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La TV no le cae bien a los niños pequeños

Los chicos que pasan muchas horas ante la televisión pueden tener a largo plazo consecuencias en sus conductas, su aprendizaje y su salud, de acuerdo con un estudio realizado en la ciudad canadiense de Quebec.

Los chicos que pasan muchas horas ante la televisión pueden tener a largo plazo consecuencias en sus conductas, su aprendizaje y su salud, de acuerdo con un estudio realizado en la ciudad canadiense de Quebec.

Según la investigación, difundida por la agencia DPA, quien quiera educar niños activos sin sobrepeso ni problemas escolares debería alejarlos de la TV, sobre todo en los primeros años de vida, porque demasiado consumo de televisión en edades tempranas deja huellas duraderas.

Los niños que pasaban más de dos horas por día frente a la pantalla tenían a los 10 años muy poca movilidad, eran más pasivos en clase, padecían dificultades especialmente en matemática y eran más gordos.

El estudio aparece en la publicación especializada estadounidense Archives of Pediatric and Adolescent Medicine (tomo 164, página 425).

“La primera niñez es un tiempo decisivo para el desarrollo del cerebro y el surgimiento de la conducta”, explicó la autora responsable, Linda Pagani, profesora de la Universidad de Montreal.

Junto a colegas del centro de investigación de la clínica universitaria Sainte Justine y de la universidad estadounidense de Michigan, Pagani siguió el desarrollo de 1.314 niños que participaron en la investigación de largo plazo, en Quebec.

Para ello se valieron de los diarios personales de los padres acerca del consumo televisivo de sus hijos entre los 29 y los 53 meses de vida (dos años y medio a cuatro años y medio).

Cuando los niños alcanzaron los 10 años, los investigadores pidieron a sus maestros un informe sobre su comportamiento y rendimiento en la escuela.

Los alumnos que entre los 2 y los 4 años veían más de dos horas de televisión por día, participaban en clase 7 por ciento menos en promedio y estaban retrasados en matemáticas en comparación con sus compañeros.

En particular llamó la atención que los niños que miraban mucha televisión tenían más problemas con sus compañeros y eran con más frecuencia burlados, rechazados e inclusive agredidos.

En los fines de semana, estos chicos eran 13 por ciento menos activos y realizaban 9 por ciento menos de deportes. Además se alimentaban 10 por ciento más entre las comidas y pesaban, ya a los 10 años, 5 por ciento más.

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