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En Argentina, 13 casos

La Organización Mundial de la Salud dispuso máxima alerta por los brotes de viruela del mono

La OMS está preocupada por las infecciones recientes en zonas no endémicas, especialmente en Europa, desde mayo último. El primer caso confirmado fue en 1970, en África. Fuera del continente, el primero fue en 2003 en Estados Unidos


La Organización Mundial de la Salud (OMS) activó este sábado su máximo nivel de alerta sanitaria para tratar de contener el brote de viruela del mono, que afectó a casi 17.000 personas en 74 países, anunció su director general.

“He decidido declarar una emergencia de salud pública de alcance internacional”, informó Tedros Adhanom Ghebreyesus en una rueda de prensa en la que estimó que el riesgo en el mundo es relativamente moderado, salvo en Europa, donde es alto.

Tedros explicó que el comité de expertos no había podido llegar a un consenso y seguía dividido en cuanto a la necesidad del máximo nivel de alerta, pero como director general de la OMS la decisión final quedó en sus manos.

“Es un llamado a la acción, pero no es el primero”, agregó Mike Ryan, responsable de emergencias de la OMS, quien confió en que la alerta permita una acción colectiva contra la enfermedad.

Desde principios de mayo, cuando se detectó por primera vez la viruela símica fuera de los países africanos donde es endémica, la enfermedad afectó a más de 16.836 personas en 74 países, según los centros para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC) hasta el 22 de julio.

En la Argentina se confirmaron 13 casos de viruela del mono hasta el 14 de julio, de los cuales 12 presentaron antecedentes de viaje previo al inicio de los síntomas, según informó el Ministerio de Salud.

 

Primer caso detectado en 1970

La viruela símica se detectó por primera vez en seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo. Fue en un niño de nueve años, en una región en la que la viruela se había erradicado en 1968.

Desde entonces, la mayoría de los casos se han notificado en regiones rurales de bosques tropicales de la cuenca del Congo, sobre todo en la República Democrática del Congo, y luego en toda África central y occidental.

Desde 1970 se han notificado casos humanos en 11 países africanos: Benin, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Gabón, Côte d’Ivoire, Liberia, Nigeria, República del Congo, Sierra Leona y Sudán del Sur.

Se desconoce la verdadera carga de esta enfermedad. Por ejemplo, en 1996-1997 se notificó un brote en la República Democrática del Congo con una tasa de letalidad más baja y una tasa de ataque más alta de lo habitual.

Desde 2017, Nigeria ha experimentado un brote de grandes proporciones, con más de 500 casos sospechosos y más de 200 casos confirmados, y una tasa de letalidad de aproximadamente el 3%. A día de hoy, continúan notificándose casos.

La viruela símica afecta a gran parte del mundo. El primer brote fuera de África se produjo en 2003 en los Estados Unidos y se relacionó con el contacto con perros de las praderas infectados. Las mascotas habían sido alojadas con ratas de Gambia y lirones enanos africanos que habían sido importados desde Ghana. Hubo más de 70 casos

En mayo de 2022, se identificaron múltiples casos de viruela símica en varios países no endémicos. Actualmente, se están llevando a cabo estudios para comprender mejor la epidemiología, las fuentes de infección y las características de la transmisión.

 

Cómo se transmite

La transmisión de animales a humanos (zoonosis) se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.

En África, se han hallado indicios de infección por el virus de la viruela símica en muchos animales, incluidos ardillas listadas, ardillas arborícolas, ratas de Gambia, lirones enanos africanos, diferentes especies de simios y otros.

Aunque aún no se ha identificado el reservorio natural de la enfermedad, los roedores son la opción más probable. Comer carne y otros productos animales poco cocinados de animales infectados es un posible factor de riesgo. Las personas que viven en zonas boscosas o cerca de ellas posiblemente experimenten una exposición indirecta o de bajo nivel a animales infectados.

La transmisión de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente.

La transmisión a través de gotículas respiratorias suele requerir un contacto cara a cara prolongado, lo que aumenta el riesgo para los profesionales de la salud, los miembros del hogar y otros contactos estrechos de casos activos.

Sin embargo, la cadena de transmisión documentada más larga en una comunidad ha aumentado en los últimos años de seis a nueve infecciones sucesivas de persona a persona. Esto puede ser un reflejo de la disminución de la inmunidad en todas las comunidades debido al cese de la vacunación contra la viruela.

La transmisión también puede producirse a través de la placenta de la madre al feto (lo que puede generar casos de viruela símica congénita) o por contacto estrecho durante y después del nacimiento. Si bien el contacto físico estrecho es un factor de riesgo bien conocido para la transmisión, no está claro en este momento si la viruela símica puede transmitirse específicamente a través de las vías de transmisión sexual. Se necesitan estudios para comprender mejor este riesgo.

 

Signos y síntomas

El periodo de incubación (intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) suele ser de 6 a 13 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días.

La infección puede dividirse en dos periodos.

La primera fase, de invasión, dura hasta 5 días. Se caracteriza por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía). La linfadenopatía es una característica distintiva de la viruela símica que la diferencia de otras enfermedades que inicialmente pueden parecer similares (varicela, sarampión, viruela).

La segunda etapa, de erupción cutánea, suele comenzar 1-3 días después de la aparición de la fiebre y tiende a concentrarse sobre todo en la cara y las extremidades en lugar de en el tronco. Las zonas más afectadas son el rostro (95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (75%). También se ven afectadas las mucosas orales (70%), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.

La erupción evoluciona secuencialmente de máculas (lesiones con una base plana) a pápulas (lesiones firmes ligeramente elevadas), vesículas (lesiones llenas de líquido claro), pústulas (lesiones llenas de líquido amarillento) y costras que se secan y se caen.

El número de lesiones varía de unas pocas a varios miles. En casos graves, las lesiones pueden unirse y hacer que se desprendan grandes secciones de piel.

La viruela símica suele ser una enfermedad autolimitada, con síntomas que duran de 2 a 4 semanas.

Los casos graves se producen con mayor frecuencia en los niños, y su evolución depende del grado de exposición al virus, el estado de salud del paciente y la naturaleza de las complicaciones. Las deficiencias inmunitarias subyacentes pueden causar peores resultados.

Aunque la vacunación contra la viruela confería protección en el pasado, hoy en día las personas menores de 40 a 50 años de edad (según el país) pueden ser más susceptibles a la viruela símica debido al cese de las campañas de vacunación contra la viruela en todo el mundo después de la erradicación de la enfermedad.

Las complicaciones de la viruela símica pueden ser infecciones secundarias, bronconeumonía, síndrome séptico, encefalitis e infección de la córnea con la consiguiente pérdida de la visión. Se desconoce la tasa de incidencia de infecciones asintomáticas.

A lo largo de la historia, la tasa de letalidad de la viruela símica ha oscilado entre el 0% y el 11% en la población general, y ha sido mayor entre los niños pequeños. Recientemente, la tasa de letalidad ha sido de alrededor del 3%-6%.

 

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