Gremiales

Firmat está de fiesta

La taba se da vuelta: Vassalli vuelve a producir desde enero

“Hoy es un día de mucha emoción y alegría”, disparó Antonio Donello secretario general de la UOM. Este lunes por la mañana se firmó el acuerdo entre la empresa de cosechadoras y la UOM en el ministerio de Trabajo


“Hoy es un día de mucha emoción y alegría. Tras la reunión en el ministerio de Trabajo provincial hoy (por ayer) hemos firmado con la empresa Vassalli un acuerdo para que la planta vuelva a producir y reincorpore a los 300 trabajadores”. Antonio Donello, secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) seccional Rosario y en representación del secretariado nacional del gremio definió así las reincorporaciones.

En efecto, desde hace varios meses la empresa de máquinas cosechadoras y repuestos Vassalli Fabril, de la ciudad de Firmat, emprendió el complejo camino de reabrir sus puertas. Y esto fue posible producto de una eficaz y coherente tarea de la UOM y sus trabajadores, actores indispensables, en cualquier construcción colectiva.

Días atrás, Diego Romero, delegado local de UOM había señalado a Radio Casilda: “Hay un grupo de inversores que contrataron una consultora para mediar y poner en marcha la fábrica a partir del primero de enero. Eso está sujeto a una homologación de la justicia que la jueza de Firmat debe firmar, ya que la empresa está concursada”.

Por su parte, Pablo Cerra, abogado de la UOM Rosario, señaló que recientemente realizaron una asamblea con los 300 trabajadores “para explicar la situación actual de Vasalli y para contarles que se prevén importantes novedades por estas horas”, en referencia a la firma del acuerdo.

Si bien es cierto que hubo “absoluta reserva” sobre la suerte del acuerdo y del grupo inversor (ver aparte), ahora se conoció que es Financiamiento Estratégico SA quien se hará cargo del manejo de la empresa a partir del próximo 1 de enero de 2020, situación que deba avalar la justicia, aunque todos los actores involucrados descuentan que “es un hecho”.

“Lo más importante es que la propuesta fue aceptada por los trabajadores. Eso se decidió en la asamblea”, destacó el abogado de la UOM.

Es preciso recordar que el ansiado acuerdo se cimentó en respetar los derechos laborales de todos los trabajadores, es decir, salarios y condiciones de trabajo incluidas en el convenio colectivo de trabajo del gremio.

Además, la firma Vassalli se compromete a realizar una inversión importante en concepto de insumos y capacitación del personal.

Así, el objetivo industrial es recuperar la capacidad operativa y fabricar 2 o 3 cosechadoras por mes.

“Calculamos que para marzo podríamos estar en esos niveles de producción”, señalaron desde el gremio.

Con todo, en enero y febrero la premisa fundamental es apuntar todos los cañones a la producción de repuestos para ampliar el stock existente.

Cuando la articulación de los intereses en juego tiene como norte alcanzar el bien común, los resultados, por lo general, son esperanzadores. Porque no se trata de hechos azarosos, sino de hechos buscados.

El grupo inversor

El acuerdo, que llegó como regalo de navidad, para todos los actores involucrados, pero fundamentalmente paro los 300 trabajadores que hicieron encomiables esfuerzos, tiene nombre propio.

En el efecto, el grupo de nuevos inversores, que permitirá recuperar la fábrica de cosechadoras de Firmat después de dos años y medio de conflicto, se llama Financiamiento Estratégicos SA.

Se trata de los empresarios cordobeses Gastón Aguirre, Sergio Barbero y Néstor Girolami, que compraron una parte de las acciones de la compañía, mientras que el 60 por ciento queda en manos de Mariana Vassalli, nieta de quien la fundó en 1949.

Vassalli Fabril SA tuvo una producción intermitente a lo largo de este 2019 y atravesó incluso tomas de la fábrica por los trabajadores con salarios atrasados en medio de la incertidumbre sobre qué sucedería con la fábrica, con la intervención gremial de por medio.

El conflicto se originó en 2016 cuando Venezuela, principal cliente de Vassalli, se negó a pagar 245 cosechadoras ya fabricadas por encargo, y sólo accedió a comprar 50, lo que generó pérdidas de hasta 187 millones de pesos.

Los apoderados de la planta decidieron ponerla en manos de accionistas, en una transferencia que no tuvo monto económico de por medio.

Como sea, con una negociación de más tres meses entre la empresa, los nuevos inversores y el gremio, con la mediación se arribó a buen puerto.

“Es una emoción muy grande después de casi dos años y medio de lucha. Hay mucha esperanza e ilusión positiva, no romántica, sino real, palpable”, expresó un eufórico Pablo Cerra, abogado de la UOM local.

Y agregó: “Hoy la situación de los empleados es deplorable, pero lo positivo es que se conservan los 300 puestos de trabajo”.

Y claro, en este contexto, la euforia, sin duda, está por demás justificada.

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