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La pasión intacta: vivir y sentir el clásico lejos de casa

Nicolás De Bruno, Ramiro Costa, Federico Martorell y Juan Miño hablaron con El Hincha en la previa del clásico. Dos nacieron en el canalla, los otros en la lepra; pero los cuatro coinciden en el fanatismo por sus colores.

Dos canallas y dos leprosos. Dos de la cantera leprosa y los otros dos de la canalla. Los cuatro pasaron por las inferiores de los clubes de los que son hinchas. Hoy, sus carreras futbolísticas los llevaron a tener que vivir esa pasión por los colores a la distancia.

Los canallas, Nicolás De Bruno y Ramiro Costa están en Europa. Los leprosos, Federico Martorell y Juan Pablo Miño se encuentran en Chile. En la previa de un nuevo Clásico, El Hincha habló con ellos para compartir cómo viven el presente de sus equipos y como siguen alimentando esa llama del hincha que llevan dentro.

Sueños a la distancia

Uno está en Rumania, Ramiro Costa. El otro en Chipre, Nicolás De Bruno. El primero llegó a debutar en la primera de Central pero no pudo afianzarse y debió partir. El otro no logró darse el gusto de ponerse la casaca de su club en Primera. Pese a esas diferencias, ambos comparten la misma pasión por los colores canallas. Esa que no cambia pese a la distancia. Por el contrario, se fortifica para seguir bien de cerca el andar del club de sus amores.

A horas de un nuevo Central-Newell’s, El Hincha habló con ellos para compartir cómo viven el presente auriazul y las ilusiones que esta gran campaña les despierta como a cualquier simpatizante.

“Desde que me fui trato de mirar todos los partidos a no ser que coincida con uno mío. Tengo muchos compañeros y amigos jugando y me gusta seguirlos”, comienza contando Ramiro Costa desde Târgu Mureş donde el fútbol lo llevó para realizar su primera experiencia europea con la casaca del club homónimo de la ciudad rumana.

Nicolás De Bruno desde Athienou, ciudad chipriota donde esta viviendo a la espera del comienzo de la temporada en la que defenderá los colores del Othellos Athienou de la segunda división, cuenta: “Seguir a Central a la distancia no es tan fácil pero siempre busco la manera para verlo o para escucharlo por radio”.

Claro que no es sencillo porque muchas veces la diferencia horaria es un “rival” a vencer para estar cerca del Canalla. Al respecto De Bruno dice: “Se complica un poco porque hay seis horas de diferencia y cuando juega ya después de las 18 de allá, acá ya es medio tarde pero casi siempre me quedo o si juega muy tarde me duermo un ratito y me pongo el despertador”. Y agrega una situación vivida no hace muchas semanas: “El de la Copa Argentina contra Ferro fue a la 1 de la madruaga de acá y yo entrenaba temprano a la mañana pero me la banqué bien, me dormí y me desperté feliz, eso es lo que importa”. Algo parecido le sucedió más de una vez a Costa: “Me ha pasado de mirar partidos que comenzaban a las 9 de la noche allá, siendo las 3 de la mañana acá. Pero me gusta mirar fútbol y más a Central. Están pasando un buen momento y me gusta como los hace jugar el Chacho”.

En las charlas aparece el nombre del técnico canalla y es inevitable no hacer referencia a alguien que en su primera experiencia está llevando al equipo a pelear en los dos frentes encarados (torneo y Copa Argentina). “Siempre que un técnico debuta son muchas las expectativas pero la verdad que se ve un grupo muy unido y es clave para conseguir cosas importantes. Creo que les transmite su experiencia como jugador de Central y hace que a los jugadores se les haga más fácil. El sabe lo que quiere el hincha”, analiza Costa. En tanto De Bruno va por una dirección parecida: “Yo creo que más por ser debutante era por su personalidad extrovertida y desfachatada que tuvo como jugador que uno podía pensar que el Chacho no estaba preparado. Pero bueno, por suerte nos cerró la boca a mí y a todos los prejuiciosos como yo. Ojalá le siga yendo bien y con Central, él es un enamorado de Central”.

