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En el Centro Cultural Fontanarrosa

“La rosa trovarina”, una puerta abierta a la historia de la Trova Rosarina

Adrián Abonizio habló sobre la producción del libro que escribió junto a Juan Aguzzi, un material ilustrado que recorre la historia de ese movimiento musical y donde participan artistas plásticos, escritores, periodistas y músicos


Una rosa, un puñal, el mástil de una guitarra, entrevistas, relatos en primera persona, imágenes de archivo, recortes de diarios. La Rosa Trovarina recorre la historia de aquel grupo de músicos rosarinos que a fines de los 70 y principios de los 80 desembarcó en Buenos Aires retratando una época y marcando un nuevo mojón en la historia del rock argentino: La Trova Rosarina. Escrito por uno de sus protagonistas, el músico y compositor Adrián Abonizio junto al periodista Juan Aguzzi, con el diseño de Mauricio Chiaraviglio, el libro tendrá su presentación en sociedad este miércoles en el marco de la Feria del Libro local.

El material surgió de la necesidad de contar la historia que, entre otros, protagonizan Juan Carlos Baglietto, Silvina Garré, Jorge Fandermole, Rubén Goldín y Fito Páez. “Pensamos que hacía falta que alguien escriba la historia, porque lo que había venía de otros lados pero era poco confiable, no había mucho material más que el discográfico”, contó Adrián Abonizio sobre la génesis de La Rosa Trovarina, un material que en un principio comenzó a tomar forma en fascículos: “A medida que lo empezamos a hacer nos dimos cuenta que habíamos abierto una puerta secreta que nos encantaba”, contó el compositor.

Abonizio y Aguzzi escribieron cada fascículo, cada parte de la historia en conjunto. “No puedo decir qué escribió él y qué escribí yo”, confesó más tarde el músico sobre esas jornadas de las que recuerda “una noche de invierno en una cocinita con una lamparita baja, como en las películas, escribiendo apuntes a mano”.

La premisa con la que comenzó este recorrido fue la de “armar algo que no sea una fotografía congelada, sino que cuente cómo se desarrolló la historia a pulso caliente, a mano alzada”, confesó el autor de “El tempano”. “Escribimos rápidamente las primeras cosas que se nos venían a la cabeza. También evitamos eso de que en la tapa de los diarios salen únicamente los campeones y los otros no están en ningún lado. Esto fue una agrupación de gente, mucha gente, y muchos no aparecieron en ningún lado, nosotros buscamos con mucho cuidado y a veces también con equívocos, de retratar la mayor cantidad de gente que no suele salir en la foto”, adelantó sobre el material que más allá del fenómeno musical que significó y significa La Trova grafica un momento de la historia de la ciudad y del país y que es narrado también por otros músicos de nuevas generaciones, periodistas, escritores, y todos aquellos vinculados a esa gran movida que conforma hoy una parte de la identidad local musical y cultural y de un tiempo de la misma ciudad. El libro cuenta los entretelones de esa historia poco conocida, la que construyeron quienes a través de su participación en diversos momentos fueron tallando una forma de expresión definida: lugares, conciertos, momentos difíciles, la consagración, la incertidumbre, todo contado a través de sus protagonistas.

Del fascículo al libro

En un momento la historia quedó chica para un fascículo. “Quedaba mucha gente afuera”, recordó Abonizio. Así que decidieron que ese material se transforme en un libro: “El formato libro es interesante porque es para llevar y no pasa fugazmente. Es apenas un libro, pero un libro muy importante porque no se contó esta parte de la historia que nosotros vivimos, algunos de adentro y otros de afuera, el anecdotario es infinito”.

Las casi 150 páginas de La Rosa Trovarina cuenta con gran cantidad de imágenes de archivo que conviven con trabajos de talentosos ilustradores como El Tomi, Chachi Verona y Javier Armentano, entre otros. El hombre detrás del archivo es Sergio “Oscar Peta” López, material al que se le fue sumando lo que ellos mismos tenían guardado. “¡Yo no!”, dijo Abonizio. “No soy de guardar absolutamente nada. Lo que tenía por un accidente astral un día me lo robaron. Fundamentalmente está Oscar Peta que nos dio todo lo que tenía guardado. Después las puertas se fueron abriendo y la gente con la que nos contactábamos tenía ganas de participar”.

