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Cambio de estrategia

La Otán avaló ofensiva militar turca contra el EI y los kurdos

La Alianza Atlántica apoyó a Ankara y rompió así una desconfianza de años hacia el gobierno islamista de Erdogan.


La Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán), reunida de urgencia ayer en Bruselas a petición de Turquía, dio su apoyo al gobierno de Ankara en su doble ofensiva contra los rebeldes kurdos y el grupo Estado Islámico. El gobierno islamo-conservador turco, acusado durante años de connivencia con las organizaciones radicales que luchan contra el régimen sirio, cambió de estrategia la semana pasada, tras el atentado en Suruc, atribuido a los yihadistas del Estado Islámico (EI), y la muerte de uno de sus soldados en un ataque fundamentalista en la frontera siria.

“La Otán sigue de cerca el desarrollo de la situación y hemos asegurado a nuestro aliado turco nuestra fuerte solidaridad”, dijo el secretario general de la Alianza, el noruego Jens Stoltenberg, al abrir la reunión de embajadores de los 28 países miembros.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reafirmó ayer que no cederá a la amenaza “terrorista” y que continuará “con determinación” su lucha contra los yihadistas del EI y los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). “De ninguna manera vamos a echarnos atrás. Es un proceso largo y este proceso seguirá”, dijo Erdogan.

Aviones de la fuerza aérea turca bombardearon ayer a rebeldes del PKK que abrieron fuego contra las fuerzas de seguridad en la provincia de Sirnak, anunció el estado mayor.

Zona de seguridad

Desde el viernes pasado, el ejército turco está llevando a cabo ataques aéreos contra objetivos yihadistas en Siria. El gobierno también ha dado su autorización, esperada desde hacía tiempo, para que los aviones estadounidenses que bombardean el EI en Siria e Irak puedan usar la base de Incirlik, en el sur del país.

Estados Unidos y Turquía decidieron anteayer reforzar su cooperación militar para erradicar a los yihadistas del Estado Islámico de la zona que ocupa su califato en el norte de Siria, a lo largo de la frontera turca.

“La limpieza de estas regiones y la creación de una zona de seguridad permitirá volver a sus casas” a 1,8 millón de refugiados sirios instalados en Turquía, según Erdogan.

La cooperación entre Ankara y Washington tiene el objetivo de establecer “una zona libre del EI y mejorar la seguridad y la estabilidad a lo largo de la frontera en Turquía y Siria”, explicó a la <AFP> un responsable militar estadounidense durante la visita a Etiopía del presidente estadounidense Barack Hussein Obama.

Desconfianzas y conveniencias

No todos los socios de Turquía en la alianza militar de la Otán aplauden su ofensiva reabierta contra los kurdos. “Hay que tener cuidado con confundir los objetivos”, dijo anteayer el presidente francés François Hollande tras entrevistarse por teléfono con Erdogan. “La autodefensa tiene que ser proporcional”, aseguró por su parte el secretario general de la Otán, subrayando los “avances” en el proceso de paz que ayer quedó atrás.

La doble ofensiva turca suscitaba suspicacias sobre cuál era el objetivo real de Ankara, si el EI o los kurdos. Turquía está preocupada por la posible creación de una zona autónoma kurda en el norte de Siria.

Dan por terminado el proceso de paz con la guerrilla del PKK

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan dio por terminado ayer el proceso de paz iniciado en 2013 con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) al considerar que “no es posible continuar un proceso de solución con quienes socavan la unidad nacional e integridad de Turquía”. Erdogan acusó al PKK de haberse “aprovechado” del plan de paz. El frágil alto el fuego, de un conflicto que desde 1985 causó unos 40.000 muertos, estuvo marcado por choques esporádicos, sin comparación con la guerra abierta de los años anteriores, y por la acusación por parte de la comunidad kurda de que Ankara no cumplía sus promesas de dar más derechos para los 12 millones de kurdos de Turquía.

Contra el terrorismo, la ONU apuntó a las redes sociales

El Comité Contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de la ONU se reunió durante dos días en Madrid, España, para analizar una estrategia para enfrentar el avance de los grupos radicalizados. Jean Paul Laborde, director ejecutivo del organismo internacional, destacó la importancia de la implicación de las empresas que gestionan redes sociales como Facebook, Google y Twitter. Según los últimos datos, son ya 46.000 las cuentas de Twitter ligadas al Estado Islámico.

Laborde reconoció que hay que aumentar la rapidez y la agilidad de la respuesta contra los yihadistas pero se limitó a insistir en la creación de herramientas y sistemas de control en los movimientos de pasajeros (mediante registros nacionales de viajeros).

Datos globales hablan de que entre 25.000 y 30.000 personas se habrían podido unir a las filas del Estado Islámico procedentes de todo el mundo.

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