Con siete fechas por jugar y a tan sólo cinco puntos del líder San Lorenzo, es inevitable no ilusionarse con volver a gritar campeón argentino después de casi tres décadas. Y desde Chipre y Rumania ellos también viven con expectativa esta recta final del torneo de Primera División. “La verdad que la ilusión existe pero sobre todo existe por lo que transmite el equipo, yo creo que la gente de Central está ilusionada pero antes que ilusionada está feliz porque se siente representada por los jugadores y por el DT y eso es unánime hoy en Central, cosa que hace tiempo no nos pasaba. Si logramos el campeonato será un final hermoso, si no igual estaremos agradecidos porque la verdad que los de adentro juegan como lo haríamos los de afuera”, cuenta Nicolás. Mientras que Ramiro agrega: “La campaña la vivo desde lejos pero los sigo siempre. Sino es viéndolos, mirando los resultados o siguiéndolo por Twitter. Obviamente que es imposible no ilusionarse por el título, estar tan cerca y se acercan partidos importantes, si sigue con esta regularidad de no perder puntos va a ser candidato hasta el final”.

La tarde europea empieza a ganar terreno y los dos deben ir a sus respectivos entrenamientos. Y el final sirve para meterse de lleno en el Clásico de mañana. Las diferentes realidades de los equipos son analizadas de diferentes formas por ambos. Mientras De Bruno se muestra más analítico, Costa fue claramente más pasional. “Siempre es un partido aparte, no importa como vienen, ya de por si el Clásico se quiere ganar y nunca es algo menor. Nosotros tenemos que seguir prendidos ahí arriba y Ñuls necesita levantar en el campeonato, y sobre todo en los Clásicos”, dice Nicolás. En tanto Ramiro comenta: “Central es favorito por el momento y por los cuatro Clásicos que lleva consecutivos. Ojalá sea el quinto y que esta racha se alargue mucho más”.

En el cierre y a la hora de dar un pronóstico también, en cierta forman, se diferencian. “Va a ser un partido lindo, mi pronóstico es 2-0, obviamente a favor de Central. Un gol de mi amigo Nery Domínguez y otro de Rubén”, dice convencido Ramiro Costa. En tanto Nicolás De Bruno expresa: “Pronóstico no. Solo que ojalá sea un lindo partido y que lo gane Central obvio pero creo que lo más importante es que gane quién gane, pierda quién pierda que, sea en paz”.

Confianza ante la adversidad

En la vereda de enfrente si bien la realidad no es la mejor ni mucho menos, el optimismo por revertirla está presente soñando con volver a los primeros planos de tiempos cercanos.

Tanto Federico Martorell como Juan Pablo Miño se encuentran jugando en Chile. Luego de ser campeones juntos con Cobresal en la primera mitad del año, ahora el primero se encuentra en San Luis, mientras que el segundo defiende la casaca de Audax.

Tras la cordillera siguen de cerca el andar de su Newell’s y en la previa de un nuevo derby rosarino hablaron con El Hincha sobre esas sensaciones que el partido más importante de la ciudad despierta.

“Siempre desde que estuve afuera fui de mirar los partidos. Con mi esposa somos los dos enfermos de Newell’s, quizás ella más que yo, así que siempre estamos pendientes. Ahora estando en Chile podemos ver por televisión todos los partidos así que siempre estamos pendientes”, comienza contando Martorell al describir su pasión leprosa lejos de la ciudad. En tanto Miño cuenta que “cada vez que lo televisan trato de verlo. Igual en caso de no poder verlo, hablo con mis viejos y amigos para saber cómo va todo por allá. Newell’s es el equipo más grande de la ciudad y seguirlo es una pasión”.

