Ciudad

Economía Social

La vueltas de una mujer que hoy produce alimentos veganos

Rita empezó hace 4 años con una idea fija: la de concretar un emprendimiento que le permita vivir y difundir lo que para ella fue una manera de vincularse con la comida. Logró lo que buscaba. Y aquí lo cuenta


 

Rita no quiere ser fundamentalista del veganismo, pero sí lo difunde con convicción. “Yo estoy orgullosa de poder alimentarme y de hacer alimentos que son sabrosos, que son sanos y el broche de oro es que no interrumpo ninguna especie, que lo que hago y de lo que me alimento no joroba a ningún otro ser vivo. Eso me emociona y me enorgullece”, dice.

El tema de que el emprendimiento estuviera relacionado con la comida tiene un origen particular.
Rita cuenta que padeció trastornos alimenticios y que en ese contexto tuvo que aprender a recomponer su relación con la comida.

“Yo tengo una historia de bulimia y anorexia y siempre me pareció que contarlo puede ayudar a otras personas. Muchos me decían que seguir enganchada con el tema de la comida en el emprendimiento no era bueno. Pero yo digo que el veganismo me ayudó a recuperarme. No del todo porque creo que esas cosas no se recuperan por completo, pero sí a manejarme bien. He perdido muchos miedos a la comida, a algunos alimentos, por eso también me gusta recalcar esto con el tema del veganismo”, cuenta.

Su historia, como la de tantos emprendedores, comenzó con la búsqueda de un trabajo distinto. “Trabajaba de administrativa en una empresa familiar, pero estaba queriendo hacer algo que me llene un poco más. Siempre me gustó la cocina y ya había incursionado haciendo panes y milanesas de soja. Quise hacerlo todo como corresponde, entonces me acerqué a Villa Hortensia al distrito Norte para averiguar qué tenía que hacer. Pero terminé llorando, sentí que las exigencias me sobrepasaban, quería que me ayudaran”, recuerda la mujer.

En ese camino es que se vinculó con la Secretaría de Economía Social, y a través de ese asesoramiento comenzó a participar de diferentes espacios de capacitación. Primero fue el Sinergia Emprende: “me presenté y gané 30.000 pesos que me sirvieron para empezar a equiparme. Y después participé del Plan de Negocios y más adelante del Crear y fueron 20.000 pesos más. Me compré la movilidad y fui entrando en el circuito”.

El plan de negocios la ayudó a conformar su empresa más allá de la confección de los panes, y las líneas de subsidios y créditos de la Secretaría ayudaron a concretar su emprendimiento.

Tanto el Sinergia Emprende, como el Crear y Plan de Negocios son herramientas que la Municipalidad de Rosario ofrece a los emprendedores de acuerdo a sus necesidades y tipo de emprendimiento.

“Yo ya tenía algo de historia. En los 12 años de administrativa aprendí de números, y esa experiencia más o menos me dio una idea de cómo avanzar”, sostiene Rita.

En marzo de este año se cumplieron cuatro años desde que Rita Pavan se propuso empezar este emprendimiento.
“Al principio empecé a hacerlo y seguía teniendo otro trabajo. Lo hacía de a poco en el tiempo libre. Después empecé a trabajar menos horas en el otro trabajo para dedicarle más tiempo a esto”, relata.

De a poquito se fue dando. Dice Rita que la primera clienta que tuvo le dio una devolución que la hizo llorar de la emoción.

“Le parecía riquísimo lo que yo había hecho y eso fue un empujón importante. Después me conectaron con una dietética a la que le llevé unos quesitos y esa misma tarde me llamaron avisándome que eran riquísimos y que querían más.”

A ella no le costó dejar la carne y reemplazarla. Pero agrega que es importante ser responsable a la hora de alimentarse y hay que saber compensar algunas cosas.

Sostiene que ser vegano no es más caro que sostener cualquier otra dieta de comidas. Aunque menciona que algunos alimentos veganos están más caros porque están de moda.

“Pero si te ponés a pensar que un alfajor cualquiera que te comprás en la calle sale 20 pesos, seguramente si en vez de comprarte el alfajor te compras 20 pesos de almendras en una dietética te super saciás, gastaste lo mismo y te alimentas recontra mejor, entonces también hay que pensar lo que se come”, señala.

Rita cuenta que el veganismo la ayudó a relacionarse con la comida desde otro lugar, pero no lo predica desde el fanatismo. De sus 3 hijos ninguno es vegano, ni vegetariano.

“Yo me hice vegetariana a los 35 y vegana a los cuarenta y pico y bueno …ya les va a caer la ficha”, dice, y aclara que más de una vez, cuando sus hijos se juntan con amigos se llevan chorizos o morcillas veganas porque les gustan mucho.

 

Una receta

Rita también ofrece su receta de morcilla vegana. “La morcilla es un bombón de sabor y de nutrientes. Se hacen con tres elementos, no es caro y tiene valor nutricional completo”, dice, y agrega como sugerencia que todos “la prueben sin prejuicios, sin obligarse a nada. Es probable que cueste un poco al principio, pero si mas o menos te gusta, la podes agregar a tus comidas”.

La receta lleva gluten de trigo o seitán, porotos negros, germen de trigo, arroz yamaní, cebolla de verdeo y común. Con estos ingredientes se hace una masa, se agregan los condimentos y se le da la forma deseada. También se puede agregar poco de azúcar mascabo y pasas de uva, para darle dulzor.

Y estas morcillas se pueden preparar con verduras salteadas: cebollas, pimientos, zanahorias, zapallitos, y el embutido cortado en rodajas, si se agrega un poco de arroz queda un guiso súper completo que no es caro y es rápido de hacer.

 

Degustación

Este sábado, a las 18, en el Mercado del Patio, Rita Pavan estará ofreciendo productos de su emprendimiento Pili y Luna para degustación. Podrán saborearse pizzetas, sandwich y otras especialidades veganas.

 

Comentarios