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La presidenta reaviva tensiones con Scioli

Cristina atacó a gobernadores e intendentes que tienen ambiciones presidenciales.

En una semana cruzada por el debate sobre el estado de la red de transporte, la transparencia en los actos de gestión o la puja Nación-Provincias, el dato político significó la decisión de Cristina Kirchner de agitar tensiones con Daniel Scioli. Ya en la carta que envió por Facebook a Ricardo Darín, que originó per se una gran polémica, se había quejado por la poca repercusión que tuvo el hecho de que el gobernador no informó al diario La Nación cuántos dólares tenía depositados.

Luego, al anunciar la compra de vagones para trenes metropolitanos, atacó a “intendentes y gobernadores” que tienen ambiciones presidenciales y buscaron subir impuestos. Dentro de esa troupe se ubican Scioli, De la Sota y Macri, aunque sólo el cordobés concretó y mantuvo el aumento a combustibles.

Finalmente, el ministro Florencio Randazzo culpó sin diplomacia a la empresa provincial Ferrobaires por las demoras que sufrió un tren que unió el trayecto Mar del Plata-Ciudad de Buenos Aires. Ya Randazzo había objetado a Scioli por no plantear “cuáles son las diferencias que tiene con la presidenta”.

Como el año pasado, cuando Scioli anticipó sus aspiraciones presidenciales y la Nación redujo el giro de fondos a la provincia, la ofensiva empalma con un escenario particular.

El gobernador decidió abrir el 2013 electoral acentuando su perfil dialoguista y de diferenciación con la Casa Rosada, pero reiteró su intención de mantenerse dentro del esquema del Frente para la Victoria. Distinto es el caso de De la Sota y Macri que juegan decididamente desde la vereda opositora.

El caso del mandatario bonaerense es sensible ya que los principales distritos electorales de la Argentina se presentan adversos para el FPV, como en 2009, y Scioli podría volver a aportar votos donde reside el 40 por ciento del padrón electoral nacional.

Los cristinistas suelen comentar que lo que hace su jefa política es responder a “provocaciones” del gobernador, quien entre otras señales, se reunió con críticos al gobierno nacional como Macri, De la Sota, Francisco de Narváez y Hugo Moyano.

Ante la nueva ola de cuestionamientos, Scioli volvió a reaccionar a lo Scioli, es decir sin confrontar. Ese esquema de acompañamiento, tolerancia y “continuidad con cambios” que promueve ya generó un reflejo en las encuestas el año pasado: es uno de los más elegidos por los votantes antikirchneristas.

Por su parte, tanto Macri como De la Sota –que esta semana volvieron a reunirse– se trenzaron sin dudarlo con la jefa de Estado, ya que tienen comprobado que cuánto más lejos están de la Casa Rosada mejor les va en las encuestas.

Transporte y federalismo

El contenido de los cruces tuvo que ver con cuestiones que vale la pena poner en debate porque durante varios años fueron soslayados como la seguridad del transporte, la transparencia y la transferencia de recursos.

Los intercambios con la Ciudad y la provincia de Buenos Aires interpelaron el estado de trenes y subtes.

Mientras el jefe de Gobierno porteño decidió cerrar la Línea A por 60 días para cambiar las viejas formaciones y pretende volver a subir la tarifa de 2,50 a 3,50 pesos, la Nación anunció la compra de vagones para las líneas Sarmiento y Mitre.

Tanto en las acciones como en el discurso estuvo presente el tema de la seguridad de ambos servicios, que puso sobre el tapete la tragedia de Once, ocurrida hace casi un año.

Este mismo viernes la Sala II de la Cámara Federal complicó la situación de los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, los empresarios Sergio y Mario Cirigliano y también la del maquinista, cuyo sobreseimiento fue revocado.

La reacción de Cristina contra Darín y Scioli disparó un nuevo debate para sancionar una ley de ética pública bonaerense, que obligue a los funcionarios a mostrar sus declaraciones juradas como ocurre en el ámbito nacional.

Ojalá esa movida dispare un dominó a favor de la transparencia.

Este mismo año perdió estado parlamentario el proyecto de Acceso a la Información Pública nacional –pilar de cualquier sistema de transparencia– que tenía sanción del Senado porque el oficialismo en la Cámara de Diputados decidió archivarlo.

Antes del recambio legislativo, la presidenta todavía tiene una buena oportunidad de sacar la ley que se le ocurra para garantizar los principios básicos del acceso a la información.

Finalmente, De la Sota aprovechó la crítica de Cristina Kirchner al aumento de impuestos y refrescó las pulseadas que tiene en la Corte Suprema con la Nación.

En Córdoba rige desde septiembre la “tasa vial” sobre los combustibles y la Casa Rosada recurrió a la Corte Suprema porque considera que es un impuesto que debe fijar Nación. De la Sota, por su parte reclama al gobierno que salde una deuda de 1.040 millones de pesos por el déficit de la Caja de Jubilaciones.

En esta misma semana y en medio de los reclamos de la presidenta, la ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis, pidió una nueva ley de coparticipación federal.

“Debemos iniciar el debate por una ley de coparticipación federal de Impuestos con un doble objetivo: engrandecer la renta federal y hacer coherente la distribución de los recursos con los objetivos y necesidades del proyecto nacional”, reclamó.

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