Ambos heredaron de sus padres el amor por los colores. Eso hizo que al querer ser jugadores no dudaran en dónde empezar. Malvinas los recibió a los dos pero el camino fue diferente. Mientras que Miño se fue a los 15 años, Martorell llegó a debutar en Primera. “A los 7 años fui a jugar a Malvinas donde compartí con muy buenos jugadores y pude ver de cerca de Messi que ya a esa edad parecía de otro planeta con las cosas que hacía. Seguí hasta los 15 años pero como vivía en Villa Gobernador Gálvez, por motivos de colegio, el viaje hasta Bella Vista era muy largo y tuve que irme a Central Córdoba, un club que me dio todo”, cuenta su historia Juan Pablo. En tanto que Federico dice: “Mi viejo fue el que me inculcó la pasión por Newell’s. De chicos con la familia siempre fuimos de ir a Regatas que está pegado a la de Central y donde todos son canallas. Así que nosotros éramos un poco la contra. Él es enfermo leproso de toda la vida y fue quien me llevaba a la cancha, a jugar a Malvinas y me transmitió eso por los colores”. Algo que reafirma con una anécdota de su época en Chipre (jugó entre 2010 y 2011 en Apollon Limassol y Ermis Aradippou). “En aquel momento era terrible. Cuando estábamos en Chipre estaba con Lucas Concistre que es fanático de Racing, y cada vez que uno de los dos equipos jugaba había que armar un asado para verlo a las 3 de la mañana”.

Si bien sufren como hinchas el difícil momento que atraviesa el equipo, no pierden la confianza y creen que prontamente se saldrá adelante. “El presente es raro. Cuando venís de un proceso tan bueno como el de (Gerardo) Martino, siempre está la posibilidad de un bajón como este. A mi entender hoy Newell’s se apegó a un sistema de juego que solamente el Barcelona puede mantener siempre independientemente de los jugadores. El fútbol argentino es muy competitivo como para priorizar un sistema por sobre los jugadores que tenés o los momentos que estos viven”, analiza Martorell. En tanto Miño comenta que “si bien la actualidad es complicada, uno siempre como hincha nunca pierde la fe en el equipo y siempre va a estar alentando porque pienso que hay con que salir adelante. Uno siempre quiere ver a Newell’s ganando y peleando arriba como lo hizo hasta hace poco, pero ahora toca esta realidad y hay que apoyar para salir cuanto antes”.

Los dos también coincidieron en respaldar a Lucas Bernardi pese al momento: “A veces ser ex jugador y agarrar como técnico apenas termina de jugar, puede ser bueno o malo. Si no se dan los resultados se habla de la inexperiencia del técnico pero en este caso yo creo que Lucas ya era un técnico dentro de la cancha. Pero también hay otras presiones, desde el banco se ven otras cosas que dentro de la cancha. Igualmente creo que hay que darle tiempo. Más allá que la vertiginosidad del fútbol de hoy en día de pedir cabezas a cualquier costo hay que ver como se trabaja en la semana y seguir apostando si se ven cosas positivas independientemente de los resultados, si lo que se quiere como club es apostar a un proceso”, opina Federico. En la misma línea se expresa Juan Pablo: “Creo que Lucas agarro un Newell’s complicado y está tratando de sacar adelante al equipo y creo hay que tenerle más paciencia aunque los tiempos del fútbol cada vez son más cortos para los técnicos que sino consiguen resultados positivos en poco tiempo los terminan echando”. Y cierra el tema con una sentencia al respecto: “Bernardi es un símbolo y referente y ama mucho al club. Ganar el Clásico le dará un fuerte envión anímico y tendrá mas tranquilidad para seguir trabajando”.

Ahí ya deja en claro su pronóstico para el partido con lo que la charla va llegando a su fin. “Los clásicos son partidos apartes. Son especiales y no importa el momento en el que llegue cada equipo ya que no garantiza nada porque son noventa minutos a muerte donde estoy seguro que Newell’s va a ganar”. Por su parte Martorell también confía en un triunfo: “Creo que gana Newell’s. No importa como llegan. Ya ha pasada que nosotros llegábamos mucho mejor y ganaron ellos. Así que espero ahora sea a la inversa”.

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