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La plataforma española ATRESplayer desembarca en Argentina con “Pongamos que hablo de Sabina”

La pasión que despierta la obra del músico andaluz fue la excusa perfecta para que la plataforma española desembarque en el país. El material dirigido por Alberto del Pozo se despliega en tres capítulos donde se explora el lado más personal de Sabina con abundante material inédito


Con el estreno de la serie documental Pongamos que hablo de Sabina, su primera producción propia centrada en el aclamado cantautor, la plataforma española ATRESplayer Premium desembarca en la Argentina.

Las pasiones que la obra de Sabina despierta de este lado del Atlántico parece haber sido la excusa perfecta para que ATRESplayer Premium se lance en la Argentina donde el especial acerca del trovador nacido en Úbeda hace 71 años puede hallar una audiencia fascinada.

El documental conducido por Iñaki López y dirigido por Alberto del Pozo se despliega en tres capítulos donde se explora el lado más personal de Sabina con abundante material inédito entre el que destaca la charla con Cristina Zubillaga, novia y musa del artista.

Además el perfil humano del músico y poeta se delinea gracias a una galería de voces que integran, entre más, Ana Belén, Wyoming, Leiva, Vanesa Martín, Pablo López, Álvaro Urquijo, Alejo Stivel, Pancho Varona, Pablo Iglesias, Celia Villalobos, Esperanza Aguirre, Almudena Grandes, Patxi López, Enrique Cerezo y Fernando Sánchez Dragó.

Autor de exitosas piezas como “Contigo”, “Quién me ha robado el mes de abril”, “Con la frente marchita”, “A la orilla de la chimenea”, “La canción más hermosa del mundo”, “Ruido”, “Lo niego todo”, “Nos sobran los motivos” y “Amor se llama el juego”, por citar sólo algunas, esta serie llega en un momento particular de su vida.

Sabina tuvo un un hematoma intracraneal tras caerse del escenario del WiZink Center madrileño el 12 de febrero en uno de los shows de la gira No hay dos sin tres que lo reunió nuevamente con Joan Manuel Serrat y que había comenzado en noviembre en la Argentina.

Pero, además, el músico fue tributado por una diversa galería de colegas en el álbum doble Ni tan joven ni tan viejo que se ubicó a distancia de otras tres celebraciones que mereció esa producción de más de cuatro décadas y una veintena de placas (a cargo de mujeres, de artistas cubanos y de cultores del flamenco).

Para Alberto del Pozo el gran desafío de Pongamos que hablo de Sabina fue la organización del material. “El documental está dividido en tres capítulos para contar la vida de Joaquín Sabina sin caer en la narración cronológica habitual de este género. En ese sentido, establecer tres grandes temas fue crucial para armar ese collage. Los pecados, los amores y las pasiones son ejes sobre los que se puede construir un retrato de la vida y la obra de Sabina desde sus inicios hasta hoy”, explicó el realizador y agregó: “Lo más interesante, sin duda, fue realizar este documental sin contar con el propio protagonista, algo poco usual en este género pero que resultó de lo más interesante porque me permitió acercarme a un Sabina íntimo y personal, de anécdotas y curiosidades que creo ni él mismo recuerda. Así, por ejemplo, su primer grupo, los Merry Youngs, nos contaron cuál fue la primera «composición musical» de Sabina cuando apenas tenía 14 años. Incluso nos la cantan en el documental, una joya para los que amamos la música de Joaquín”.

“Me he acercado a la obra de Sabina con el máximo respeto y admiración”, aseguró Del Pozo quien, para la realización del documental, realizó más de 30 entrevistas, recuperó actuaciones de toda su carrera y escuchó cientos de entrevistas que el propio Sabina dió a diferentes medios de comunicación. “También he podido revisar su discografía y ponerme en la piel del Sabina de los 80, los 90, los 2000. Y comprender mejor sus letras, su historia y su vida, porque como nos dice Leiva: «Joaquín es el mejor retratista de sí mismo», y como afirma Almudena Grandes: «Joaquín marcó un antes y un después en la forma de escribir canciones en nuestro país». El equipo de guionistas del programa (Manuel Guerrero y Eva Pérez) y un servidor, hemos podido comprobar la vigencia de sus letras 40 años después de publicarlas”, apuntó.

Si bien Pongamos que hablo de Sabina es el material elegido por ATRESplayer Premium para desembarcar en Argentina por la gran cantidad de seguidores que el artista tiene en el país, el material habla del impacto de la carrera del andaluz en su propia tierra. “El propio Pancho Varona cuenta en el documental, a raíz de las cancelaciones de algunos conciertos de Sabina, que la gente no protesta. «Yo salgo al escenario, digo que Joaquín no puede continuar el concierto, y la gente no protesta, se va ordenadamente. Creo que se merecen que bajara del escenario les diera un abrazo a cada uno y les dijera: gracias». En España es admirado y respetado tanto por sus compañeros, como por la crítica y el público. Una de las cosas que más me ha fascinado descubrir en palabras de todos sus amigos y compañeros es la tremenda generosidad de Sabina con todos ellos. Y su fidelidad a sí mismo, es decir, Joaquín es como es, sin trampa ni cartón”, contó Del Pozo quien después de recorrer vida y obra de Sabina lo describe como alguien que “habla, cuenta, dice lo que piensa y lo que siente sin importar si es políticamente correcto o no”. Y se explayó: “Creo que esa lealtad a su forma de ser y de pensar, algo que en nuestros días está en desuso por la tiranía de lo políticamente correcto hace que la gente lo respete, lo valore y lo admire. De hecho, Sabina genera simpatías en todos los partidos políticos de España, se lleva bien con músicos de toda la vida y con figuras emergentes, es un imán para todos, y una esponja que escucha y absorbe lo bueno de cada una de las personas con las que se rodea”.

Un artista intergeneracional

La ausencia de Sabina en el documental tiene que ver con el fatídico accidente que sufrió a principios de este años. “Fue el primer invitado a participar en este documental”, reconoció el director y explicó: “Lamentablemente, su gira por Latinoamérica, sus compromisos en España y su fatídico accidente a principios de 2020 le impidieron participar y eso hizo que tuviéramos que ser más originales a la hora de crear la narrativa del documental”.

Pese al contratiempo, el director arriesgó: “El resultado es incluso más interesante, porque buceamos en el recuerdo y las anécdotas de gente cercana a Sabina que, en algunos casos, es la primera vez que hablan para una cámara de televisión. Es el caso, por ejemplo, de Cristina Zubillaga, la protagonista de 19 días y 500 noches“.

Y feliz por el resultado alcanzado, aseguró: “Me encantaría compartir con Joaquín la experiencia del primer visionado, ver sus reacciones, conocer sus opiniones y sus matizaciones. Estoy seguro de que se va a reír, se va a sorprender y se va a emocionar”.

Del Pozo había dirigido anteriormente un capítulo del programa El Legado dedicado a Sabina que puede verse por YouTube y que considera “la primera pieza para esta serie documental”.

“Ese programa de televisión emitido en la tierra natal de Joaquín, Andalucía me sirvió para conocer mejor a la persona que hay tras el artista. El programa tuvo una acogida en términos de audiencia muy buena, y ahí comprobamos lo que todos intuíamos, que Sabina es un artista intergeneracional”, afirmó.

A modo de balance en torno al personaje y su impacto, Del Pozo subrayó: “Sabina gusta a seguidores de toda la vida, pero también atrae la atención de un público joven y socialmente comprometido. En ese sentido, creo que Joaquín, a día de hoy, sigue siendo moderno”.

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