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Misterio sin fin

Las excavaciones para encontrar los restos de la familia Gill dieron negativo

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) buscó en toda la estancia entrerriana donde desaparecieron, en 2002, los seis integrantes de la familia Gill: el peón, su esposa y sus cuatro hijos de entre dos y 12 años. No encontraron restos humanos, pero la investigación sigue


El juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, informó este viernes que las excavaciones realizadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para buscar a la familia Gill, desaparecida en 2002 en Entre Ríos, arrojaron un resultado negativo.

“Se finalizó la excavación, pero continúa abierto el expediente y por eso convocamos a toda persona que pueda aportar algún dato” a la causa, agregó el magistrado. Explicó que se “agotó a hipótesis que había surgido a partir de la testimonial” según la cual los cuerpos habían sido enterrados en la misma estancia.

Los seis miembros de la familia fueron vistos por última vez el 14 de enero de 2002. Fue cuando José Rubén “Mencho” Gill, el padre de la familia, estaba quejándose por los pozos que le habían ordenado cavar en la estancia donde trabajaba.

La estancia, de alrededor de 500 hectáreas, está en el pueblo de Crucecitas Séptima, a 50 kilómetros de la capital entrerriana, Paraná. Pertenecía a Alfonso Goette, quien murió en 2016 en un accidente automovilístico.

Durante los dos días días previos a los dichos del juez, el EAAF excavó unos 300 metros cuadrados de la estancia en busca de trincheras con georreferenciación de GPS y drones, para determinar si habían sido enterrados restos humanos.

“Buscamos nuevas entrevistas, testimonios u cualquier otra medida que nos nutra de datos, y convocamos a a toda persona que pueda aportar”, agregó Acosta.

María Adelia Gallegos, la madre de Margarita, la mujer de Gill, aseguró tiempo atrás que “el error es buscarlos vivos, porque ellos ya están muertos y enterrados”. Pidió entonces “que busquen donde vivían hace 14 años, que es el campo de Alfonso Goette”.

Recién en agosto de 2002, siete meses después de las desaparición, un familiar denunció que habían perdido contacto con los seis integrantes de la familia Gill. Las versiones arreciaron, pero el misterio sigue.

No hay registros oficiales ni datos migratorios sobre el destino del peón rural José Gill, de 56 años, su esposa Margarita Norma Gallegos, de 26, ni de sus hijos María Ofelia (12), Osvaldo José (9), Sofía Margarita (6) y Carlos Daniel (2).

El antropólogo del EAAF Juan Cruz Nóbile había dicho hace unos días que el equipo trabajaría  en la exploración total del subsuelo de la estancia, ante la falta de un testimonio que apuntara a un lugar preciso. En esas tareas, que no dieron resultados positivos, colaboró la Dirección Provincial de Vialidad de Entre Ríos.

Pistas sin destino

El Equipo de Antropología Forense buscará a la familia Gill desaparecida en 2002

La primera mirada judicial se posó sobre el propietario de la estancia donde trabajaban y vivían los Gill, en el paraje rural Crucesitas Séptima. Alfonso Goette era alemán, tenía entonces 60 años y su carácter infundía temor a los pobladores de La Candelaria.

El estanciero era un sospechoso hasta que murió. El 16 de junio de 2016 protagonizó un siniestro de tránsito fatal que, además de hacerle perder la vida a él, le hizo perder el miedo de hablar a algunos vecinos.

Un lugareño hasta entonces había mantenido silencio sobre el caso, por temor a represalias de El Alemán, hizo declaraciones que interesaron al fiscal Federico Uriburu. 

“Como hombre de campo, al testigo le llamaron la atención algunas circunstancias y es por eso es que apareció ahora para brindar datos de lo que tenía en su cabeza desde hace 15 años”, dijo en ese momento el funcionario judicial de Nogoyá.

El testigo reconoció que semanas antes de que se produjera la desaparición de la familia, Goette le había pedido cavar varios pozos en el campo al Mencho Gill. Apuntaron a una excavación cercana a un arroyo y otros sitios de la estancia. El rastreo profesional del EAAF dio por tierra, al finalizar este viernes, con la esperanza de, al menos, encontrar los cuerpos y con eso avanzar en qué fue lo que pasó con los seis integrantes de la familia.

 

 

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