo”, señala Gabriela Peinale, especialista en organización de eventos.

La mujer explica que una de sus sugerencias habituales, por ejemplo, es comenzar a recortar por las personas que “no han compartido tiempo con quien organiza el festejo o el agasajado durante los últimos años, por más que ellos los hayan invitado a festejos propios”.

En tanto, para los titulares del salón Celebración, que tiene una capacidad menor (para unas 80 personas),  la merma en la actividad este año se denota en “los festejos familiares”.

“Se nota en los agasajos de cumpleaños de 40, 50 ó 60. O en las fiestas que muchas familias organizan para el cumple de los abuelos. Este año ese tipo de celebración se ha dejado más de lado”, señala Marcela.

La mujer agregó que en “general” en los eventos más grandes se trabaja reservando con buen nivel de anticipación. “Mientras que los eventos más chicos, si hay lugar, en dos o tres meses se arman”, sostuvo Marcela.

Las personas contactadas por El Ciudadano explicaron que para mantener los costos y no ceder ganancias realizan una actualización del 30 por ciento anual del valor de una tarjeta cuando la reserva es por ese lapso de anticipación.

Peinale señaló que “si hoy se organiza, por ejemplo, un casamiento para septiembre del año que viene, no se sabe cómo va a influir el aumento de precios en los productos”, aunque aclara que “de todas formas, en general, se toma como parámetro el índice de inflación actual”.

“Igual hay que decir que es considerable la cantidad de casos en los que se caen las reservas por las subas. Hace ya varios años que el costo de una fiesta se incrementa de manera considerable”, agregó.

Según coincidieron las fuentes consultadas, los precios del cubierto oscilan entre los 200 y los 600 pesos. Pero todos insisten en aclarar que esos son valores “básicos”, que sólo incluyen la comida. Aparte quedan las bebidas, los shows, la barra, el disc jockey “y cualquier agregado” que quieran incorporar los organizadores.

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