El proyecto que había nacido de una iniciativa privada y que presentó el municipio en el Concejo para construir una mega cochera subterránea bajo la plaza San Martín finalmente no fue aprobado en el recinto en la madrugada de ayer. En el debate, los ediles opositores cuestionaron duramente algunos aspectos de la iniciativa, ya a las tres de la mañana de este jueves. Ante el panorama adverso, sin embargo, el bloque oficialista consiguió que el tema vuelva a comisión para ser estudiado. Así evitó que el proyecto quede archivado definitivamente, y dejó abierta la posibilidad de que pueda volver a tratarse aunque bajo otra figura reglamentaria.
La iniciativa refiere a los pliegos licitatorios y la ordenanza para la construcción de 785 cocheras subterráneas en la plaza San Martín a través del régimen de iniciativa privada, con una inversión de 60 millones de pesos. La intención del oficialismo –el secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, lo hizo explícito– era poner en marcha las obras en febrero próximo.
El proyecto ingresó al Palacio Vasallo a mediados de octubre con una declaratoria de interés municipal, pero había sido presentado al Ejecutivo local por el grupo transnacional con sede en España Ingeconser. Contempla la construcción de una playa de dos subsuelos, con un plazo de obra de 24 meses y un período de explotación de 30 años con opción a otros cinco. La obra implica20.000 metros cuadradosde superficie que incluyen boxes para autos, motos y bicicletas además de locales comerciales.
El tema había llegado al recinto con muy poco consenso entre los bloques opositores, y el miércoles ya se palpaba que la discusión iba a ser muy áspera.
La normativa ya había generado posiciones encontradas en la reunión de Comisión Parlamentaria previa al inicio de la sesión de ese día, adelantada por el feriado. Desde el oficialismo sostuvieron que aún se estaba a tiempo de tratar el proyecto, que había ingresado bajo la forma de iniciativa privada (el desarrollador es el que propone la obra) y por reglamento cuenta con cinco sesiones ordinarias para ser votado. Pasado ese lapso, el presidente del Concejo puede incluir el tratamiento el proyecto en la sesión “inmediata siguiente”. El opositor Diego Giuliano sostuvo que “la quinta sesión había sido la del jueves 1º de diciembre, que se levantó por falta de quórum, y el oficialismo acercó entonces un dictamen de Asuntos Jurídicos que, en términos no técnicos, interpretaba que la sesión inmediata siguiente es cualquiera, un criterio absurdo”.
Lo que irritó a los opositores ocurrió a las dos y cuarto de la mañana, cuando comenzó a tratarse el tema. Fue entonces que el oficialismo decidió cambiar de estrategia: la socialista Clara García anunció que se iba a retirar el proyecto bajo el régimen de iniciativa privada, para darle curso a una licitación pública. La queja desde la otra trinchera fue que se hacía el cambio pero con las mismas condiciones técnicas y el pliego que el municipio ya había acordado con el privado Ingeconser. “Es un proyecto a la medida de la empresa; el precio, la oferta, todo era de ese privado. Había pasado la línea, era irregular, era rayano a la corrupción”, arremetió Giuliano. Norma López, del Frente parala Victoria, calificó como “sospechoso” el accionar oficialista. “Las licitaciones públicas tienen otros pliegos. Lo llevaron a las dos de la mañana, sin hablar con los bloques opositores y sin que podamos estudiarlo. No había garantías para aprobarlo”, argumentó la concejala.
Giuliano agregó que “es inexplicable el apuro por sacar un pliego de una obra de más de 100 millones de pesos a la medida de una empresa privada”.
Los opositores también remarcaron que el proyecto de obra debía haber estado acompañado con un informe de impacto ambiental riguroso, y que eso, según ellos, no sucedió.
Lo cierto es que, tras los fuertes discursos opositores en el recinto, el propio oficialismo decidió terminar la discusión para evitar una votación negativa y logró que el tema vuelva a comisión.
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