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La política corre a la realidad con una bicicleta fija

La vertiginosidad de los acontecimientos en nuestra Argentina muestra una realidad que camina inquieta y una política que la corre en bicicleta fija.

La vertiginosidad de los acontecimientos en nuestra Argentina muestra una realidad que camina inquieta y una política que la corre en bicicleta fija. La política intenta distraernos para evitar que se perciba esa realidad cuya crudeza impide todo disimulo. Atemperados los saqueos y amotinamientos policiales de la semana pasada, la piel social se irrita dado que los altos calores se combaten con cortes de fluido eléctrico: ¡no hay luz!,  y como titulaba una vieja novela “así en la villa como en el cielo”. Y aparecen las explicaciones más estúpidas de la boca de los políticos con responsabilidades, para quienes la culpa siempre se encuentra muy lejos de sus despachos. Con algunos agravantes, en Santa Fe o Córdoba, la tarifa que pagan los usuarios es varias veces superior a Buenos Aires o Capital para recibir igualitario trato y explicación sobre el corte que inexorablemente llega a unos y a otros. Tal vez los gobiernos provinciales en este tema deban asumir sus propias negligencias. Lo más gráfico y sensato que escuché proviene del investigador del Ceare, ingeniero Raúl Bertero: “Lo que pasa con la luz me recuerda a una frase de Perón: quien no tiene cabeza para pensar debe tener espaldas para aguantar.  Le voy a dar un ejemplo muy claro, si usted decide colocar en su casa diez aires acondicionados, cuando los enciende la luz salta, viene el electricista y le dice que tiene que cambiar todos los cables ¡porque la instalación no aguanta! Lo que pasa con las redes de distribuciones es eso, aumentó la demanda, la gente tiene más televisores, más aires acondicionados, eso aumenta la demanda y las inversiones para colocar nuevos cables no se hacen. Conclusión: va a pasar este año, el que viene y seguirá pasando lo mismo y agravándose. Hasta que no veamos en las ciudades, como vimos alguna vez, reposición a gran escala de los cables, esto no cambiará. ¡Esa es la realidad!”.

Bertero sigue analizando la problemática y es en el único momento que, con 38 grados, siento frío. Dice “nosotros compramos GNL más o menos a 18 dólares por millón de BTU, al gas un usuario lo paga 50 centavos de dólar. Cuando la producción argentina se revierta  y se produzca más gas, el gobierno lo va a pagar 7,50 dólares, pero para ello falta mucho”.

Giro mi mirada sin alejarme de la problemática y le pido a Jorge Remes Lenicov su análisis sobre lo económico y me dice: “Los bancos extranjeros si nos prestan plata es con interés default ¡porque estamos en default! A Brasil, Perú, Uruguay le prestan al 2%, a Argentina al 12/15%. El 25% es una inflación inédita en este mundo, piense que solamente tiene inflación superior Venezuela y dos o tres países pequeños de África, el resto se maneja con valores del 2 al 4 % anual. Y lo terrible es que cuando hay inflación no hay inversiones, ¿cómo bajamos la desocupación entonces?”.

Lo dicho por Remes Lenicov trajo a mi memoria algo que tiempo atrás me dijo el último ministro de economía que tuvo Argentina, Roberto Lavagna: “Niegan la realidad porque no quieren verla y si se atreviesen a mirarla no sabrían qué hacer”.

Mientras tanto las energías están puestas a atajar penales. En realidad a anular goles. No recuerdo un caso en donde el pecador confiese su pecado y el sacerdote le diga “hijo usted está equivocado, no tiene pecado, vaya tranquilo”. El caso de las coimas en el Senado puede ser un buen antecedente para evitar que nadie “se haga el vivo” a la hora de denuncias y arrepentimientos.

El mecanismo de las simulaciones debe estar bien aceitado dado que muy pronto otra vez la inflación debe ser medida y no hay caso, ¡no renuncia a existir!, entonces habrá que ignorarla una y otra vez hasta que todo se reduzca a “ella o yo”. ¿Y nosotros? Esa es la gran incógnita, qué seremos cuando todo pase. Cómo nos reconoceremos los unos con los otros. ¿Por qué la década ganada nos deja tan malheridos como si la hubiésemos perdido? En la provincia de Santa Fe, doblando el codo de la recta final, camino a la finalización de la década provincial, el socialismo no está para festejos.

Este sábado Sergio Massa convidará con su asado a políticos con fama de serios y honestos en medio de una corrupción creciente, otra foto con Reutemann y Lavagna. El camino hacia el 2015 es largo, mantener la iniciativa no es tarea sencilla, bajar a la Argentina federal tampoco.

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