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Crisis en Brasil

La principal central obrera no reconoce al gobierno de Temer

La CUT rechazó la invitación del presidente interino brasileño para una reunión con sindicatos y lo calificó de “golpista”.


La Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT), la más grande del país, rechazó en duros términos la convocatoria hecha a los sindicatos por parte del presidente interino, Michel Temer. Así lo anunció Vagner Freitas, el presidente de la mayor central obrera, a horas de una reunión realizada ayer por el gobierno para abordar la reforma al sistema de jubilaciones y pensiones. Definió al gobierno como ilegítimo porque “no fue electo”.

“La CUT no reconoce a golpistas como gobernantes y es por eso que no irá a la reunión que Michel Temer llamó con las centrales sindicales”, dijo Freitas en un comunicado.

Según el líder sindical, el gobierno interino de Temer “pretende retroceder conquistas” de la clase trabajadora y por eso “la lucha será tratada en las calles y en los lugares de trabajo”. “La clase trabajadora es la principal víctima del golpe y por eso la CUT exige el regreso del Estado de Derecho y el mandato de la presidenta Dilma, legítimamente electa con más de 54 millones de votos”, señaló el líder sindical.

Además, advirtió sobre las propuestas de reformas en el sistema de pensiones y señaló que el gobierno interino “no tiene permiso para cambiar lo que hizo Dilma”.

“Ellos están allí en espera, de forma temporal, hasta el resultado del Senado”, subrayó, y avisó: “Para hacer esto, tendrán que pasar por encima de la CUT y los sindicatos, y vamos a luchar por los derechos de los trabajadores hasta el final”.

La centroderechista Fuerza Sindical, brazo del partido Solidaridad, del diputado Paulo Pereira, sí asistió al encuentro. Esa central respaldó el juicio político contra Dilma Rousseff, en apoyo al suspendido presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y al candidato opositor derrotado en 2014, Aecio Neves, ahora socio de Temer.

El “cambio” que quiere imprimir el mandatario interino en materia económica tiene el formato de un clásico ajuste.

“Equilibrio en las cuentas” y “recortes en el gasto público” lideran las propuestas. Y en ese marco fue que Temer invitó ayer a los sindicatos al palacio presidencial, en especial para tratar una reforma de  jubilaciones que implicaría fijar una edad mínima para el retiro y un posible aumento de los años de cotizaciones.

Pero no sólo la CUT, cercana al PT, se plantó y no fue. La conservadora Forca Sindical, que incluso hizo campaña por el impeachment contra Rousseff, juzgó “inaceptables” las propuestas del nuevo ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

Debut complicado: marchas, cacerolazos y sondeos abajo

“Tengo una legitimidad constitucional”, se defendió Michel Temer en la noche del domingo pasado en una entrevista en la televisión Globo, mientras sonaban cacerolazos en San Pablo y Río. Según los sondeos, Temer es más impopular que Dilma Rousseff.

El gobierno interino enfrentó turbulencias desde sus primeras horas con el nombramiento de un gabinete sin mujeres ni negros, dos grupos que representan cada uno más de la mitad de la población del país. Temer dijo que lo compensará con secretarios de Estado que sean “representantes del mundo femenino”.

Además, al menos tres ministros están investigados por el megafraude a Petrobras que salpica a gran parte de la élite política y empresarial. Y el jefe de la cartera de Justicia, ahora responsable de derechos humanos, ha sido denunciado por crear escuadrones de la muerte en San Pablo. A los que le dicen que llegó al poder sin votos, Temer respondió: “Fui electo conjuntamente con la señora presidenta, los votos que ella recibió yo también los recibí”.

Para Rusia, detrás de la crisis está la mano de EEUU

El gobierno de Rusia emitió ayer su primera declaración contundente sobre la crisis brasileña al insinuar la mano de Estados Unidos en la suspensión de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que llevó interinamente al poder a Michel Temer. “Uno de los problemas más importantes de las relaciones internacionales contemporáneas es la tendencia de Occidente de mantener a toda costa el dominio de asuntos globales y regionales; América latina y el Caribe no son una excepción; notamos una intensificación de la política exterior de Estados Unidos en esta región que muestra tentativas de interferir en asuntos internos de algunos Estados”, señaló el viceministro ruso de Relaciones Exteriores Sergei Ryabkov. “Brasil conseguirá superar este período de inestabilidad porque tiene aspiraciones de gran potencia y es un país muy grande para convertirse en víctima de los planes norteamericanos”, agregó, citado por la agencia de noticias Sputnik. De acuerdo con el diplomático, Rusia “está interesada en desarrollar las relaciones con los líderes de todos los países latinoamericanos, independientemente de sus liderazgos o la política exterior que elijan” y abierta a “la cooperación con todos los gobiernos legítimos de los países interesados”.

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