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Imágenes del fin de una era, el filme narra las vicisitudes de un empleado de una cinemateca cuando su existencia es amenazada. Una cinemateca de Montevideo tiene que replantear su presente y su continuidad, cercada por una serie de inconvenientes financieros, situación que implicaría que Jorge, empleado durante veinticinco años como programador y proyectorista, deba enfrentarse a un cambio de vida. Sin intenciones documentales, aunque sugiera un conflicto vigente con los trabajadores de la Cinemateca Uruguaya, La vida útil, del realizador Federico Veiroj (Acné, 2008), sin el aire apocalíptico o nostálgico de las ficciones sobre el fin del cine, propone un relato melancólico sobre el fin de una era, centrándose en el programador y proyectorista de la Cinemateca de Montevideo.
La vida útil está teñida de un humor localista, de ritmo pausado, sutil, que prescinde de todo subrayado y se permite ser irónica sin menospreciar a su personaje principal. Federico Veiroj potencia la figura de Jorge Jellinek (el empleado), capturando con especial detenimiento sus caminatas y esperas, miradas y gestos, capaces de testimoniar el vacío que significará la pérdida de la cinemateca en su vida.
Allí radica el encanto del film, que envuelve al espectador en el mundo de Jorge, un mundo en descomposición, amenazado por los nuevos paradigmas de consumo audiovisual.
Sala: El Cairo
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