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Reflexiones

La perspectiva de una guerra de monedas

La devaluación producida por China preocupa a los países del Sur, por la posibilidad de que se “pinchen” todavía más los precios de las materias primas, pero las naciones desarrolladas tiemblan también ante la perspectiva de una “guerra de monedas”.


La devaluación producida por China preocupa a los países del Sur, por la posibilidad de que se “pinchen” todavía más los precios de las materias primas, pero las naciones desarrolladas tiemblan también ante la perspectiva de una “guerra de monedas”.

La posibilidad de una guerra de monedas de largo alcance a nivel global fue analizada por el diario The New York Times en los últimos días, en una nota en la que no se privó de advertir que Estados Unidos podría quedar “expuesto”.

La idea de que el país del Norte se convirtiera en la locomotora que terminara de sacar al mundo desarrollado de las penurias de la crisis financiera internacional entró ahora en un impasse.

El razonamiento señala que el yen, el euro y otras monedas de los países centrales han caído en los últimos años en relación con el dólar.

Luego de la devaluación en el país asiático –la moneda china acumuló una caída de 5% en tres días– los Estados Unidos podrían sufrir si comienzan a verse afectadas sus exportaciones y su mercado se llena de productos importados.

El ex secretario del Tesoro y amigo de Wall Street Larry Summers le dijo al diario norteamericano que si la devaluación china se extiende “los riesgos de un estancamiento secular de la economía estadounidense, con deflación, aumentan”.

Y allí es donde todas las miradas vuelven a posarse sobre la Reserva Federal, que se prevé que el mes próximo mueva finalmente la tasa de interés estadounidense por primera vez en más de nueve años.

Es que esa movida podría revaluar todavía más el dólar contra otras monedas, “creando obstáculos irritantes para la economía norteamericana, en un momento crucial para su recuperación”.

La agencia Bloomberg advirtió, por su parte, que una de las primeras y más claras víctimas de la devaluación china es el Banco Central de Japón.

Esa entidad se embarcó en una política expansiva también en los últimos años y ahora esperaba, al igual que sus pares norteamericanos, entrar en una situación de mayor normalidad, lo que ahora tendrá que revisar.

El primer ministro Shinzo Abe y sus “Abenomics” entran nuevamente en un momento de dudas, con peligros de reducción de exportaciones, en momentos en que el comercio entre las islas y China dan cuenta nada menos que de 13 puntos del producto para Tokio.

Como vemos, no solamente los países del Sur se preocupan por la movida china, que amenaza con menos compras y a precios más baratos para los productos primarios en que nuestros países se especializan.

Quizás, si Mao Zedong viviera, diría, como lo hizo alguna vez refiriéndose a la bomba atómica, que las economías de los países centrales se parecen a “un tigre de papel”.

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