Ciudad

Ladrillos más, ladrillos menos

El consorcio del edificio ubicado en Rivadavia 2147 pidió que la Municipalidad informe si dos torres linderas están violando el permiso de edificación ya que, sospechan, se excedieron en la cantidad de pisos.

Por: Pablo Moscatello

Los cambios que se vienen implementando en las regulaciones para construir en el casco céntrico de la ciudad  muchas veces son motivo de conflicto y controversias. En una nota enviada a este diario, el Consorcio Edificio Parque Norte, ubicado en avenida Rivadavia 2147 expresó que desde hace más de un mes envió al municipio una nota en donde solicitó un informe que incluya los expedientes de edificación de dos torres linderas. En concreto, lo que quiere saber el consorcio es cuál fue la altura máxima autorizada a construir a la empresa que lleva adelante el proyecto, si la obra cumple las ordenanzas municipales, y si se respeta lo que establece el Código Urbano. La cuestión se funda en el hecho de que los vecinos sospechan que los inmuebles ya superaron el nivel de altura acreditado por el municipio.

En la nota enviada a la Dirección de Obras Particulares, el consorcio solicitó, básicamente, que se realice una inspección en las obras ubicadas en Rivadavia al 2100. Las mismas cuentan con los permisos de edificación 3312/08 y 0679/07.

“Pidieron autorización para construir 17 pisos, esa altura ya fue superada, y la idea de ellos es llegar a 22”, sostuvo de manera tajante Diana Pilot, la abogada de los vecinos del Edifico Parque Norte. La letrada expuso luego que, en base a “información extraoficial” que les “ha llegado”, la empresa constructora “ya ha pedido una excepción para edificar a más altura”. “Igualmente, tenemos entendido que todavía eso no ha sido aprobado”, explicó Pilot.

Profundizando la cuestión, y yendo directo “al grano”, la representante legal de los demandantes conjeturó que “seguramente en este caso lo que sucedió es que se pidió la autorización mientras regía el Código urbano viejo. Y la regulación nueva dice que si vos tenés otro edificio más alto en la cuadra, por más que tu autorización sea para construir más bajo que ése, igual podés igualarlo, copiarlo. Y yo creo que aquí ha ocurrido eso”.

Si bien hasta allí no existe irregularidad a la vista, según Pilot esta situación es aprovechada por la constructora para hacer mejores negocios. “A raíz de esto, lo que hacen las empresas es superar la edificación en pisos aprobada originalmente, al mismo tiempo que solicitan la excepción. Es algo riesgoso pero, si se la aprueban pagan una multa que es irrisoria y después ganan más dinero cuando llega el momento  la comercialización”, explicó la representante legal, para luego agregar que de esta manera a las compañías “se les está tendiendo una mano para violar el Código. Se agarran de ese vacío legal para quebrantar la norma”.         

“Nosotros queremos saber si esto que nos informaron es real. Y todavía no hemos tenido respuesta”, sostuvo luego Pilot. En caso de que la situación siga igual, desde el consorcio evalúan la posibilidad de hacer una presentación judicial. “Estamos preparando un pedido para que el juez paralice la obra”, sostuvo la letrada. 

Excepciones

En tanto, luego de que se sancionara el año pasado el nuevo Código Urbano que regula la construcción en el micro y macrocentro de la ciudad, los pedidos de excepción, por distintos motivos y situaciones, no han parado de ingresar al Concejo Municipal. En concreto, la ordenanza que actualmente le permite tramitar regularizaciónes a empresas constructoras que excedieron el permiso original concedido para una propiedad horizontal es la 82/69. Dicha norma resuelve distinto tipo de solicitudes a través de la firma, previa autorización del Concejo Municipal,  de un convenio entre la Municipalidad y los peticionantes.

En la práctica, la ordenanza viene zanjando la espinosa articulación entre intereses públicos y privados. Pero más allá de esta capacidad operativa, los acuerdos en varias ocasiones no han dejado de cosechar críticas por su alto grado de discrecionalidad y hasta por ser, en potencia, una puerta que pueda llevar a posibles actos de corrupción.     

Tal cual fue expuesto, ante el pedido de una excepción, cualquiera fuera esta, es el Concejo Municipal quien debe responder si los cambios solicitados en alguna obra son autorizados o no. En el municipio explican que ante este escenario las opciones de repuesta del legislativo local pueden ser dos. Si las excepciones son por modificaciones consideradas menores, lo que se aplica es una multa que, según el Ejecutivo local (y a diferencia de lo dicho por Pilot), suelen ser “muy costosas”. En tanto, si el Concejo evalúa que la excepción deviene de una irregularidad considerada grave la sanción puede llegar a ser muy severa. “En el caso de un edificio que supera la altura permitida y convenida originalmente se puede llegar hasta ordenar la demolición de algún piso”, explicaron en el municipio.

Comentarios