Coronavirus

Carta a todos

Lágrimas negras: el volcán artificial que hizo erupción en el Alto Delta del Paraná


María Esther Linaro (*)

Llueven cenizas. No hay otro lugar donde esconderse. No se puede respirar. Ni al aire libre ni dentro de las habitaciones cerradas al vacío total. Nos condenan a vivir otra enfermedad respiratoria que agrava más la situación producida por el coronavirus. Están ejerciendo violencia de género humano y animal, pero la Justicia… mira para otro lado. ¿Parálisis justiciera o intereses personales en juego? ¿Cuántas pruebas necesita un fiscal federal para actuar?

La pequeña laguna artificial de Mundo Aparte está cubierta por partículas aceitosas que la opacan… y no se van… Nunca había pasado esto en veinte años. Los bebederos de los animales silvestres y domésticos no aguantan limpios más de un día. Todo esto al oportuno precio de doscientos o trescientos mil pesos por quema. Una ganga.

¿Qué le pasa a la dirigencia política entrerriana, señor gobernador y señores legisladores? ¿Qué le pasa al sector educativo? ¿Qué le pasa a los ciudadanos? Señor intendente de Victoria, ¿le parece normal autorizar fiestas electrónicas en el Humedal, a cambio de un “alquiler”? Típico caso de un lobo que cuida ovejas. Realmente, ¿ustedes se sienten argentinos y litoraleños? ¿Nunca estudiaron el valor inmensurable de los humedales?

No merecen administrar el territorio con el que fueron bendecidos y que nos beneficia a todos. Son hijos de… la más pura soberbia humana. Las islas no necesitan mejorar sus pasturas, son silvestres. No es lugar para ganado vacuno sobre todo cuando se tiene una versión libre y degenerada de lo llamado “sustentable”.

Existe algo superior a la legislación vigente: ética, solidaridad y empatía con la especie a la que pertenecemos y con las demás formas de vida. Miles de aves, mamíferos, insectos y reptiles mueren quemados por el fuego. Son desalojados del hábitat que les es propio sin que encuentren refugio a tanta persecución incendiaria. Bárbaros. No demuestran ninguna responsabilidad social, no pueden gobernar, no se animan a legislar. Cobardes. No les importa además el riesgo de vida que toman los brigadistas. Ellos deberían actuar sólo ante fenómenos naturales impredecibles, no intencionales.

Personalmente me avergüenza que ustedes sean argentinos, porque la Patria es el suelo y el suelo… es soberanía. Nos han demostrado irresponsabilidad civil, ningún sentido de comunidad, menosprecio del Humedal y sordera ante el dolor de la vida. La naturaleza que Dios les ha brindado, seguro utilizaría ante ustedes las palabras pronunciadas por el incomprendido doctor Rene Favaloro: “Yo me conformaría con que el corazón de los argentinos tuviera tres cosas: honestidad, responsabilidad y solidaridad”.

(*) Presidenta de la Asociación Identidad Ecológica. Proyecto Mundo Aparte

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