Créditos grupales

“Fue como graficar o escribir sobre una gran batalla. La historia, dicen, la escriben los que ganan pero en este caso creo que ganamos y perdimos todo el tiempo. El único triunfo verdadero es sentirte completo con vos mismo y sentir que podés mirar a la cara a tu vecino. La Trova saltó a la luz en el medio de la guerra de Malvinas, en medio de un auge de la democracia. Uno aspiraba a que fuese un mundo mejor y colaboraba con las canciones. Eran las canciones de la época, tienen una inocencia y una pureza extraordinarias. Había una ilusión en el aire dando vueltas que se plasmó porque finalmente habíamos roto una idea de que Rosario te cierra las puertas permanentemente, dimos un salto al vacío y nos descubrieron en Buenos Aires. Eso demuestra cómo está armada la sociedad, pasás de la ignorancia al aplauso. Un poco lo que resume el libro es que no hay créditos personales sino grupales. Nosotros sin querer o queriendo nos arrastramos a nosotros mismos y a un montón de gente que se vio representada”.

Juegos de palabras

El título del libro es a las claras un juego de palabras. “No me lo quiero atribuir pero soy un gran jugador de palabras”, dijo entre risas Abonizio. “Tengo una memoria horrible pero me gustan los juegos de palabras, los anagramas, la amable y cordial pelotudez que tienen las palabras que si les das importancia te frustrás pero si las tomás a la ligera, como hay que tomar a las palabras, se acomodan solas. Era como algo romántico que después Javier Armentano pudo sintetizar esa idea en una imagen muy fuerte como es una daga atravesando una rosa”, apuntó quien, sobre cómo vivió volver a juntarse con La Trova el año pasado analizó: “Lo vivo como los libros. Yo leo literatura joven y descubro cosas impresionantes. Pero cuando releo algo voy a lo seguro, las palabras van teniendo un peso con el tiempo y sobreviven, no se van al fondo. Nuestras canciones tienen un peso propio impresionante, son como hijos-libros que uno tiene, que guarda, van pasando libros nuevos que se acoplan a eso pero son distintos. Hoy por hoy lo narrativo ha perdido espacio. Nosotros, en aquella época y aun hoy, componemos cosas con la impronta de que tenemos que escribir algo narrativamente interesante, no podemos escribir ni canciones de protesta ni que estén destinadas a que compren el producto. Nunca nos salió”.

La pata editorial de Ciudad Gótica

La Rosa Trovarina fue editada por la editorial local Ciudad Gótica. Sergio Gioacchini, quien dirige la editorial, se sumó al proceso cuando el material se empezó a transformar en un libro: “Veníamos charlando, en reuniones informales sobre editar una versión ampliada y actualizada de los fascículos que habían salido alguna vez. Estuvimos varios años haciendo intentos hasta que al final se logró la edición”, contó a El Ciudadano al tiempo que sobre la importancia del material opinó: “Fundamentalmente, el relevamiento histórico es el hilo conductor del libro, ya que avanza en el tiempo a medida que lo leés, y no sólo hace referencia a la historia de La Trova, sino también al entorno en el que se vivía en esos momentos, y de las emociones que nos atravesaban a los que estábamos subidos a ese barco, gozando y padeciendo el lugar y el tiempo que nos había tocado vivir. Pero también es un libro que te moviliza, que te emociona, que les hace querer conocer todas esas músicas a las nuevas generaciones. A darnos cuenta también de que La Trova sigue siendo parte del maisntream cultural de Rosario como ciudad movilizadora y formadora de gran cantidad de talentos culturales”. Este año la editorial cumple 26 años de vida y 1000 títulos editados. “Nunca ha sido fácil editar en Rosario, podría extenderlo a todo el interior del país. Ciudad Gótica está dentro de un colectivo de talentosos editores, y algunos muy jóvenes, que están refrescando la mirada tanto de nuevos autores como de diferentes maneras de ejercer este oficio. La crisis actual es muy dura y nos engloba a todos. Pero la sensación de libertad, independencia, que nos da una buena lectura va a ser difícil de erradicar en los argentinos y en su lucha por construir una sociedad más justa, y esperemos que algún día, con un pensamiento más soberano e igualitario”.

Para agendar

La presentación del libro tendrá lugar el miércoles, a partir de las 18.30, en la Sala C del Centro Cultural Fontanarrosa (San Martín 1080). Estarán presentes Adrián Abonizio y Juan Aguzzi. Presenta Sergio Goiacchini y Mauricio Chiaraviglio.

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