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La UNR y Francia estrechan lazos para formar estudiantes de acá

Tres jóvenes de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura viajaron a estudiar de cara a volverse profesionales de nivel internacional


Universidad Nacional de Rosario (UNR)

Este año tres estudiantes de ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) cursaron el primer semestre de clases en Francia gracias al programa Arfitec, una alianza de cooperación para la formación de profesionales. Es promovido por el Ministerio de Educación de la Nación y busca impulsar la movilidad de estudiantes. Sofía Paparigopulos, Tomás Maini Cuneo e Ignacio González contaron su experiencia.

Según informaron desde la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR, el programa Arfitec funciona bajo el control de un comité mixto franco-argentino de coordinación en el que se encuentran representadas las autoridades de cada país. Por Argentina, el Ministerio de Educación y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; y por Francia, los ministerios de Asuntos Exteriores y de Educación Superior e Investigación. Completan el comité la Embajada de Francia en la Argentina y la Conferencia de Directores de las Escuelas Francesas de Ingenieros (CDEFI). Entre sus objetivos quieren promover la movilidad de estudiantes y docentes-investigadores para favorecer el reconocimiento recíproco de los períodos de estudio e inclusive de los diplomas, posibilitando la apertura profesional de los graduados.

Sofía y Tomás son estudiantes de ingeniería industrial y cursaron un semestre en la Universidad Centrale Supélec de París. “La escuela es muy internacional, por lo que hay muchos jóvenes de distintos países que tienen las mismas aspiraciones de conocer y aprender de este gigantesco mundo. Eso hace que socializar, conocer otras formas de pensar, otras culturas e insertarse en la que uno vive, se haga mucho más fácil. De esta manera, se aprovecha mejor el intercambio”, relató Sofía.

Tomás cursó el octavo semestre de la carrera y de las 60 posibles asignaturas electivas la mitad se dictan en francés y la otra en inglés. “Esto te lleva a compartir aula con todo tipo de ingenieros y a formar grupos de trabajos interdisciplinarios. Se genera un intercambio de ideas, conocimientos, formas de trabajo y culturas. En algunas ocasiones termina siendo más valioso que los contenidos de la materia”, explicó el joven. Esta multiculturalidad se extiende a quienes dan clases. De las seis materias que Tomás cursó sólo dos eran dictadas por franceses. “En cada clase te encontrás con una forma diferente de explicar los contenidos, con métodos de evaluación muy originales y únicos”, agregó.

Sobre lo académico, Sofía mencionó que si bien al principio le resultó complejo por ser una metodología diferente y en otro idioma, valoró que tanto los profesores como los estudiantes locales y extranjeros, estuvieron siempre a disposición para ayudar. La joven destacó la posibilidad de relacionarse con personas de diferentes nacionalidades. “Me parece imposible dimensionar o cuantificar todo lo que aprendí con esta experiencia. Gran parte del aprendizaje viene de convivir todos los días con esa diversidad: almorzar, estudiar, cenar, viajar, hacer deporte con compañeros de todos los continentes, tener conversaciones en más de un idioma al mismo tiempo, aunque ninguno de ellos sea tu idioma nativo. En el momento es difícil de procesar dónde estás y todo lo que estás viviendo. Espero poder seguir aprendiendo”, aportó Tomás.

Ignacio González es alumno de ingeniería civil y estudió un semestre en la escuela de Polytech Annecy-Chambéry que depende de la Université Savoie Mont Blanc. Cursó materias del octavo semestre dentro de la especialidad EBE, sigla que incluye lo relativo a energía, construcciones y medio ambiente. Además, hizo cursos gratuitos de inglés y francés que ofrece la universidad.

“La experiencia fue sumamente fructífera, tanto en el plano académico y profesional como en el personal. Logré empaparme de los desafíos a los que se enfrentan los ingenieros franceses y de qué manera dan respuesta a los mismos, ampliando mis conocimientos sobre energías renovables, mejorando mi desempeño oral y escrito y perfeccionándome en el idioma francés. Por otro lado, entablé lazos muy estrechos con futuros profesionales de la ingeniería y de numerosas disciplinas con los que, más allá de la posibilidad real de ser futuros colegas, ya existe una relación de amistad”, consideró Ignacio.

Para los estudiantes de la UNR que participaron del programa la experiencia fue muy rica, y creen que todos los estudiantes universitarios deben aprovechar las instancias existentes para hacer algún trayecto educativo en el exterior.

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