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La pobreza deja a la humanidad sin agua

En pleno siglo XXI, 1.500 millones de personas no tienen acceso al vital líquido.

Por: Nelso Raschia

Son datos que parecen increíbles. En la actualidad 1.500 millones de personas en el mundo carecen de agua potable y 2.600 millones no tienen acceso al servicio de cloacas. En pleno siglo XXI tales números no deberían ser ciertos, pero lo son. Quien los consigna es Riccardo Petrella, uno de los mayores expertos en el mundo en el tema, quien estuvo en Rosario para entregar los diplomas a quienes participaron en el 2009 del primer ciclo de la Cátedra Libre del Agua de la Universidad Nacional de Rosario e iniciar el del 2010.

Petrella es profesor de “Globalización y Sociedad de la Información” en la Universidad de Lovaina, en Bélgica. Es economista, politólogo, consejero de la Unión Europea y, ahora, director honorario de la Cátedra que dirige Aníbal Faccendini.

Asimismo el especialista es uno de los fundadores del Comité Internacional por un Contrato Mundial del Agua, que preside el ex presidente y ex primer ministro de Portugal, Mario Soares. En el 2002 redactó el “Manifiesto del agua” y es autor de “Los límites a la competitividad: cómo se debe gestionar la aldea global”, en 1996; “El bien común”, 1997 y “El derecho a soñar: propuestas para una sociedad más humana”, en 2005.

En una larga charla con El Ciudadano, Petrella consignó respecto al abastecimiento de agua potable en el mundo que “la situación es lamentable, dado que 1.500 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Es difícil de pensar que en el mundo actual que se dice globalizado, desarrollado, haya esa cantidad de personas que no acceden al agua potable”.

Puntualizó que tal situación ocurre en “Asia, en India y China; en África y en todas las poblaciones de villas y favelas, en América”.

Acotó que igualmente “2.600 millones de personas no tienen acceso a los servicios de saneamiento” y agregó que “si se consideran esos datos debe pensarse que el problema de dicha gente no es que viven en áreas donde falta el agua, sino que son pobres, porque viven en áreas ricas en agua”.

Enfatizó que “la pobreza es la principal causa del no acceso al agua” para precisar que “sólo 100 ó 150 millones sobre 1.500 millones viven en áreas áridas, secas. La injusticia de la naturaleza explica sólo una pequeña parte de la injusticia humana y social sobre la falta de agua potable de 1.500 millones de personas y de falta de saneamiento para 2.600 millones”.

Por otra parte aludió al proceso de reducción del consumo de agua y lo explicó por dos motivos. Uno de ellos que “la privatización de los servicios hídricos ha aumentado el precio del agua”. En tal sentido dijo que “es impensable que pueda hablarse del precio del agua para la vida. El agua para la piscina se puede pensar que tiene un precio, pero el agua para la vida –50 litros mínimo por día por persona–, el agua para la vida, por ejemplo para la tarea agrícola que es fundamental o para la producción energética, es impensable que pueda hablarse de un precio”.

Dijo que “el precio aumenta y ello ocurre cuando se concesionan los servicios que antes eran públicos. El precio aumenta y también aumenta el empobrecimiento, no la pobreza”. Insistió que “el precio relativo del agua aumentó y entonces la gente reduce el consumo”.

Como segundo aspecto de tal situación de reducción del consumo apuntó a “la política de sensibilización y movilización de los ciudadanos. La política de sensibilización hacia los niños hace que la gente disminuya el uso doméstico, en la casa”.

Sin embargo para Petrella es más preocupante respecto a la cantidad del agua la calidad del agua y en tal sentido consignó que “se está deteriorando”. Dijo que “la presión sobre los recursos naturales ha aumentado”.

Aseveró que se utiliza un indicador mundial sobre la impronta medioambiental y al respecto remarcó que en 1960 tal situación de deterioro afectaba a Europa y algo en China e India.

Agregó que ahora “el impacto negativo aumentó considerablemente en China e India” para ser contundente respecto de que “las políticas de desarrollo sustentable son pura retórica”.

Acerca de la reciente conferencia sobre el medio ambiente realizada en diciembre pasado en Copenhague, Dinamarca, evaluó que al tema del agua no se lo tuvo en cuenta “cuando uno de los factores del cambio climático es el aumento del agua en la atmósfera”.

Remarcó que “la Conferencia de Copenhague trabajó sobre lo que le interesa a los países ricos, que es la energía”. En tal sentido sostuvo que “quienes viven en la favela o los millones que viven con 2 dólares por día, no tienen problemas de energía, para ellos el problema máximo es comer, la salud, el agua”.

Asimismo resaltó la necesidad de la concientización sobre la problemática del agua y que tal tarea se enfatice respecto a quienes tienen el poder de decisión.

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