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La otra cara del “campo”

En los primeros diez días del año la Justicia “rescató” a casi mil trabajadores rurales sometidos a condiciones “de servidumbre” en estancias bonaerenses. Tucumanos y santiagueños que desfloran el maíz.

De acuerdo al último convenio paritario –de septiembre pasado– un peón rural debe comenzar cobrando un salario de 2.210 pesos mensuales. Pero la informalidad laboral abarcaba a mediados de 2010 al 75 por ciento de los trabajadores del sector agrario argentino, y en los casos más extremos trepaba al 90 por ciento (en la provincia de Salta). Todo eso, sin embargo, describe un paraíso si se lo compara con las casi mil personas halladas en inspecciones oficiales en “estado de servidumbre” en campos del norte bonaerense en los últimos 10 días. Se trata de trabajadores santiagueños y tucumanos traídos a la Pampa Húmeda para desflorar el maíz, una tarea que no hacen las máquinas y cuyas condiciones no son fáciles de soportar.

El viernes, unos quinientos trabajadores provenientes de Santiago del Estero fueron hallados en “pésimas condiciones de salubridad” en campos de maíz de las localidades de Ramallo y Arrecifes, en operativos impulsados en esta ocasión por el gremio del sector, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), y por el municipio de Ramallo. Según se informó, en ellos intervino la fiscalía Nº 6 de San Nicolás, a cargo de Darío Giannorio.

Sumados estos casos más los operativos realizados en los últimos diez días ya son unas mil las personas encontradas en malas condiciones de trabajo que la Justicia investiga si pueden ser encuadradas como “trabajo esclavo”.

Todo comenzó el último día del año pasado, cuando el fiscal Giannorio allanó una estancia de San Pedro donde opera la multinacional Nidera, y encontró a más de 100 trabajadores del norte argentino en condiciones extremas de explotación laboral, sin poder salir del predio donde estaban empleados, y con un sistema de provisiones por el cual consumían lo poco que ganaban para obtener pan, papas y agua. Un paquete de cigarrillos costaba, en esa estancia, 17 pesos: una buena opción para dejar de fumar.

En los procedimientos del viernes se detectó a un total de 546 personas, 120 de ellas en campos de las localidades de El Paraíso y Pérez Millán, en el partido de Ramallo, en condiciones infrahumanas de existencia.

El intendente de ese municipio, Ariel Santalla, confirmó en declaraciones periodísticas que los trabajadores estaban en condiciones “similares” a la que presentaron personas que cumplían funciones para dos firmas en San Pedro.

El primero de los campos allanados el viernes está a la altura de la ruta 9, kilómetro 195, en la estancia “Santa Celestina”, explotado por la empresa Satus Ager S.A, donde se detectó que todos los trabajadores estaban reducidos a la servidumbre y habitaban dos campamentos.

En el primero había 170 trabajadores en casillas de chapa, a pleno sol y sin instalaciones eléctricas, cumpliendo tareas sin elementos de seguridad. También se ubicó a una fiambrera –una jaula para guardar carne–, con aroma a podrido, llena de insectos y colgada encima de recipientes para fumigación, a la vez que se verificó una gran cantidad de basura en las inmediaciones.

En el segundo campamento, una barraca de chapa, se hallaron 3 cuadrillas con 45 trabajadores, quienes indicaron que no recibían  alimentos desde el día anterior y que los baños químicos habían sido instalados sólo en las últimas horas.

El personal relató que debía lavar sus pertenencias en envases de agroquímicos y que nunca tuvo acceso a atención médica. También se constató la presencia de tres menores de entre 16 y 17 años.

La comitiva laboral se trasladó luego al Paraje El Paraíso, a la altura del Cuartel 13, en Ramallo, donde inspeccionó otro establecimiento rural a cargo de la empresa Southern Seeds Production SA, donde había 35 trabajadores, en su mayoría oriundos también de Santiago del Estero y Tucumán.

Comprobó que se habían instalado baños químicos en las últimas horas y los trabajadores se quejaron por la atención sanitaria, el costo de los alimentos y la ropa que debían adquirir, en tanto Trabajo constató también que las tareas eran de 12 horas por día como mínimo, sin descanso semanal.

Tanto en el primer establecimiento como en el segundo se dispuso la suspensión de las actividades y se notificó a las empresas que deben presentar la documentación requerida por la cartera laboral.

Por último, en la ruta 191, kilómetro 50, en Arrecifes, fueron detectados 179 trabajadores realizando tareas para la empresa Satus Ager S.A en pésimas condiciones de habitabilidad y sin respetar ninguna de las normas laborales y de seguridad e higiene.

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